Estados Unidos y China llegan a una tregua en la guerra comercial, frenando nuevos aranceles por valor de 300.000 millones de dólares

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Business Insider España
El presidente de Estados Unidos Donald Trump saluda al presidente chino Xi Jinping, antes del inicio de su encuentro durante la reunión G20, celebrada hoy en Osaka, Japon.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump saluda al presidente chino Xi Jinping, antes del inicio de su encuentro durante la reunión G20, celebrada hoy en Osaka, Japon.REUTERS/Kevin Lamarque
  • El presidente Donald Trump y el presidente Xi Jinping han llegado a una tregua durante un encuentro anticipado celebrado en la noche de ayer, en el marco de la reunión G20 de Japón.
  • La tregua permitiría a Estados Unidos y China evitar la gravación de 300.000 millones de dólares en impuestos, que  habría salido adelante de no haberse llegado a un acuerdo durante la reunión.
  • Trump y Xi se han enfrentado a una creciente presión para poner fin a la guerra de comercio, que dura ya más de un año y amenaza el crecimiento de ambos países en plena recesión económica.

Estados Unidos y China han llegado a un acuerdo hoy mismo para poner fin a la escalada de tensión iniciada el pasado año, conocida como guerra de comercio, y han paralizado la gravación de impuestos en sendos países, que habría tenido un gran impacto en la economía global. 

Recientemente, el presidente de Estados Unidos amenazaba con imponer más aranceles en la última fase de las negociaciones comerciales, de no llegarse a un acuerdo en el encuentro con el presidente Xi Jinping en el marco de la reunión G20. 

"Ha sido un encuentro satisfactorio", contaba Trump a los periodistas en la mañana del sábado, sin dar demasiados detalles. La agencia de noticias estatal Xinhua reportaba al mismo tiempo que Estados Unidos había decidido paralizar la gravación de 300 mil millones de dólares en impuestos, que afectaría a un gran número de productos (desde teléfonos móviles a ropa).

"Excelente, diría que ha sido excelente", continuaba. "Ha ido tan bien como se preveía. Hemos discutido sobre diferente temas, y hemos enderezado el camino. Ya veremos qué pasa en los próximos días pero desde luego, ha sido una reunión muy satisfactoria".

Esta tregua permitiría a la delegación comercial sacar adelante un acuerdo entre ambos países tras más de una docena de intentos fallidos el pasado mayo. Estados Unidos acusaba incluso a China de faltar a su palabra en temas acordados de antemano, lo que finalmente llevó al anuncio de imposición de tasas por parte de ambos países (cerca de 360 mil millones de dólares).

Trump y Xi se han enfrentado a una creciente presión para poner fin a la guerra de comercio, que dura ya más de un año y amenaza el crecimiento de ambos países en plena recesión económica. 

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En los últimos meses, Trump ha recibido considerable apoyo frente a las supuestas agresiones de China, entre las que se incluye la transferencia de tecnología extranjera y los subsidios estatales a gran escala, que amenazarían con socavar los cimientos de la competencia subvencionando las empresas nacionales.

No obstante, las críticas hacia el proteccionismo comercial por parte del partido republicano van aumentando conforme se acercan las elecciones de 2020. Los efectos de los impuestos se habrían sentido en regiones con mayoría republicana, y en particular entre los granjeros y sectores enfocados al comercio. 

Cientos de compañías y representantes de industria hacían pública su oposición respecto a la imposición de impuestos a los productos de China, que provocaría el aumento de los costes y se cobraría muchos puestos de trabajo. 

Las amenazas de Trump y el clima de incertidumbre habrían tenido consecuencias nefastas en la inversión según Brian Keare, el oficial de información de campo en Incorta, una startup de software de analítica.

"Con una diferencia tan grande entre la demanda de ambos países, cualquiera que crea saber cómo acabará esto, se engaña a sí mismo" añadía Keare, quien trabaja con compañías como Broadcom, Starbucks y Apple. "No importa lo que ocurra al final; negocios de todo el mundo se sumirán en un auténtico caos y la economía a nivel global se verá afectada."

En China, el presidente Xi se ha encontrado también con una situación complicada, en la que debía mantenerse implacable pero al mismo tiempo, avanzar hacia un acuerdo que podría desencadenar una recesión anticipada. La guerra de comercio ha añadido tensiones a la economía china, que se encuentra inmersa en la recesión más marcada de últimos 25 años.

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