Feijóo reforzado, alarma en el PSOE y golpe seco a Sumar: así afectan los resultados de las gallegas al resto de España

Alfonso Rueda, presidente del PP en la Xunta de Galicia, celebra los resultados del 18F.
Alfonso Rueda, presidente del PP en la Xunta de Galicia, celebra los resultados del 18F.

REUTERS/Miguel Vidal

  • El resultado de las elecciones gallegas da nuevo argumentario a los partidos para los próximos meses.
  • El PP sale reforzado en uno de sus feudos mientras que el PSOE conoce su suelo electoral y Sumar y Vox no logran siquiera representación.

Cuando se conocen los resultados de unos comicios autonómicos siempre sucede lo mismo. El ganador, si es un partido con implantación estatal, tratará de extrapolar los resultados de las elecciones a lo que sucedería en unas hipotéticas generales. El perdedor, en circunstancias similares, tratará de advertir que lo que ha sucedido tras el recuento no es generalizable.

Eso no quita que unas elecciones autonómicas suelen ser termómetros algo más fiables que muchos estudios demoscópicos —esta vez fue la firma GAD3 y no el INE el que más se acercó con sus sondeos a los resultados que se conocieron pasadas las 22:00 horas— y que, por supuesto, los datos que arroja el escrutinio dan mucha munición a los partidos.

Lo primero, los hechos: el PP ha revalidado su mayoría absoluta en Galicia. Este domingo los populares de Alfonso Rueda sacaban el examen con nota, después de que el expresidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dimitiera a mediados de 2022 para suceder a Pablo Casado como el líder de la oposición en Madrid.

Alguna alegría se ha llevado Feijóo desde entonces. Las municipales y autonómicas de mayo del año pasado tiñeron muchas provincias en el mapa de España de azul. Sin embargo, un electorado hipermovilizado frustró al líder popular apenas unas semanas después, cuando se celebraron unas elecciones generales anticipadas el 26 de julio.

El PP ganó, sí, pero no logró sumar mayoría ni contando con el respaldo de Vox. Ni siquiera haciendo cábalas, como negociaciones y eventuales indultos a Carles Puigdemont, el político independentista que desde Bélgica dirige Junts, el partido catalán que tiene la llave de la gobernabilidad en estos momentos.

Los deepfakes y la IA van a generar estragos en el año de las elecciones

Desde que Sánchez volviese a ser investido a mediados de noviembre, los populares de Feijóo han certificado que la mayoría del Gobierno central está lejos de estar garantizada. Pero también han constatado que la polémica en plena campaña electoral gallega a cuenta de una posible "reconciliación" en Cataluña no les ha pasado factura. Al menos, no demasiada.

Eso no ha impedido a los populares concentrar buena parte de su campaña electoral en, precisamente, la controvertida ley de amnistía que el Gobierno tramita con el apoyo de diversas organizaciones políticas del Congreso.

De hecho, cuando se estaban escrutando las últimas papeletas, algunos barones del PP, como el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, enfatizaron que en Galicia se había impuesto "la moderación y el equilibrio". El PP ha apostado por una estrategia y le ha funcionado: queda por ver si es que esa vía de la reconciliación empieza o acaba aquí.

El ascenso del Bloque de Ana Pontón también deja algunas lecciones en términos electorales. Los nacionalistas han fortalecido sus posiciones —de 19 escaños en 2020 a 25 en 2024: en las autonómicas de 2016 solo lograron seis asientos y volvieron al Congreso de los Diputados en 2019—. La contraparte la protagoniza el PSdeG-PSOE.

El BNG, de esta manera, ha conquistado su techo en el Parlamento de Galicia. "Estas elecciones lo han cambiado todo, hay un antes y un después", avisó Ana Pontón en la rueda de prensa en la que se valoraron los resultados. "La alternativa al PP para construir el futuro de este país es el BNG". "A partir de ahora la clave va a ser seguir ensanchando la base".

Hace una década solo el movimiento de las mareas logró toserle a los socialistas gallegos la condición de cabecillas en el espectro progresista del arco parlamentario. De 2016 a 2024, el BNG es el que ahora lidera ese espacio. Una formación autónoma y que ya ha tenido experiencia de gestión en el ámbito municipal, y que confía en seguir rompiendo récords.

Todo a costa de unos socialistas que reconocieron el fracaso sin paliativos que supuso el resultado. La candidatura de José Ramón Gómez Besteiro ha llevado al PSdeG a su suelo en representación parlamentaria y, con Sánchez en La Moncloa gobernando, los socialistas tendrán que buscar respuesta a la pérdida constante de peso en las administraciones autonómicas.

En el mismo proceso de reflexión deberán sumergirse organizaciones políticas como Sumar o Podemos, a la izquierda del PSOE. Ninguna de ellas ha logrado representación en la Cámara autonómica al no haber logrado más de un 5% de los votos. Sumar ha recaudado más de 28.000 sufragios. Podemos, sin embargo, apenas 4.000.

Marta Lois, candidata de Sumar y exportavoz de la plataforma de Yolanda Díaz en el Congreso de los Diputados, ha reconocido también el fracaso sin paliativos de la organización. Díaz, ministra de Trabajo, aspira a transformar su plataforma de coalición en una plataforma política con riendas definidas e integradora con fuerzas como IU, Más País o Compromís.

Pero el desafío se antoja titánico. También es cierto que tras las elecciones gallegas, en las que el conocimiento del electorado a los candidatos es crucial, Sumar tendrá que empezar a trabajar en un tejido de bases y militante para tratar de reducir esa brecha con los votantes que sufrieron este domingo.

A la derecha del PP el episodio es similar. La formación de Santiago Abascal sigue recogiendo sinsabores desde las elecciones del 26 de julio del año pasado. En las generales, la organización de extrema derecha sufrió un duro varapalo reduciendo su representación en el Congreso de los Diputados. Este domingo han vuelto a quedarse a las puertas del Parlamento de Galicia.

Vox ha logrado apenas 32.500 votos de los gallegos, también insuficiente para conseguir un escaño. No lo lograron en 2020, cuando la organización estaba en auge. Consiguieron un 2,05% de los votos, algo más de 27.000. Esta vez han contado 32.400 votos, un 2,19% de los emitidos. Abascal ha prometido que en 2028 la formación volverá a concurrir a las gallegas.

"Somos el único partido nacional que crece en votos en Galicia", aseguró el líder del partido en la noche de este domingo. "La pelea es larga y, aunque de manera insuficiente, hemos avanzado", ha enfatizado la organización. En junio se celebrarán elecciones europeas, y las vascas todavía tienen que fijar una fecha para la apertura de urnas.

Entre tanto, estos son los mimbres con los que los grandes partidos con representación en la mayor parte del Estado seguirán jugando sus cartas en los meses venideros. La legislatura seguirá siendo de infarto, aunque, como siempre sucede, para algunos la mano será más ventajosa en función de la lectura que se quiera hacer de estos hechos.

Solo los electores seguirán refrendando —o no— sus jugadas en los próximos comicios.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.