Las empresas españolas más innovadoras en biotecnología

Alberto Iglesias Fraga
Laboratorio de Biotecnologia

La biotecnología —esa confluencia de ciencia e ingeniería con los procesos más elementales de la naturaleza y la vida— sigue sonando a veces como un canto de sirenas, como una de esas aproximaciones futuristas que no tienen cabida en el mundo de hoy. Pero nada más lejos de la realidad: hace décadas que estas aplicaciones están entre nosotros, desde el ámbito farmacéutico a la producción de nuevos materiales, pasando por un sinfín de casos de uso de los que apenas nos damos cuenta, como la bioenergía o los bioproductos industriales.

Quizás es más fácil situarnos en el mapa si ponemos números a este mercado. En España, el sector biotecnológico representa nada menos que el 8,6% del Producto Interior Bruto (PIB), con más de 3.000 empresas que dan empleo a más de 930.000 personas según datos de la patronal de esta industria, Asebio. En total, todo este tejido empresarial contribuyó a la generación de forma directa, indirecta e inducida a la generación de 90.000 millones de euros de renta en 2015, según Asebio, que engloba en estas grandes magnitudes tanto a compañías dedicadas en exclusiva a la biotecnología como aquellas que trabajan en estas lides aunque no sea su principal negocio. 

En cualquier caso, si nos atenemos únicamente a las firmas biotech, el panorama sigue siendo muy prometedor en nuestro país. Hablamos de unas 654 empresas en 2015 (último año del que disponemos de datos, anotándose un 4,17% más que el curso anterior), con una contribución específica de 8.200 millones de euros y 130.453 trabajadores. En términos relativos, estamos ante una industria que todavía es muy de nicho (0,8% del PIB patrio) pero que no cesa en su crecimiento, con la salvedad obligada que supuso la crisis económica.

Sin embargo, lo que nos ocupa no es tanto el potencial de negocio de estas compañías sino su enorme capacidad innovadora, que promete transformar de forma holística muchos de los sectores y usos diarios que conocemos. Recurriendo de nuevo a Asebio, podemos constatar que en nuestro país se publicaron nada menos que 813 patentes en el sector biotecnológico en 2016. Para lograrlo, se han destinado unos 578 millones de euros en inversión dedicada al I+D en este campo, de acuerdo a los datos que recoge el INE en su Encuesta sobre Innovación en las Empresas. 

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¿En qué se traducen todas estas métricas? Cómo adelantábamos, la mayoría de las innovaciones promovidas por el sector biotecnológico en España están ligadas a la salud humana (58,8% de las aplicaciones finales de las empresas biotech) o a la alimentación (33% del total). Muy por debajo encontramos la traslación de este paradigma a otros ámbitos como la agricultura y producción forestal (18,6%), salud animal (17,4%), industria (12,1%) y medioambiente (11,8% del total de compañías analizadas por la patronal).

Entre todas ellas encontramos ya ejemplos de éxito, iconos a seguir muy de cerca, que están dando vida a las aplicaciones biotecnológicas del mañana… con sello español.

Las biotecnológicas que marcan tendencia

Como suele ser habitual en los dos mercados principales de los que la biotecnología toma prestada su identidad (esto es, la tecnología y la química/farmacéutica), las empresas que mueven la mayor parte del mercado en España tienen carácter internacional, la mayoría de ellas provenientes de Estados Unidos o países europeos como Francia, Alemania o Suiza.

Entre estos agentes de primer nivel encontramos grandes nombres como Merck, Celgene, Roche, Promega, AB Biotics o AM Gen, todos ellos con plantas de producción o laboratorios de investigación en nuestro país, así como importantes redes de distribución ya establecidas dentro de nuestras fronteras.

Hemos de bajar a un segundo estadio para encontrarnos con el creciente ecosistema de empresas consolidadas que sí pueden presumir de ser (sino enteramente de capital nacional, sí al menos de origen español).

Algunas de las más prometedoras, en base a nuestro subjetivo y necesariamente excluyente criterio, son estas:

BioKit 

Equipo de BioKit

Esta compañía catalana, perteneciente al grupo Werfen (con sede también en la Capital Condal), está especializada en la fabricación de marcadores de diagnóstico in vitro basados en reacciones antígeno-anticuerpo.

Aunque sus aplicaciones son múltiples, esta clase de tecnologías están especialmente pensadas para el estudio de enfermedades infecciones (proteínas séricas, para ser más exactos).

Actualmente, sus marcadores se exportan a más de 100 países del mundo, siendo usados en unos 8.000 centros de atención médica.

Oryzon Genomics

Oryzon Sede Central

Autodenominada como el “líder europeo en el desarrollo de terapias basadas en epigenética”, Oryzon Genomics se fundó en el año 2000 con una aproximación más de servicios genómicos para el sector farmacéutico, pero en 2008 decidió dar el salto también a la investigación de nuevos medicamentos oncológicos y para las enfermedades neurodegenerativas.

Cotizada en Bolsa desde 2015, Oryzon cuenta con el respaldo de numerosos fondos de inversión y también goza de una alianza estratégica con Roche para el desarrollo de su programa oncológico principal.

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Stat Diagnostica

Stat Diagnostica

También fundada hace ya ocho años, esta firma catalana es conocida por haber creado el sistema de diagnóstico Point of Care que simplifica los procesos y reduce el tiempo necesario para la obtención de resultados en determinados análisis clínicos, mediante la integración de capacidades de diagnóstico molecular e inmunoensayo.

Gracias a este sistema, la detección de enfermedades infecciosas, resistencias a antibióticos o la medición de biomarcadores en pacientes en estados críticos o en situaciones de urgencia es mucho más eficiente que si siguiéramos los tests tradicionales.

La compañía promete ser todo un éxito, al menos por la larga lista de accionistas que forman parte de su capital: desde Siemens hasta el Banco Europeo de Inversiones, pasando por Axis o La Caixa.

Biopolis

Biopolis

Hablar de Biopolis es hablar de microorganismos, en su máxima expresión. Y es que, esta compañía trabaja con bacterias, levaduras y hongos filamentosos para crear metabolitos microbianos: los subproductos de más o valor (enzimas, proteínas y ácidos nucléicos) a través de métodos de fermentación clásica o de ingeniería metabólica.

Sus aplicaciones son transversales, ya que abarcan desde el sector alimentario, agroquímico, químico, farmacéutico hasta el medioambiente.

Vivacell

Vivacell

Esta compañía andaluza es una de las apuestas más fuertes en nuestro país por la creación de medicamentos de base natural, especialmente derivados del cannabis, para el tratamiento de enfermedades como la inflamación crónica o las dolencias neurodegenerativas.

Para lograrlo, VivaCell ha desarrollado una plataforma capaz de analizar más de 20 dianas moleculares en estos pacientes, de modo que se puedan identificar mecanismos de actuación y áreas donde estos derivados del cannabis puedan tener aplicación. Actualmente está participada por fondos de varios países, entre ellos Canadá, y apoyada por el Parque Científico de Córdoba.

Anaconda Biomed

Se trata quizás de una de las empresas más especializadas de cuantas podemos encontrar en el panorama patrio. A ello contribuye en gran parte el hecho de que se dedica a la fabricación de dispositivos médicos y, para ser más exactos, a crear la próxima generación de catéteres para realizar trombectomías mecánicas de manera segura y eficiente en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular.

La firma catalana cuenta para ello con el respaldo del fondo español Ysios, así como de capital riesgo de Estados Unidos e Italia.

Aelix

Aelix

Esta spin off de HIVACAT está especializada en el desarrollo de inmunoterapias contra la infección por el VIH. Su principal apuesta es el inmunógeno HTI, una suerte de vacuna terapéutica para el tratamiento de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana. Su prometedora tecnología ha atraído el interés de La Caixa, Ysios y Johnson&Johnson, entre otros inversores de relevancia.

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SOM

SOM Biotech

Esta compañía, también barcelonesa y también fundada en el año 2010, está centrada en el reposicionamiento de fármacos por medio de una tecnología propia de simulación computacional con escalabilidad ilimitada.

Gracias a esta aproximación, SOM Biotech ya ha registrado ocho patentes (con tratamientos para enfermedades como la amiloidosis por TTR o la enfermedad de Huntington) y cuenta actualmente con unos 20 compuestos en desarrollo preclínico para dolencias como la adrenoleucodistrofia (cuya prueba de concepto tendrá lugar a finales de 2018), Duchenne o el glioblastoma.   

Medlumics

Volvemos a hablar de dispositivos médicos porque el producto estrella de MedLumics no es otro que AblaView, una herramienta para el tratamiento de la fibrilación auricular en el ámbito de las arritmias cardíacas. Se trata en definitiva de un catéter con un dispositivo óptico, gracias al cual los médicos podrán seguir en tiempo real y visión de 360 grados el resultado de su intervención.

MedLumics es una de las empresas biotecnológicas de base española que ha atraído la atención de inversores de una variedad más heterogénea: desde españoles como La Caixa hasta fondos franceses, irlandeses o italianos se pueden encontrar detrás de Medlumics.

Pharmamar

Edificio Pharmamar

Esta firma está trabajando en una nueva generación de tratamientos antitumorales a partir de la biotecnología marina. No en vano, esperan encontrar en la gran biodiversidad de nuestros mares algún modelo para el descubrimiento de fármacos que nos ayuden a luchar contra el cáncer.

Pharmamar pertenece a Zeltia, un conglomerado cotizado en Bolsa de empresas químico-farmacéuticas y cuyos tentáculos se extienden desde la propia PharmaMar hasta Sylentis (fármacos basados en silenciamiento génico), Zelnova (insecticidas y ambientadores), Xylazel (productos de protección de la madera) y Genomica (análisis molecular). 

Las recién llegadas

Pero más allá de estas empresas ya más o menos consolidadas en el mercado, existe espacio para el nacimiento de nuevas ideas y la germinación de proyectos que van incluso más allá en las inmensas posibilidades de la biotecnología. En ese sentido, y de nuevo remitiéndonos a los últimos informes disponibles del sector, que analizan la foto del año 2016, podemos hacer un barrido por interesantes startups que han nacido con ambiciones muy diversas pero una misma base: la ciencia y la pasión por la innovación.

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Desde Abvance Biotech (empresa madrileña dedicada al desarrollo de fármacos basados en anticuerpos dirigidos selectivamente a proteínas clave) hasta Albajuna Therapeutics (catalana que trabaja en nuevas inmunoglobulinas sintéticas contra el VIH), pasando por Biopina (valenciana que investiga productos biotecnológicos para el tratamiento de la piedra natural -mármol- y mejorar así su dureza, resistencia mecánica o color). Bajo este mismo paraguas de actividad surge a su vez Pump it Nanotech, startup catalana que quiere usar la nanotecnología para deshacerse de las burbujas en dispositivos microfluídicos en cualquier condición de gravedad.

También encontramos a DNActive (compañía andaluza que se dedica al análisis, diagnóstico, prevención y tratamiento en medicina deportiva, genética y nutrición), Empromar (empresa gallega que realiza análisis de toxinas y seguimiento de cultivos en bateas), Aora Health (dedicada a la creación y comercialización de nutracéuticos) o la navarra Bioinsectics (bioinsecticidas). 

Siguiendo con las aplicaciones en la salud podemos destacar asimismo a GiStem Researh (asturiana que trabaja en productos biológicos basados en células madre uterinas), Ibersens Innova (han creado un biosensor para medir el estrés a través de la hormona del estrés), Lentistem Biotech (nuevas terapias para enfermedades raras y cáncer basadas en terapia génica) o Microviable Therapeutics (soluciones biotecnológicas para la microbiota intestinal humana).

Reflejo a escala mundial

La situación en nuestro país es prácticamente un reflejo de lo que se vive, a una escala mayor, si ampliamos las miras fuera de nuestras fronteras. Y es que, a nivel internacional también es fácil encontrar más de un centenar de compañías de esta industria consolidadas e, incluso, que cotizan en los principales parqués del mundo.

Un ejemplo destacado de este selecto grupo es AM Gen. Se trata de una compañía norteamericana que ha traducido la biotecnología en tratamientos especializados para enfermedades óseas, inflamaciones, algunos tipos de cáncer e incluso la nefrología. En otra suerte de categoría encontramos a Gilead Sciences (tratamientos basados en la biotecnología para combatir el VIH o enfermedades hepáticas en su más amplia concepción) o Biogen (medicamentos de nuevo cuño para enfermedades neurodegenerativas, hemofilia y desórdenes autoinmunes), pasando por Regeneron (propuestas para superar la degeneración macular, los problemas de visión e incluso el cáncer de colón).

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Tal es el interés que la biotecnología ha despertado en el mercado que existen ya índices bursátiles específicamente destinados a compañías de esta industria, como el NASDAQ Biotechnology (NBI). En ellos, las compañías más innovadoras del sector pueden acceder a amplias posibilidades de financiación y, lo más importante para el conjunto del ecosistema, ayudar a poner en valor el potencial de estas soluciones de nuevo cuño.

¿Algunas de las empresas más destacadas de este índice? Si nos atenemos a un reciente diagnóstico de Merrill Lynch, deberemos tener las miras puestas en Celgene, Alexion Phamaceuticals, Incyte, Bluebird Bio, Ultragenyx Pharmaceutical o Clovis Oncology, entre otras.

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