Una medusa inmortal tiene la receta para estirar la longevidad, y científicos españoles acaban de descifrar sus claves genéticas
- Investigadores de la Universidad de Oviedo logran secuenciar el genoma de la medusa inmortal (Turritopsis dohrnii), averiguando las diversas claves genómicas que contribuyen a extender su longevidad hasta el punto de poder evitar su muerte.
- La investigación abre la puerta a nuevas pistas para luchar contra el deterioro celular y las enfermedades ligadas al envejecimiento en otras especies, como la humana.
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La naturaleza jamás deja de sorprendernos: existe una especie de animal que esconde la llave de la vida eterna. Se trata de la medusa inmortal (Turritopsis dohrnii), cuyo genoma acaba de ser secuenciado por investigadores españoles de la Universidad de Oviedo, abriendo las puertas al estudio del envejecimiento y el descubrimiento de maneras de combatir el deterioro celular.
Estas medusas biológicamente inmortales viven en el mar Mediterráneo y en las aguas de Japón. Es un animal único, de los pocos capaces de revertir su edad adulta y paralizar el envejecimiento, regresando a una edad sexualmente inmadura de forma individual.
Cuando una medusa T. dohrnii sufre alguna clase de tensión medioambiental o agresión física, se enferma o envejece, puede revertir su estado a la etapa de pólipo mediante un proceso de desarrollo celular de transdiferenciación. Teóricamente, puede replicar este proceso de forma indefinida y de esta manera, vivir para siempre.
Ahora, y tras 5 años de estudio, un equipo de investigadores españoles de la Universidad de Oviedo ha descubierto cuáles son las claves genéticas de esta medusa inmortal. Para saber cómo evita el envejecimiento, Maria Pascual-Torner y su equipo secuenciaron su genoma, su conjunto completo de instrucciones genéticas, y lo compararon con el de la medusa carmesí mortal (Turritopsis rubra).
Entre sus hallazgos, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), descubrieron que la medusa inmortal tenía el doble de copias de genes asociados con la reparación y protección del ADN, que podrían generar una mayor cantidad de proteínas protectoras y restauradoras.
Otro descubrimiento es que este animal marino —que mide menos de 4 milímetros de grosor— posee mutaciones únicas que atrofian la división celular y evitan el deterioro de los telómeros, las tapas protectoras de los cromosomas.
Durante la metamorfosis inversa para retornar a la fase de pólipo, las medusas son capaces de silenciar sus genes de desarrollo para devolver las células a un estado primordial. También activan otros genes para que las células que nacen se vuelvan a especializar una vez que brota una nueva medusa. Estas alteraciones genéticas las protegen del paso del tiempo.
Según recogeNew Sciencist, la investigadora Maria Pia Miglietta de la Universidad Texas A&M en Galveston destaca que la medusa carmesí también puede rejuvenecer, pero no tan comúnmente como la T. dohrnii. "Compararlas podría revelar diferencias en el grado de inmortalidad en lugar de la clave de la inmortalidad en sí" anota.
"Este trabajo no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo", destaca Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la universidad asturiana, y autor del estudio.
Las teclas genéticas identificadas pueden arrojar luz para la medicina regenerativa o proporcionar información sobre enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer y las afecciones neurodegenerativas como el alzhéimer.
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