Escrivá propone congelar hasta 2027 los recortes de la reforma de las pensiones: pide retrasar 6 años el factor intergeneracional con el que busca reducir el gasto

Mientras la negociación con los agentes sociales para la derogación parcial de la reforma laboral comienza a alcanzar consensos, el Gobierno, los sindicatos y las patronales siguen sin conseguir avances sustanciales respecto a la reforma de las pensiones, pese a que ya hace más de 5 meses la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo aprobó por amplia mayoría sus recomendaciones para abordar esta medida.

No obstante, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha estado presentando en las últimas semanas varias propuestas sobre la modificación del sistema público de jubilación a la mesa del diálogo social, como la de incentivar con hasta 12.060 euros cada año trabajado después de la edad legal de jubilación para mejorar la sostenibilidad del sistema sumando años trabajados a partir de los 66.

El ministro de Seguridad Social asegura que los españoles dependen "demasiado" de las pensiones públicas para su jubilación

Además, Escrivá presentó el pasado viernes una nueva propuesta a sindicatos y patronal para derogar el factor de sostenibilidad incluido en la anterior reforma y congelar hasta 2027 la aplicación del factor de solidaridad intergeneracional que sustituiría al anterior y con el que el ministro busca reducir el gasto en pensiones y evitar traspasar a las generaciones más jóvenes todo el coste de las jubilaciones de la llamada generación del baby boom, según avanzaLa Información.

De hecho, el mecanismo intergeneracional propuesto por Escrivá en enero prevé repartir el gasto de las jubilaciones de esa cohorte de edad recuperando parte de la metodología del factor de sostenibilidad, que fue aprobado en la reforma de las pensiones de 2011 como herramienta para desvincular la cuantía de las prestaciones de la evolución del IPC a partir de 2019, pero que en 2013 se decidió retrasar su puesta en marcha hasta 2023 y actualmente se lo considera prácticamente derogado.

El funcionamiento de esta medida generacional se basa en factores como el equilibrio entre cotizantes y pensionistas y la evolución de la esperanza de vida para repartir el coste que supondrá la jubilación de los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964, ajustando las futuras pensiones al aumento de la longevidad y a la mayor carga que soportará el sistema, introduciendo elementos correctores para revisar el cálculo de la pensión según se va retrasando la edad de jubilación.

Esta propuesta, sin embargo, ha contado con el rechazo de patronal y sindicatos y ha recibido críticas desde el Gobierno de coalición, dado que Unidas Podemos considera que se traducirá en recortes de prestaciones, según La Información. Así, esta medida podría correr la misma suerte que la propuesta de Escrivá de elevar de 25 a 35 los años de cotización según los que se calcula la prestación, que el ministro negó posteriormente haber presentado ante el rechazo generalizado en el Ejecutivo.

No obstante, otras propuestas de Escrivá sí podrían contar con más respaldo, como el establecimiento de un sistema de cotización a la Seguridad Social por ingresos reales para autónomos desde enero de 2022, la reforma del complemento de maternidad de pensiones, el aumento de las bases máximas de cotización o la equiparación de viudas de parejas de hecho, aunque la negociación sobre estas propuestas aún no ha comenzado, según el digital.