Volé ida y vuelta de Nueva York a París en las clases business y turista de JetBlue: la clase preferente era más lujosa, pero me sorprendió lo mucho que me gustó la económica
- Volé a París en la clase business Mint de JetBlue y volví en un asiento económico "aún más espacioso".
- Los asientos "aún más espaciosos" de JetBlue están en la parte delantera de la sección económica y tienen más espacio para las piernas.
- Mint era más lujoso, pero el asiento de clase turista era mucho mejor de lo que esperaba.
A principios de este verano, volé ida y vuelta de Nueva York a París con JetBlue. En el trayecto de ida, volé en Mint, la sección de clase business de la aerolínea, y volví en un asiento "aún más espacioso", una opción económica con más espacio para las piernas.
Después de mi primer vuelo internacional en clase preferente, me preocupaba que sentarme en clase turista fuera doblemente incómodo. Pero descubrí que, aunque la primera clase de JetBlue tiene sus ventajas, la clase turista también las tiene. En cada vuelo, me sorprendió encontrar comida sabrosa, asientos razonablemente cómodos y espacio suficiente para cruzar el Atlántico sin sentirme demasiado apretada.
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En general, el vuelo internacional de unas seis horas fue sorprendentemente soportable en todas las clases. Esta fue mi experiencia volando en laws dos clases.
Las ventajas de la clase Mint empezaron cuando llegué al aeropuerto, ya que los pasajeros de la clase preferente tienen un control de seguridad más rápido.
La ventaja era buena en teoría, pero la cola para pasar el control de seguridad en el aeropuerto JFK seguía siendo larga, y se tardaba unos 30 minutos en pasar, comparable al control de seguridad como pasajero de clase turista.
Los pasajeros Mint embarcaron primero, una ventaja que nunca había experimentado antes.
Dado que los asientos "aún más espaciosos" son una versión mejorada de la clase turista, los pasajeros también son de los primeros en embarcar.
Los asientos son muy diferentes: la clase business ofrece una "suite" privada y un asiento totalmente reclinable.
Por otro lado, los asientos "aún más espaciosos" son prácticamente iguales a los de clase turista, pero con más espacio. JetBlue indica que estos asientos tienen hasta 18 centímetros más de espacio para las piernas que los asientos normales de clase turista.
Fuente: JetBlue
De entrada, la experiencia Mint fue más lujosa. Me sirvieron una copa de champán mientras me acomodaba en mi asiento.
El asiento también venía con un paquete de regalos, incluidos unos auriculares para usar durante el vuelo.
También nos regalaron un transmisor de audio por Bluetooth, un dispositivo con el que puedes ver la tele sin molestos cables.
Los pasajeros de Mint también reciben una bolsa con artículos de aseo, como un cepillo y pasta de dientes, zapatillas, tapones para los oídos y un antifaz para dormir.
Los pasajeros de clase turista también reciben gratis una bolsa de silicona reutilizable llena de artículos de aseo.
Aunque menos extensa que la de Mint, me siguió sorprendiendo el hecho de que los pasajeros de clase turista recibieran bolsas de regalo. Dentro había un par de calcetines, una loción, una toallita facial y un caramelo de menta.
La experiencia gastronómica en clase business fue fenomenal, ya que los pasajeros pueden preparar su comida desde la pantalla del respaldo de su asiento.
Me alegró descubrir que esta ventaja se ofrecía también en clase turista.
La comida de la clase business era de otro nivel. Cené puré de guisantes, pasta, ensalada y helado de vainilla. Fue sin duda la mejor comida de avión que he probado nunca.
Aunque no tan gourmet como la primera clase, la clase turista seguía teniendo comida deliciosa. Desayuné tortitas con melocotón, yogur de coco con pomelo y un trozo de tarta de zanahoria.
Los asientos totalmente ereclinables de Mint eran sin duda la opción más cómoda.
Dormir en mi asiento de clase turista seguía siendo como dormir en clase turista: no lo mejor, pero tampoco terrible.
La clase business tenía una pantalla de entretenimiento mucho más grande.
La pantalla del asiento económico era como cualquier otra pantalla que haya visto en otros aviones.
Una cosa que me gustaba más del asiento económico era que podía ver por la ventanilla.
Mientras que en la clase business, la ventanilla estaba parcialmente detrás de mi asiento, por lo que no podía ver mucho.
En general, ambos asientos y las comodidades que los acompañan hicieron más llevadero el viaje transatlántico.
Aunque, por supuesto, me encantaría viajar siempre en clase preferente, la opción económica de JetBlue le sigue de cerca.
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