Un peligro acecha en el espacio al James Webb de la NASA: el cometa Halley podría chocar contra el telescopio y la agencia ya se prepara para posibles impactos

Imagen del espejo del telescopio espacial James Webb de la NASA.
Imagen del espejo del telescopio espacial James Webb de la NASA.

Reuters

  • La NASA es consciente de que el estudio de los meteoritos que visitan el Sistema Solar es de vital importancia para la protección de un potencial impacto en el planeta Tierra, aunque también vigila los instrumentos que ha enviado para la observación del universo.
  • Uno de ellos es el recientemente enviado James Webb, un telescopio al que ya han golpeado micrometeoritos y que se prepara para un más que posible encontronazo con el entorno del cometa Halley.
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Uno de los cometas más conocidos por el Sistema Solar es el cometa Halley, que visita al mismo más o menos cada 75 años, el único de período corto que es visible desde el planeta Tierra –curiosamente, también el único que puede verse 2 veces en una vida humana–.

Gracias al estudio de su composición, que fue posible en la década de los 80 –la última vez que se pudo observar fue en 1986–, los astrónomos descubrieron que su superficie estaba formada por polvo y materiales no volátiles, y no tanto por hielo.

Por lo general, los cometas o asteroides no suponen ningún problema mayor, ya que la Tierra recibe el impacto de uno 17.000 asteroides al año, según un estudio de la Universidad de Manchester y el Imperial College de Londres (Reino Unido) publicado en Geology

A pesar de que son comunes las visitas de dichos objetos venidos del más allá cósmico, la NASA plantea la amenaza como real y ya prepara su programa Double Asteroid Redirection Test (DART), que desviará un asteroide en otoño de 2022 con una nave Falcon 9 de SpaceX.

Más aún, la agencia espacial estadounidense se ha interesado por un sistema de escudo anti asteroides planteado por un científico, que conseguiría reducir el tamaño de los objetos antes de su entrada en la atmósfera.

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Sin embargo, el problema real se encuentra lejos del planeta azul, concretamente, en la tecnología que la humanidad expande por el universo para comprender aún su negritud. 

Según recoge Nature, la Oficina de Medio Ambiente de Meteroides de la NASA ya fue testigo de un impacto en mayo de este mismo año de micrometeroides del tamaño de granos de arena sobre el telescopio espacial James Webb.

A pesar del impacto, no afectó a las imágenes recientemente publicadas por el mismo. Aun así, la NASA ya se está preparando para defender el Webb, un telescopio que ha costado 11.000 millones de dólares y que tendría que aguantar hasta 2040.

Una de las partes del espejo del Webb conocido como C3 sufrió golpes desde el 23 al 25 de mayo, aunque se cree que no habrían afectado a la calidad de imagen del telescopio. En total, el Webb se ha enfrentado a 6 colisiones con restos de polvo.

Ahora, los astrónomos tienen que maniobrar y calcular las trayectorias para que la corriente del cometa Halley no inutilice los sistema del James Webb, un hecho que podría ocurrir en mayo de 2023 y en el mismo mes de 2024.

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