La extraña razón por la que podrías desarrollar una alergia a la carne roja

Se puede ser alérgico a muchos alimentos pero no a la carne. O eso se pensaba hasta hace poco menos de 20 años, cuando los médicos empezaron a vislumbrar que los síntomas que mostraban algunas personas podrían ser una reacción alérgica a la carne roja.

Es el caso de un trabajador agrícola de 56 años de Missouri, (EE. UU) recientemente recogido en la revista médica BMJ Case Studiesque pone el foco en una afección rara sobre la que todavía no se conoce demasiado. De ahí su complejo diagnóstico.

Cuando hace 7 años apreció un sarpullido en la cintura y los brazos a las pocas horas de haber comido una hamburguesa nada hacía pensar que podría ser síndrome de alfa-gal (AGS), una hipersensibilidad hacia la carne de mamífero derivada de la picadura de una garrapata.

La urticaria no siempre aparecía. Y a veces surgía varias veces a la semana. También experimentó problemas respiratorios en ocasiones, pero nada grave.

Como recoge un artículo sobre el caso en ScienceAlert durante años  informó de sus síntomas a los médicos, sin ningún progreso hacia un diagnóstico concreto. Incluso se llegó a descartar una alergia alimentaria pues los síntomas generalmente ocurren minutos después del consumo del alimento al que es alérgico, no horas como en su caso.

La suya es una historia poco común, pero menos de lo que cabría esperar.  En EEUU se estima que en torno a 5.000 personas experimentan alergias a la carne. También se han descrito casos en Japón, Suecia, Francia, Italia y España.

"Hay casos descritos de anafilaxia retardada por carnes sobre todo en Galicia y toda la cornisa cantábrica y atlántica", afirmó en 2018 a El País Moisés Labrador, presidente del comité de inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

La realidad, es que el síndrome se está convirtiendo en un problema global con una prevalencia creciente en todos los continentes, según alertó en 2019 un documento sobre riesgos emergentes elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

El inmunólogo Thomas Platts-Mills, de la Universidad de Virginia (EE UU) fue el primer científico en describir esta afección. Lo hizo en 2008 en un informe en el Journal of Allergy and Clinical Immunologydonde prevenía a los médicos de tener en consideración esta peculiar reacción. 

Se trata de una respuesta de ciertos anticuerpos (IgE) a un carbohidrato llamado galactosa-alfa-1,3-galactosa (alfa-gal) presente en todos los mamíferos, salvo en los primates. Las alergias generalmente son causadas por la respuesta del cuerpo a una proteína que no reconoce. De ahí que que resultase costoso dar con ella.

La reacción llega derivada de la mordedura de una garrapata (Ammblyoma americanum). Si bien no se conoce aún la causa, una de las teorías principales sugiere que la picadura origina cambios en el sistema inmunológico que llevan al cuerpo a reaccionar frente a alfa-gal y provocar la anafilaxia cuando se ingiere carne roja.

Este hidrato no solo está presente en la carne de bovino, cerdo, ovino, caprino y carne de venado y órganos como el riñón. También se ha descrito la alergia alfa-gal a proteínas en polvo, productos lácteos, gelatina y al anticuerpo monoclonal Cetuximab. 

Los síntomas también complican su diagnóstico. A diferencia de las alergias alimentarias frecuentes de inicio rápido, la reacción a la carne roja se caracteriza por darse entre 3 a 8 horas tras el consumo. 

El síndrome también genera picor intenso en todo el cuerpo, urticaria, trastornos gastrointestinales. En el 70% de los casos, la reacción está acompañada por dificultades respiratorias y es particularmente peligrosa para quienes sufren asma, según AESAN.

El tipo y la manera de preparar la carne también influye en la aparición de los síntomas, según relato al diario el inmunólogo. Así, "en EE UU se asocia sobre todo a hamburguesas cocinadas a la brasa y en España, a riñones de cerdo".

No obstante, aunque se trate de un problema emergente, no se trata de llamar a la calma. Solo de tener en cuenta esta posibilidad si aparecen síntomas similares y existe la posibilidad de haber estado en contacto con garrapatas. Si es así, mejor ponerlo en conocimiento de un médico.