"No puedes dar la vuelta al mundo y pensar que son vacaciones": así es la experiencia de una joven pareja española que lleva más de un año viajando

Sofía y Jesús, pareja que viaja por el mundo

@_theworldtogether

  • Sofía y Jesús llevan más de un año viajando por el mundo y la aventura les ha enseñado muchas lecciones.
  • Una de ellas es ser conscientes de que no están de vacaciones y que tienen que ajustarse a un presupuesto muy bajo dejando de lado todos los estándares de calidad que conocían.

En enero de 2022, Sofía Lusson y Jesús Sánchez dieron comienzo al viaje de sus vidas, una experiencia con la que llevaban mucho tiempo soñando. 

La pareja de treintañeros se propuso dar la vuelta al mundo cargando con sus mochilas durante un año y medio, una aventura que muestran a través de su perfil de Instagram y les sirve de diario para sus familias.

"Yo siempre había querido hacer un viaje así. En 2015, compré vuelos para irme en febrero del 2016 yo sola, pero en agosto conocí a Jesús", relata la madrileña.

De agosto a febrero cambió de opinión y acabó quedándose en tierra, pero la idea nunca se le fue de la cabeza, confiesa.

"Me lo repetía constantemente", bromea el cacereño.

Tuvo que llegar la pandemia para que por fin se decidiesen a emprender el viaje que comenzaron hace ya más de 400 días. Sin embargo, las estrictas restricciones por el COVID-19 a nivel mundial también truncaron sus planes iniciales de dejar Madrid en enero de 2021, por lo que pospusieron la salida un año.

La idea era que este recorrido por el mundo durara un año, pero como todos los planes relacionados con este viaje, nada acaba saliendo como uno había pensado y la aventura se ha alargado otros 6 meses. En total, 18 meses conviviendo en pareja con una mochila a sus espaldas cargada de historias y anécdotas "muy bonitas, pero también demasiado surrealistas" que contar a su vuelta. 

"No te sirve de nada planear. Puedes tener una idea global del itinerario, con cuántos días pasar en cada país, pero de ahí a lo que sale luego, todo cambia", comenta Jesús.

"Nuestro plan inicial se rompió el segundo mes. Lo único que hemos mantenido es el orden", añade Sofía. "Teníamos la idea de quedarnos 16 días en Bolivia y nos quedamos 35; 50 días en México y al final fueron 90. En el Salvador iban a ser 10 días y acabó siendo un mes".

Ellos aconsejan marcar en un mapa sitios que te interesan, y una vez que llegas al país ves qué puedes hacer.
Ellos aconsejan marcar en un mapa sitios que te interesan, y una vez que llegas al país ves qué puedes hacer.

Cortesía de Sofía Lusson

Como indican los jóvenes, las situaciones cambian por factores que no dependen de ti. Por el momento, ya han recorrido Sudamérica y Centroamérica, aunque el viaje empezó en Egipto a consecuencia de las cancelaciones de vuelos de la época de la pandemia.

En el momento de este entrevista para Business Insider España, la pareja se encuentra en Managua, pero su camino continuará en Los Ángeles y Honolulu (Hawái) durante 3 días para dar el salto a Sídney. La parada de una semana en Australia les llevará a Asia, por donde viajarán durante 3 meses.

Dar la vuelta al mundo está muy romantizado y no significa estar de vacaciones

Tras muchos autobuses, aviones y todo tipo de alojamientos y adversidades, los jóvenes han aprendido muchas lecciones de esta aventura. 

"Creo que todo el mundo, antes de salir a hacer un viaje así, tiene que saber que no son vacaciones. Nosotros también lo pensábamos y para nada es así. Dar la vuelta al mundo está muy romantizado, pero es mucho más duro física y emocionalmente. A nivel personal es un viaje muy heavy, de introspección y superación. Además, por mucho que ya conozcas este continente es un gran choque cultural", comenta Sofía.

La joven, que aprovechó el fin de sus estudios superiores para emprender el viaje, insiste en que su mayor consejo para viajar se basa en 3 pilares: paciencia, empatía y mucho respeto.

"Estamos acostumbrados a que en Europa funcionen las cosas de una manera de la que aquí te tienes que olvidar. La realidad social es complicada y hay cosas que nos preocupan en España que aquí no. Hay desigualdades y hay veces que tienes que vivir situaciones en las que solo puedes seguir ese consejo de paciencia, empatía y respeto", sostiene. 

Un ejemplo que considera que choca de primeras es la cantidad de basura: "Creo que tienen problemas más importantes que algunos contra lo que luchamos nosotros. Por ejemplo, si falta comida en un hogar, reciclar no es una prioridad. Para una mente europea es chocante, pero es su realidad".

No perder de vista el presupuesto

Una de las principales razones por las que afirman que este tipo de viaje no es lo mismo que estar de vacaciones es el presupuesto.

"De vacaciones te gastas muchísimo más dinero y no te cortas de nada. El primer mes cuando empiezas a viajar sí te lo tomas más de vacaciones y no te sale nada bien, ni el presupuesto", apuntan. 

"Al principio sientes que todo vale. Comes en restaurantes, bebes en bares y haces todas las actividades del mundo porque además es más barato que en España", comenta Sofía, que explica que el segundo mes ya empezaron a valorar si merecía la pena tomarse una cerveza en el bar en lugar de comprarla en una tienda.

Según detalla Jesús, quien planeó y lleva un seguimiento del presupuesto, gastan al día 42 euros e intentan ajustarse a 1.200 euros al mes, aunque no siempre lo consiguen.

 

Ellos llevaban todo ahorrado de España (donde han tenido "la gran suerte" de poder poner su casa alquiler) y recomiendan tener al menos 10.000 euros ahorrados por persona para un año de viaje.

"Nuestro presupuesto, que es muy bajo, pero que nos ha permitido hacer muchas cosas, es una mezcla entre poder disfrutar y estar tranquilo. No hemos dejado de hacer ninguna de las cosas importantes del viaje y hemos ido a todos los sitios a los que queríamos disfrutando como locos. Pero también hay gente que tiene un presupuesto más bajo y hace menos cosas, pero viaja igual. Al final tu manera de viajar decide el presupuesto, pero si abaratas también restas cierta libertad y tiempo", sostienen.

Sofía y Jesús, pareja que viaja por el mundo

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La pareja asegura que uno va aprendiendo por el camino y hay un momento en el que asumes que no se puede hacer todo, y que no todas las actividades merecen la pena, por mucho que te las hayan recomendado.

"Es muy importante saber qué es lo más importante para ti", coinciden y explican que tienes que saber elegir bien cuál es tu prioridad para invertir tu presupuesto: dormir cómodo, comer bien, ocio o en excursiones. "Nosotros tenemos claro que lo que priorizamos es el momento ocio con una cervecita por la tarde. Eso es lo que nos hace disfrutar".

Eso sí, ven necesario tomarse días "libres" o "de vacaciones" sin mirar el presupuesto, porque aunque haya que tenerlo siempre en mente, no puedes dejar que te amargue.

"El mayor susto nos lo dio Uruguay, no nos lo esperábamos. El presupuesto allí nos llegó a generar ansiedad, así que tuvimos que cambiar el chip para poder disfrutar del viaje", relatan estos trotamundos.

Adiós a las comodidades

Otra de las razones por las que aseguran que no están de vacaciones –y que corroboran los viajeros con los que coinciden– es porque un viaje así no es sinónimo de lujos y comodidades.

"Vivimos con nuestra mochila que pesa 13 kilos en la espalda, viajamos una media de 7 horas al día en autobuses del infierno, hace un calor horrible y dormimos en habitaciones compartidas con 18 personas", explican.

Además, señalan, tus estándares de calidad tienen que desaparecer junto a tus prejuicios el día que te subas a un avión, porque de lo contrario no vas a disfrutar del viaje. También consideran que no puedes ir con miedo y sin relacionarte con los locales y su cultura. "Si te saltas esto puedes estar saltándote lo mejor, porque playas bonitas hay en todas partes", aseguran.

La elección del lugar para dormir depende del presupuesto del momento, aunque planean 15 euros la noche en total. Por ese precio a veces encuentran habitaciones privadas, mientras otras veces ese hospedan en casas de gente local.

Cuánto tiempo quedarse en un sitio va muy ligado a lo cómodos que se sientan en él: "A veces el cuerpo te pide quedarte y descansar, aunque el destino no sea el mejor, y dedicarte solo a hacer la compra".

Sofía y Jesús, pareja que viaja por el mundo

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Vivir con la mochila a cuestas también significa apenas cambiar de ropa durante más de un año, además de lavar todo a mano a diario para no mezclarlo con la ropa limpia, porque las lavanderías son "realmente caras".

Otra de las razones por las que sostienen que "no todo es tan romántico ni bonito" como lo pintan es que el viajar en pareja puede ser complicado

"Es mucho tiempo solos en situaciones muy adversas: pasamos hambre, sueño, calor y estamos muy cansados, por lo que es fácil el conflicto. Se trata de tener paciencia y hacer cosas independientes para darse espacio. Cuando conocemos gente intentamos separarnos y tener otro ambiente. Es un ejercicio de pareja bestial. En 6 años nunca nos habíamos enfadado y ahora no pasan 6 días", afirman entre risas.

Dinero, conexión y salud para poder funcionar

Poder ser fieles al presupuesto implica ser unos profesionales de los viajes low cost, lo que a su vez pasa por controlar a la perfección los cambios de divisas y las comisiones.

"Todo el tema del cambio de divisa es un jaleo. Tenemos 3 tarjetas diferentes especiales para viajar con las que vamos probando en diferentes bancos y encontramos el que menos comisión cobra o es gratis. Incluso con las tarjetas específicas de viajes te cobran o te hacen un cambio de divisa malo", afirma Jesús, que añade que es imprescindible llevar dinero en efectivo para emergencias –y, sí, las emergencias ocurren, aseguran–.

Después de haber cruzado incontables fronteras, tienen claro que lo primero que tienes que hacer nada más llegar a un destino es tener una tarjeta sim del país y sacar dinero. "Eso te soluciona la vida y a partir de ahí ya puedes funcionar", sostienen.

Por otro lado, ambos coinciden en que viajar sin seguro es muy peligroso, además de obligatorio en algunos países tras el COVID-19: "No nos ha pasado nada, pero sí que hemos tenido que usarlo por haber bebido agua en mal estado o cosas así. Es fácil ponerte malo porque tu cuerpo tarda en acostumbrarse al continente".

Según explican, hay países que piden obligatoriamente algunas vacunas como la de la fiebre amarilla. Por ejemplo, si vas a Brasil y luego quieres cambiar de país y no la tienes no te dejan entrar, como casi le ocurrió a Sofía.

"A mí casi me deportan porque no tenía la tarjeta de vacunación, pero Jesús la llevaba en el móvil y me salvó, porque lleva fotos de todos los documentos. De lo contrario, me hubiera quedado atrapada en Brasil", asegura.

La suerte de poder viajar libremente

Sofía y Jesús, pareja que viaja por el mundo

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Tanto Sofía como Jesús aseguran ser muy conscientes de la suerte que tienen de que su pasaporte sea rojo, algo que "define tu vida". 

"Hemos conocido historias terribles. Ahora nos acercamos a una frontera muy mala entre Colombia y Panamá por la que todo el mundo cruza de manera ilegal para llegar a EEUU y muere gente porque sus pasaportes no les permiten pasar de manera segura", lamentan.

 

En esta vuelta por el mundo –que estiman terminar en julio, aunque la experiencia les ha enseñado que nada es como una planifica–, han aprendido que hay que disfrutar más de los lugares sin la ansiedad de querer verlo todo

"No hay que generar expectativas super altas, porque te fastidia el viaje. Es un error de base. Las cosas van surgiendo y a viajar se aprende viajando", afirma Jesús.

"Ojalá pudiese hacer este viaje todo el mundo, pero sé que somos muy afortunados. Quien pueda, que lo luche y que lo intente", recomienda Sofía.

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