Abrir una cuenta en un estanco, hacer un ingreso en Correos o sacar dinero en la caja de un supermercado: por qué el futuro de las oficinas de los bancos está cada vez más cerca del comercio

Una mujer paga en una pescadería con una tarjeta de débito.

Reuters

  • En plena oleada de cierres de sucursales de los bancos, las entidades buscan el equilibrio entre los canales online y la cercanía de una oficina. 
  • Algunas entidades ya han llegado a acuerdos con terceros para que sus clientes puedan realizar algunas operativas con ellos. Un ejemplo es Banco Santander con Correos. 
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La banca busca el equilibrio entre estar cerca del cliente y ahorrar costes cerrando sucursales. En plena transformación digital del sector, la solución puede pasar por acuerdos con terceros que ya tienen una fuerte presencia en las calles. Una jugada win-win, como dicen los estrategas del marketing, para que todos ganen negocio y el cliente pueda realizar operaciones cerca de su casa. 

Los últimos en plantear esta opción has sido los representantes de las administraciones de loterías que se reunieron con Banco de España. La principal asociación del sector se reunió con el supervisor con el objetivo de presentar su propuesta argumentando la capilaridad de su red y la disposición de sus locales y empleados, según adelantóExpansión

Esta propuesta va en la línea de algunas iniciativas que ya se han puesto en marcha. Un ejemplo es el acuerdo que entre Santander y Correos. En septiembre de 2020, la entidad firmó con la empresa de reparto para poder ofrecer sus servicios en los 4.675 puntos de atención de Correos a partir del primer trimestre de 2021. 

Una fórmula enfocada en ofrecer servicios de cercanía en aquellas localidades donde la entidad no tiene oficinas. De esta forma, el acuerdo permite que los clientes del banco puedan realizar retiradas e ingresos de efectivo en las oficinas de Correos y los carteros podrán entregar dinero en cualquier domicilio de España siendo gratuita para los clientes del banco en aquellas oficinas en lugares donde la entidad no tiene presencia física. 

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Esta combinación de utilizar un punto físico ya existente para ofrecer servicios bancarios es también la que utiliza el neobanco Nickel, del gigante francés BNP Paribas. El neobanco comenzó su operativa en España a comienzos de este año y ha pasado de empezar con 50 puntos de servicio a tener en junio más de 500. 

El crecimiento de Nickel en su país de origen puede dar una idea de los objetivos para España. La cuenta Nickel nació en Francia en 2014 y en 2017 el Grupo BNP Paribas compró la empresa. La propuesta es una cuenta y una tarjeta que se abre y opera en estancos y que ya cuenta con más de 2 millones de clientes. Nickel se puede encontrar en más de 6.000 estancos por toda Francia, convirtiendo su red en la tercera más extensa del país.

En 2021, con la pandemia del COVID-19 el uso de los canales digitales financieros y del dinero electrónico se ha disparado popularizándose también entre colectivos que eran más reacios a su uso. Una situación que ha acelerado el cierre de sucursales bancarias dentro de los planes que ya tenían las entidades al respecto. 

"La rentabilidad de los bancos sigue siendo su principal problema que les obliga a reducir costes aligerando red de oficinas y empleados. Y como el problema persiste, el ajuste no ha terminado", explica Joaquín Maudos, director del Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) a Business Insider España.

"Además, conforme penetra la banca online, es posible cerrar oficinas sin que afecte a la exclusión financiera. Y en España hay margen de maniobra para más cierres porque tenemos una ratio de habitantes por oficinas mucho menor a la media europea", añade Maudos. 

En ese sentido,  también se pronuncia Santiago Carbó, Catedrático de Economía de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, que apunta que "hay un proceso de transformación de la oficina como unidad de negocio".

"En realidad, los servicios y estructuras de las oficinas no han dejado de cambiar en las últimas décadas. Ahora se orientan más a servicios comerciales y a operaciones que requieren mayor asesoramiento como las inversiones o un préstamo. En cualquier caso, todo avanza hacia un modelo digital de tipo plataforma de servicios, donde se vende de forma cruzada y compatible con otros operadores y productos financieros y no financieros, se realizan consultas y se opera en múltiples canales", añade Carbó.

Aun así, Carbó apunta que el cambio no será inmediato. "La oficina, en todo caso, irá perdiendo peso de forma progresiva y no inmediatamente porque aún tiene un valor relacional y de negocio importante para muchos clientes y para las entidades", explica. 

Hacia dónde irán las sucursales bancarias

En los últimos años, los bancos están cerrando sucursales pequeñas y centrándose en mantener oficinas más grandes para ofrecer en ellas servicios más complejos, como puede ser contratar una hipoteca o un préstamo, dejando la operativa sencilla, como transferencias o pago de recibos, para los canales digitales o cajeros.

Esta tendencia hace que la red de oficinas sea más pequeña y que en el caso de pequeñas localidades se queden sin oficina. Para acercar las funciones de las sucursales, los bancos están recurriendo a diferentes técnicas. Entre ellas, a llegar a acuerdos con terceros para usar sus puntos físicos. 

"Eso es algo que ya estamos viendo, con la experiencia reciente por ejemplo del Santander en colaboración con Correos. Y en varias comunidades autónomas hay iniciativas por parte de las administraciones públicas para facilitar el acceso a los servicios financieros en aquellos municipios donde no hay oficinas. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana hay un acuerdo con CaixaBank para que instale cajeros automáticos en esos pueblos", apunta Maudos. 

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Por su parte, Carbó añade otra derivada a la ecuación y es si estos acuerdos se harán de forma exclusiva o cómo se gestionarán los productos ofrecidos en una plataforma bancaria. 

"Las oficinas son ya espacios muy abiertos a productos financieros y no financieros (entre otros, productos de operadores tecnológicos que actúan como partners de cada banco). Al ampliar el negocio bancario hacia un modelo de plataformas hay que realizar elecciones como, por ejemplo, si los socios o colaboradores se cierran en exclusiva o si, por el contrario, se abre la posibilidad de utilizar la plataforma (y las oficinas) a un número abierto de posibles colaboradores", explica Carbó. 

Cash back o cómo sacar dinero mientras haces la compra

En España, la amplía red de cajeros también había facilitado que los clientes pudieran sacar el efectivo que necesitaran sin tener que hacer grandes desplazamientos. Esto hizo que no fuera tan necesario buscar alternativas para conseguir retirar dinero en efectivo y aquí no se ha popularizado como ocurre en otros países el uso del cash back. Su práctica hasta ahora es "testimonial" en España según la califica Maudos.

"Precisamente porque en España el manejo de efectivo se gestiona de forma más eficiente tanto por parte de las entidades como de los comercios y porque la tupida red de cajeros y oficinas no había hecho preciso el uso de esta modalidad de cash back, más frecuente en países con menos posibilidades de acceso a efectivo", considera Carbó. 

Esta funcionalidad consiste en que al ir a hacer la compra en un supermercado puedas pedir al cajero que junto con la compra te dé una cantidad de efectivo (cash) de vuelta (back) y se te cobre de tu tarjeta con la que estás pagando la compra. 

ING con el desarrollo de su aplicación de pagos Twyp ha sido la única entidad bancaria que ha traído esta práctica a España en colaboración con varias cadenas como la cadena de supermercados Dia o las gasolineras Gap o Shell. 

"En cualquier caso, a largo plazo no será necesario tener efectivo dado el mayor uso de medios de pago electrónicos. Además, ese problema afecta a un porcentaje muy reducido de la población según las estimaciones del Banco de España", añade el director del Ivie. 

La creciente digitalización y los cambios en los modelos de consumo, con un aumento del comercio electrónico marcarán también los pasos de la banca. Esto sumado al escenario de tipos de interés negativos, que se ha alargado por la pandemia, obliga a la banca a reducir gastos para que las cuentas cuadren. 

En los próximos años veremos cuáles son las fórmulas que usan las entidades para acercarse al cliente, sin tener que hacer grandes inversiones en oficinas. 

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