Este noruego de 57 años ha fabricado su propio Lamborghini con piezas de otros coches, productos de Ikea y ayuda inesperada

Un Lamborghini Aventador S.
Un Lamborghini Aventador S.
  • Steinar Thyholdt, noruego de 57 años, sueña desde joven con conducir su propio Lamborghini. Después de invertir 7 años, 5.000 horas y casi 100.000 euros, ha cumplido al fin su objetivo.
  • El Lamborghini Aventador que se ha creado este fan de los supercoches deportivos ha conseguido la aprobación de la propia marca Lamborghini.
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En 1981, un joven noruego llamado Steinar Thyholdt fue al cine a ver la película de acción y comedia Locos por el Cannonball. El largometraje empieza con la policía persiguiendo a un conductor en un Lamborghini Countach. Inmediatamente, Thyholdt se enamoró de este tipo de supercoches y salió del cine con una promesa: "Algún día quiero tener un vehículo así".

30 años después, un Thyholdt ya crecido ha cumplido su sueño: ha creado una copia totalmente funcional de un Lamborghini Aventador tras 7 años de trabajo, 5.000 horas de esfuerzo y una búsqueda por todo el mundo para encontrar los materiales necesarios.

En concreto, este aficionado a los coches ha viajado a Estados Unidos, Tailandia o Bulgaria para encontrar accesorios así como inspiración. No fue hasta llegar a México donde todas las piezas encajaron. Literal y simbólicamente.

"Fue allí donde encontré a un entusiasta de los Lamborghini", explica Thyholdt para NRK. "Aunque nos costó mucho entendernos debido al idioma, al final llegamos a un acuerdo y me hizo el chasis sobre el que construiría todo lo demás".

A lo largo de los años, Thyholdt se las ha tenido que ingeniar para encontrar las piezas adecuadas. Una de sus fuentes principales han sido otros coches: una de las ventanillas es de un Volvo V70, la caja de cambios viene de un Audi A8, y también cogió los embellecedores de un Volkswagen. Importó un BMW 750 para reutilizar sus cilindros.

Y cuando se encontraba con callejones sin salida, este hombre recurría al lugar menos pensado: Ikea.

"El sistema de escape fue precisamente un reto. Tuve que comprar 2 fregaderos, uno de Ikea y otro de una tienda de segunda mano. Los desmonté y de esa forma pude crear los conductos para el sistema de escape".

Algunos materiales han sido extraídos de otros Lamborghini. Es el caso de los faros y del parabrisas. Thyholdt ha evitado recurrir a la fuente original todo lo posible. Asegura que este tipo de piezas fueron las más caras de conseguir.

En total, la construcción le ha costado a este hombre poco más de 97.000 euros. Toda una ganga teniendo en cuenta que un Aventador puede costar perfectamente 470.000 euros.

Además de todos los problemas durante el proceso de construcción, este hombre tuvo que lidiar con las reglas de la Administración de Vías Públicas de Noruega en cuanto a la creación de vehículos propios.

Thyholdt admite que durante los 7 años de trabajo ha habido muchas ocasiones en donde las leyes casi han detenido su sueño. Al final, el noruego se acostumbró a sentarse en un rincón de su sala de estar par tomarse un café, relajarse y pensar en la próxima solución. También contó con la inestimable ayuda y apoyo de su mujer, Linda.

Como resultado, en este mes de agosto, Steinar Thyholdt terminó al fin su propio Lamborghini Aventador. Su primer viaje, un corto trayecto a un centro comercial cercano, estuvo plagado de nervios. Pero la prueba fue un éxito. Y ya ha captado la atención de Lamborghini.

"Estoy muy impresionado con el trabajo que ha hecho", admite Harald Skjøldt, presidente de Lamborghini Club Noruega. "Nuestros vehículos son superdeportivos muy avanzados así que no debe de haber sido una tarea fácil".

Skjøldt incluso entiende perfectamente que Thyholdt se enamorara de los Lamborghini gracias a la secuencia inicial de Locos por el Cannonball. "Fue el coche de los sueños de muchos jóvenes de la época".

Mientras tanto, Thyholdt  ya ha sido invitado a exhibir el coche de sus sueños en un inminente evento. En cuanto a su Aventador, ha detectado algunos problemas y desafíos ("el coche no va tan rápido y le cuesta pasar los reductores de velocidad"), pero eso no le va a detener.

"Me enorgullezco de mi trabajo y espero inspirar a otros a construir su propio coche".

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