Alerta de los científicos: necesitaríamos entre 5 y 10 años de antelación para poder detener un asteroide asesino en dirección a la Tierra

Ilustración artística de asteroides volando cerca de la Tierra.
Ilustración artística de asteroides volando cerca de la Tierra.

Peter Carril/ESA

  • La NASA ha simulado un caso en el que un asteroide se aproxima a la Tierra y choca en un plazo de seis meses.
  • Los expertos determinaron que ese tiempo no es suficiente para detenerlo. Necesitaríamos al menos cinco años para desviar un asteroide.
  • Para disponer de ese tiempo de aviso, la NASA necesita un nuevo telescopio espacial capaz de detectar asteroides.
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El mes pasado, los expertos de la NASA y de otras agencias espaciales de todo el mundo se enfrentaron a un hipotético y preocupante escenario: un misterioso asteroide recién descubierto a 50 millones de kilómetros de distancia se dirigía a la Tierra. El impacto de la roca espacial iba a producirse en un plazo de seis meses.

La situación formaba parte de un ejercicio de una semana de duración que pretendía recrear la llegada de un asteroide con el fin de ayudar a los expertos a practicar las posibles respuestas ante una situación de este tipo.

El simulacro enseñó al grupo una dura lección: si un asteroide que se aproxima a la Tierra fuera avistado con tan poca antelación, no hay nada que se pueda hacer para evitar que choque con el planeta. Los expertos determinaron que ninguna de las tecnologías existentes podría impedir el impacto del asteroide, dado el plazo de seis meses del escenario. No existe ninguna nave espacial capaz de destruir un asteroide o desviarlo de su trayectoria que pueda despegar y volar hasta el asteroide en ese tiempo.

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Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, ayudó a organizar el reciente simulacro, así como otros cinco anteriores. Afirma que este ejercicio prepara a los participantes para el fracaso.

"Es lo que llamamos un escenario de alerta", explica a Business Insider. "Fue, por su diseño, muy exigente".

En realidad, si un asteroide como el ficticio se dirigiera a la Tierra, los científicos necesitarían años no meses de aviso. Cinco años es el mínimo, según Chodas. Otros, como el astrónomo del MIT Richard Binzel, dicen que necesitaríamos al menos una década.

"El tiempo es el bien más valioso que se puede desear si nos enfrentamos a una amenaza real de asteroides", afirma Binzel a Business Insider.

Pero los científicos no han identificado la mayoría de las rocas espaciales peligrosas que pasan cerca de nuestro planeta, lo que hace que las posibilidades de que dispongamos de un periodo de alerta de cinco o diez años sean escasas. En 2005, el Congreso de Estados Unidos trató de resolver este problema ordenando a la NASA que encontrara y rastreara el 90% de todos los objetos cercanos a la Tierra que midieran 140 metros o más. Con ese tamaño, los asteroides podrían destruir una ciudad del tamaño de Nueva York. Pero hasta la fecha, la NASA sólo ha detectado un 40% de esos objetos.

"Lo que esto significa es que, por ahora, confiamos en la suerte para mantenernos a salvo de los grandes impactos de asteroides", dice Binzel. "Pero la suerte no es un plan".

Para defender un planeta, "conoce a tu enemigo"

Un asteroide del tamaño de una casa entró en la atmósfera por encima de Cheliábinsk, Rusia, en 2013.
Un asteroide del tamaño de una casa entró en la atmósfera por encima de Cheliábinsk, Rusia, en 2013.

AP

En la reciente simulación de la NASA, los científicos participantes no tuvieron conocimiento del tamaño del hipotético asteroide hasta una semana antes de que impactara contra la Tierra.

"No sabíamos si el objeto tenía 35 metros de diámetro o 500 metros. Y eso supone una diferencia muy grande", explica a Business Insider Sarah Sonnett, investigadora del Instituto de Ciencias Planetarias de Estados Unidos que participó en el ejercicio.

Un asteroide de 35 metros podría explotar en la atmósfera y provocar una onda expansiva en un barrio de una ciudad. Un asteroide de 500 metros podría diezmar toda una ciudad, afectando a una zona del tamaño de Francia.

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Por ello, para evitar que un asteroide impacte contra la Tierra es fundamental conocer lo más posible sobre la roca. Eso incluye su tamaño, la trayectoria que sigue alrededor del sol y de qué está compuesto. Con esa información, los científicos pueden evaluar estrategias para destruir la roca o interrumpir su trayectoria.

"Se necesita tiempo para conocer a tu enemigo", afirma Binzel.

Según Sonnett, lo ideal sería que los científicos pudieran estudiar un asteroide peligroso cuando pasara por la Tierra unas cuantas veces en su órbita alrededor del sol, antes de que esa trayectoria lo acercara lo suficiente como para colisionar con nuestro planeta. Observar el paso de un asteroide varias veces podría llevar años o incluso décadas.

Paso 2: Destruir o desviar el asteroide

Ilustración artística de la fragmentación de un asteroide.
Ilustración artística de la fragmentación de un asteroide.

Reuters/NASA/JPL-Caltech

La NASA tiene tres herramientas principales en su arsenal de defensa planetaria. La primera consiste en detonar un artefacto explosivo cerca del asteroide que se aproxima para dividirlo en trozos más pequeños y menos peligrosos. La segunda es disparar láseres capaces de calentar y vaporizar la roca espacial lo suficiente como para cambiar su trayectoria orbital. La tercera es enviar una nave espacial para que choque con el asteroide y lo desvíe de su trayectoria.

La NASA está a punto de probar esta última estrategia. Su Prueba de Redirección de Asteroides Doble enviará una sonda al asteroide Dimorphos en otoño de 2022 y lo golpeará a propósito.

Pero cualquiera de las tres opciones, según Chodas, puede llevar años.

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"Normalmente, es un proceso largo y de varios años desde la propuesta hasta tener realmente una nave espacial en un vehículo de lanzamiento, por no hablar del hecho de que todavía hay que hacer un viaje de crucero para llegar a su destino y desviar el asteroide", explica. 

Después, la trayectoria del asteroide alrededor del sol tardaría uno o dos años en cambiar lo suficiente como para alejarlo de la Tierra. Por eso es importante la línea de tiempo: cuanto antes puedan los científicos identificar una roca espacial peligrosa, menos ambiciosa tendrá que ser la misión de desviación.

Una ilustración de la nave espacial DART.

NASA/Johns Hopkins APL

Pero, por supuesto, todos estos métodos son inútiles si nadie sabe que el asteroide se acerca.

"Creo que la mejor inversión es el conocimiento. La mejor inversión es saber lo que hay ahí fuera", afirma Binzel.

Eso significa que hay que completar un catálogo de objetos cercanos a la Tierra que puedan dañarla.

La NASA está desarrollando un telescopio espacial para rastrear asteroides

Concepto artístico del telescopio espacial NEO Surveyor de la NASA.
Concepto artístico del telescopio espacial NEO Surveyor de la NASA.

NASA/JPL-Caltech

La NASA está planeando una misión para rastrear asteroides que son muy poco visibles para los telescopios de la Tierra. La misión NEO Surveyor, como se conoce (NEO significa en inglés objeto cercano a la Tierra), lanzaría un telescopio infrarrojo a la órbita de la Tierra en 2026. Sonnet forma parte del equipo de la misión.

"Si hacemos ahora el trabajo de encontrar esos objetos y rastrearlos, conocer sus órbitas, saber hacia dónde se dirigen, y luego determinar su tamaño, estaremos en buena posición", señala.

Si el telescopio se lanza y funciona según lo previsto, debería cumplir el mandato del Congreso estadounidense de encontrar el 90% de los objetos cercanos a la Tierra más peligrosos.

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Pero durante cinco años, el NEO Surveyor ha estado atrapado en el "infierno del limbo de las misiones de la NASA", en palabras de Binzel. Debido a una financiación insuficiente, no ha pasado de la fase inicial de desarrollo.

Sonnett cruza los dedos para que la misión NEO Surveyor salga bien parada en una futura revisión. A finales de este mes, la NASA evaluará si la misión está lista para pasar a la siguiente fase. En caso afirmativo, el equipo podría empezar a construir prototipos y a desarrollar hardware y software. En caso contrario, el lanzamiento del telescopio podría retrasarse todavía más.

"Como ahora tenemos la capacidad de detectar y conocer lo que hay ahí fuera, creo que científicamente tenemos la responsabilidad moral de obtener esa información", asegura Binzel. "Sería inconcebible que nos pillara por sorpresa el impacto de un asteroide que podríamos haber visto venir".

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