Cómo lidiar con la soledad de vivir en una ciudad nueva y teletrabajar por primera vez

Kate Bettes, vivía en Sydney, Australia, hasta que todo su entorno comenzó a hablarle de lo maravilloso que es vivir en una ciudad Europea. Un sueño que pronto hizo realidad, pero que fue mucho más duro de lo que le habían contado.

Es una persona extrovertida y asegura que le encanta rodearse de la energía de la gente. En la ciudad australiana trabajaba en una oficina con sus compañeros, quedaba a menudo con sus amigos y vivía con su pareja, cerca de su familia.

La idea de lanzarse a vivir en el extranjero llevaba un tiempo rondando su cabeza. Hasta el momento había tenido diferentes trabajos como consultora de viajes o periodista de viajes y quería experimentar como periodista freelance.

En 2019 un amigo que vivía en Berlín le habló de la ciudad y Kate ya tenía todo planeado para mudarse durante un tiempo. Le emocionaba esta nueva experiencia, pero hasta abril de 2023 no puedo empezar su aventura.

La soledad en una nueva ciudad donde no conoces a nadie

"Llegué a Berlín sin amigos y sin tener ni idea de cómo empezar a socializar", explica. Para más inri, era la primera vez que trabajaba en remoto, lo que implicaba no tener compañeros de trabajo que le ayudaran a conocer más gente.

Las amistades no iban a llegar a su puerta, así que mientras buscaba clientes, hacía trámites burocráticos y miraba pisos para vivir, se dijo a sí misma que debía hacer un esfuerzo.

La soledad llegó pronto y a ratos se hizo dura. En las primeras semanas, esto afectó a su productividad, así que pronto vio que necesitaba un equilibrio entre trabajo y vida social.

Apuntarse a talleres y trabajar desde una cafetería

Kate se esforzó en conocer gente y empezar a crear relaciones. Para que fuera más fácil, empezó a trabajar desde diferentes cafeterías todas las mañanas y dedicaba sus tardes a explorar su nueva ciudad. Pero no era suficiente, así que buscó talleres de escritura a los que apuntarse para conectar con personas con sus mismos intereses.

No importaba lo cansada que estuviera, si algún compañero le ofrecía tomarse algo ella respondía siempre "sí". De esta forma conectó con otros periodistas y escritores, aprovechando cualquier excusa para hablar con alguien nuevo.

Así es como acabó tomando copas y probando la gastronomía alemana con nuevos colegas. Para Kate, decir sí fue clave para cambiar su nueva vida y dejar la soledad atrás.

Esforzarse y salir de la zona de confort

Empezar una nueva vida en Berlín supuso poner mucha energía en las nuevas experiencias. "Gracias a que me obligué a socializar y hacer un esfuerzo, ahora me siento tranquila y puedo concentrarme mejor en mi trabajo. Ahora me resulta mucho más fácil escribir historias y proponer ideas interesantes", señala, a la vez que cuenta que ahora tiene un gran grupo de amigos de lo más diverso.

De este modo, ha logrado encontrar el equilibrio, ser más productiva y dejar atrás la soledad que le atormentaba. No reniega de la soledad, pero entiende que al trabajar en remoto necesita ese equilibrio para sentirse bien.