OpenAI puede necesitar un buen equipo de abogados —presumiblemente que no utilicen ChatGPT para redactar sus informes— rápidamente.

La Comisión Federal de Comercio ha iniciado una investigación a OpenAI para determinar si la empresa viola las leyes de protección del consumidor por su falta de transparencia en relación con la recopilación de datos y la privacidad, según documentos publicados por The Washington Post.

En el documento de 20 páginas obtenido por TWP, la FTC ordena a OpenAI que detalle cómo y dónde ha recopilado todas las fuentes de datos utilizadas para entrenar sus grandes modelos lingüísticos, o LLM, que es la tecnología de IA en la que se basa su chatbot ChatGPT. 

La agencia también ha exigido a OpenAI que explique las precauciones que toma para evitar que la información personal caiga en los conjuntos de datos utilizados para entrenar sus LLM.

Si se descubre que ha infringido estas leyes, OpenAI podría verse obligada a pagar multas y a seguir estrictas prácticas de gestión de datos recogidas en un decreto de consentimiento.

La FTC puede ser la mayor amenaza regulatoria que se cierne sobre la empresa, que ha sido el ejemplo de la popularidad de la IA generativa desde el lanzamiento de ChatGPT el pasado noviembre. 

Y con el aumento de las demandas presentadas contra Open AI, la empresa no solo puede ser pionera de una nueva frontera tecnológica, sino también un presagio de posibles regulaciones legales en el sector de la IA generativa.

Al igual que la actual investigación de la FTC, muchos de los desafíos legales existentes contra OpenAI se refieren a la recopilación de datos por parte de la empresa para entrenar ChatGPT.

En junio, 16 personas anónimas demandaron a OpenAI, alegando que la empresa recogió "cantidades masivas de datos personales" de la web para desarrollar ChatGPT.

Numerosos autores, entre ellos la cómica Sarah Silverman, también han demandado a OpenAI. Alegan que la empresa se apropió de sus obras protegidas por derechos de autor para entrenar a ChatGPT, citando la capacidad del chatbot para proporcionar resúmenes precisos de sus libros.

El consejero delegado y cofundador de OpenAI, Sam Altman, ha viajado mucho para presionar a los líderes mundiales sobre la IA generativa y, según se dice, para que los legisladores consideren una normativa menos estricta sobre esta tecnología emergente. 

Pero Altman aún no ha comentado ninguno de los recientes desafíos legales contra su empresa. OpenAI no ha respondido a una solicitud de comentarios sobre la investigación. Un portavoz de la FTC declinó hacer comentarios cuando Business Insider se puso en contacto con la organización.

En el pasado, Altman ha dicho que quiere evitar que OpenAI se meta en problemas legales. En una conferencia sobre tecnología celebrada en Abu Dhabi, dijo a un auditorio que no tenía planes de sacar OpenAI a bolsa, por temor a que el inusual modelo de negocio de la empresa diera lugar a desafíos legales por parte de los inversores.