Cómo reacciona tu cuerpo cuando realizas ayuno

Cuáles son los beneficios del ayuno intermitente.
  • Así reacciona tu cuerpo cuando realizas el ayuno intermitente o si vas más allá con un ayuno más prolongado.
  • Debes de saber si es o no normal lo que sientes y las razones metabólicas de todo ello. 
  • Siempre consulta con tu médico antes de adentrarte en un ayuno, sobre todo si es prolongado o recurrente. 

En la actualidad, el ayuno ha ganado popularidad como método para mejorar la salud y gestionar el peso. Sin embargo, es crucial entender cómo reacciona tu cuerpo a este proceso desde el momento en que realizas la última comida antes y comienzas el ayuno. 

Te será muy útil saber las transformaciones físicas y metabólicas que ocurren durante el ayuno, ya sea intermitente o prolongado.

Qué ocurre en las primeras horas del ayuno

Desde el momento en que consumes tu último alimento del día, tu cuerpo comienza un complejo proceso de digestión y absorción de nutrientes. Durante las primeras horas, los alimentos ingeridos se descomponen para distribuir los nutrientes a las células correspondientes. 

Por ejemplo, los carbohidratos se convierten en glucosa, parte de la cual se utiliza de inmediato para energía, mientras que el excedente se almacena en el hígado y los músculos en forma de glucógeno. Este almacenamiento es crucial para proporcionar energía durante las primeras fases del ayuno.

La adaptación al ayuno: los cambios metabólicos

A medida que avanzan las horas, especialmente después de las 12 horas de ayuno, el cuerpo empieza a utilizar las reservas de glucógeno para mantener los niveles de glucosa en sangre. 

Este proceso es esencial para asegurar que tus órganos y tejidos reciban la energía necesaria para funcionar correctamente. Sin embargo, lo interesante ocurre cuando estas reservas comienzan a agotarse.

La autofagia y la hormona de crecimiento

Alrededor de las 18 a 20 horas de ayuno, tu cuerpo entra en un estado conocido como autofagia, un mecanismo de limpieza celular que descompone y elimina las células y componentes dañados, si bien con 16 horas ya se nota. Este proceso no solo contribuye a la regeneración celular, sino que también promueve la longevidad y reduce el riesgo de enfermedades

Además, la hormona de crecimiento experimenta un aumento significativo, lo cual es fundamental para la reparación y crecimiento celular. Cada hora que pasa aumenta exponencialmente esa autofagia.

La transformación hacia la cetosis

Cuando las reservas de glucógeno se agotan completamente, lo cual suele ocurrir después de 24 horas de ayuno, el cuerpo busca fuentes alternativas de energía, iniciando la lipólisis, el proceso de descomposición de las grasas almacenadas. Por supuesto, no es aconsejable hacer ayunos tan prolongados. Si quieres realizarlo puntualmente, consulta con tu médico siempre. 

Esta fase marca la transición hacia un estado metabólico conocido como cetosis, donde los cuerpos cetónicos generados a partir de las grasas se convierten en la principal fuente de energía, especialmente para el cerebro. Este cambio metabólico no solo ayuda a perder peso, sino que también mejora la claridad mental y reduce la inflamación.

Los beneficios del ayuno intermitente avalados por estudios

Por supuesto, no hablamos de ayunos tan prolongados, sino el común de estos ayunos intermitentes, que se recomiendan entre las 12 y 16 horas. Con eso es suficiente para ver sus beneficios: 

Mejora de la sensibilidad a la insulina y control de la glucosa en sangre: el ayuno intermitente ha demostrado mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Pérdida de peso y mejora de la composición corporal: a través de la reducción de la ingesta calórica y el aumento de la utilización de grasa como fuente de energía, el ayuno puede contribuir significativamente a la pérdida de peso y a la mejora de la composición corporal.

Mejora de la salud cardiovascular: se ha observado que el ayuno reduce varios factores de riesgo cardiovascular, incluidos los niveles de triglicéridos, colesterol LDL y presión arterial.

Estimulación de la autofagia y reducción del estrés oxidativo: el ayuno activa procesos celulares como la autofagia, un mecanismo de limpieza celular que elimina componentes celulares dañados, contribuyendo a la reducción del estrés oxidativo y la inflamación.

Potencial para mejorar la longevidad: estudios en modelos animales han sugerido que el ayuno puede extender la esperanza de vida, aunque se necesitan más investigaciones para confirmar estos efectos en humanos.

El impacto a largo plazo del ayuno

El ayuno prolongado, el que supera las 24 horas, tiene efectos más profundos en el cuerpo. Aumenta la eficiencia metabólica, mejora la sensibilidad a la insulina y potencia el sistema inmunológico. Sin embargo, insisto, es crucial realizar estos ayunos bajo supervisión médica, ya que el balance entre los beneficios y los riesgos varía según el individuo.

El ayuno no es solo una práctica para controlar o reducir peso; es una herramienta poderosa para promover la salud general y prevenir enfermedades. A través del ayuno, puedes desencadenar procesos de reparación y renovación celular que son fundamentales para mantenerte saludable y prolongar tu longevidad, siempre que tu médico dé el visto bueno y veas mejora en tu calidad de vida. 

El ayuno ofrece una ventana única para comprender y mejorar nuestra salud metabólica, mental y física, pero debes de escuchar a tu cuerpo y encontrar el equilibrio que te permita disfrutar de los beneficios del ayuno sin comprometer tu bienestar.

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