¿Es posible curar los sofocos? La ciencia está cada vez más cerca de lograrlo sin hormonas

sofocos
  • Son uno de los síntomas más limitantes y comunes de la menopausia, que hasta ahora se trataban con hormonas, lo que puede incrementar el riesgo de cáncer. 
  • Una nueva clase de fármacos específicos para los sofocos parece cerca de ser una realidad. De uso oral, se centran en actuar sobre el grupo neuronas KNDy, responsables de la regulación de la temperatura corporal.

Los sofocos son uno de los síntomas más comunes de la menopausia. Se manifiestan como una repentina sensación de calor y ansiedad provocando un aumento del flujo sanguíneo de la piel del cuello, cara y tórax.

Un solo episodio puede durar de uno o 2 minutos o hasta 5, sucediéndose repetidas veces cada día. Acompañados de ansiedad, sudoración y palpitaciones, son más incapacitantes de lo que parecen. Durante la noche, lo que se conoce como sudoración nocturna, afectan al descanso a largo plazo.

Hasta ahora la terapia disponible para curar los sofocos se basa en hormonas. El objetivo, restaurar la cantidad de estrógenos que se reducen durante la menopausia para mitigar los efectos de ello. Sin embargo, esta aproximación no es adecuada para todas las mujeres, ya que se ha vinculado a mayor riesgo de cáncer de mama.

"Actualmente es un tratamiento que se sigue en contadas excepciones, tan solo cuando los síntomas son graves", explica Juana Hernández, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Pedro de Logroño,

A medida que los científicos han avanzando en la comprensión de qué causa los sofocos el camino directo hacia su curación sin hormonas parece estar más cercano. 

Varias terapias emergentes destinadas a inhibir ciertas neuronas vinculadas a los efectos termorreguladores han mostrado últimamente resultados alentadores.

Uno de estos fármacos, conocido como fezolinetant, está siendo revisado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA). Si se aprueba, la opción de tratamiento no hormonal podría llegar el próximo año.

"Sería la primera nueva clase de fármacos específicos para los sofocos" desde la aparición en 1941 del tratamiento Premarin, a base de estrógenos, afirma a National Geographic Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud de la Mujer de Mayo Clinic y directora médica de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS).

Neuronas KNDy, el combo responsable de los sofocos

Naomi Rance, profesora emérita de neuropatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona, basó su campo de investigación en conocer los cambios que se producen en el sistema nervioso central en respuesta a la menopausia.

Su trabajo le llevó a identificar en el hipotálamo 3 proteínas de señalización: la kisspeptina, la neuroquinina B, y la dinorfina. Conocidas como neuronas KNDy, los estudios en animales revelaron
su papel en la regulación de la temperatura. 

"Las neuronas envían axones a las zonas que controlan la temperatura corporal en el hipotálamo". Como son "muy, muy sensibles a los niveles de estrógeno", cuando la hormona disminuye, aumenta la actividad de estas neuronas, aclara en National Geographic.

 

Un medicamento para acabar con los sofocos sin hormonas

Desde entonce varios ensayos se han dirigido a probar la eficacia de medicamentos capaces de bloquear los receptores de las neuronas KNDy reduciendo con ello estas alteraciones de temperatura. 

En EEUU, la FDA aceptó en agosto la solicitud de nuevo fármaco para fezolinetant. Desarrollado por la farmacéutica japonesa Astellas, actúa bloqueando la unión de la neurocinina B (NKB) en el complejo KNDy,  para moderar la actividad neuronal en el centro termorregulador del cerebro (el hipotálamo. 

Los datos relativos a un estudio sobre 501 mujeres posmenopáusicas de entre 40 y 65 años, que experimentaron 7 o más sofocos diarios, mostraron que tras 52 semanas, aquellas que tomaron el fármaco vieron reducir la severidad y frecuencia de estos síntomas respecto del placebo.

Bayer es otra de las compañías que ha entrado en la carrera de una terapia no hormonal para combatir los efectos de la menopausia. En 2021 inició un ensayo en fase 3 para valorar la eficacia y seguridad de elinzanetant de uso oral y que también bloquea la actividad de KNDy.

En 2013 la FDA aprobó un fármaco no basado en hormonas destinado a los sofocos. Bajo el nombre de Brisdelle y desarrollado por Noven Pharmeceutical, el medicamento supone en realidad una dosis baja de un antidepresivo inhibidor selectivo de la serotonina.

Sin embargo su eficacia podría verse afectada por los efectos secundarios. Entre los más comunes: dolor de cabeza, fatiga, nauseas, vómitos o aumento de riesgo de hemorragia. Además de los vinculados a un antidepresivo, incluido el riesgo de suicidio, informó entonces El País.

En la investigación con fezolinetant, el efecto secundario más común hasta el momento fueron dolores de cabeza transitorios, según los resultados presentados. 

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