Un grupo de investigadores ha desarrollado una técnica 'low cost' para convertir los granos de cebada sobrantes en combustible renovable

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Grano de la cebada
  • Este siglo XXI parece estar haciendo justicia a la máxima de que la materia no se crea ni se destruye, tan solo se transforma.
  • Casi todos los residuos pueden convertirse en algo útil, como el caso de los granos de cebada empleados para la fabricación de cerveza.
  • Un grupo de investigadores ha conseguido transformar el grano sobrante de cebada empleado por la industria cervecera en carbón activado.
  • El Carbón activado podría ser utilizado en aplicaciones como el calentamiento de combustible en hogares, briquetas de barbacoa o filtros de agua.
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Un grupo de investigadores de la universidad de Queen's en Belfast ha desarrollado una técnica "low cost" para convertir los granos de cebada sobrantes en combustible renovable.

Según datos de esta misma universidad, las cervecerías de la Unión Europea eliminan aproximadamente 3,4 millones de toneladas de grano de cebada destinado a la fabricación de la bebida alcohólica cada año, un excedente que equivale en peso a 500.000 elefantes.

En un momento en el que preocupa mucho -y con razón- el desperdicio de alimentos y la generación de residuos, un grupo de investigadores británicos ha desarrollado un método para convertir esos desechos en carbón activo.

El abundante grano sobrante de cebada empleado por la industria cervecera fue sometido a un proceso de secado dirigido por Ahmed Osman, principal responsable de la investigación.

Después se aplicó al cereal un tratamiento químico y térmico en dos etapas, empleando ácido fosfórico y un lavado con hidróxido de potasio, ambos productos de carácter económico.

El producto resultante fue carbón activado, que podría ser utilizado en aplicaciones como el calentamiento de combustible en hogares, briquetas de barbacoa o filtros de agua. En pruebas de laboratorio, un solo kilo de grano fue suficiente para crear suficiente carbono para cubrir 100 campos de fútbol. 

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La técnica puede emplearse, además de las mentadas aplicaciones, para crear nanotubos de carbono que ya se están empleando para diseñar mejores baterías, transistores e incluso músculos artificiales. Por otra parte, la nueva tecnología no solamente contribuirá a la reducción del desperdicio alimentario, sino también al impulso de la economía local de las regiones donde se encuentran las cervecerías.

“Las formas líquidas de carbono normalmente se envían al Reino Unido desde el Medio Oriente, y el biocarbono sólido, en forma de gránulos de madera, se envía desde los Estados Unidos y otros lugares”, dice Osman. “Usando esta nueva técnica, podemos utilizar más recursos producidos localmente, reducir las emisiones vinculadas con el sector agrícola y también estamos creando un producto de alto valor”, apunta el responsable del estudio, destacando las ventajas de este método innovador.

La investigación ha visto la luz en el Journal of Chemical Technology and Biotechnology.

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