Guía de compras: todo lo que debes saber si vas a comprar una estufa de pellets

Un sistema de calefacción que cada vez se está extendiendo más y que se ve comúnmente en muchos lugares del Norte de España son las estufas de pellets, una suerte de estufas que toman el testigo de las chimeneas de leña de toda la vida para dar esa sensación de confortabilidad y hogar que ofrecen las llamas. 

Quizás hayas oído hablar de ellas o las hayas visto en alguna casa rural que hayas visitado y te hayan llamado la atención. ¿Son recomendables para tu hogar? ¿Cuánto cuestan? ¿Su instalación es sencilla? Estas son algunas de las cuestiones que vamos a tratar de responder en este artículo. 

Lo que hacen es generar calor para una o varias estancias mediante la combustión de los citados pellets. Sin embargo, esto se hace en un espacio cerrado, no en un espacio abierto como ocurre en una chimenea. 

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En muchas ocasiones las estufas de pellets pueden llegar a confundirse con las calderas de biomasa. Este error es muy normal, ya que las segundas también ‘se alimentan’ de pellets. Sin embargo, pese a que compartan el combustible las calderas tienen muchísima más potencia, dan bastante más calor y también son más eficientes a nivel energético.

Por lo general, una estufa de pellets va a poder calentar una estancia que no tenga una superficie demasiado grande o puede servir como apoyo en épocas muy frías. Sin embargo, requiere de algún otro sistema.

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¿Qué son los pellets?

Igual no sabes muy bien qué son los pellets y es algo absolutamente normal. En realidad, se trata de pequeñas piezas de madera natural y sin tratar (serrín y virutas prensadas generalmente) con forma cilíndrica que se venden en sacos. Suelen provenir de residuos agrícolas y forestales. Son bastante ligeras y cada una de ellas tiene un diámetro de unos 5 a 10mm. 

Cada kilo de pellet equivale a unos 5kw/h de energía eléctrica aproximadamente y 24 kg equivalen a una bombona de butano. Por su parte, 2 kg son equiparables a 2 litros de gasoil.

No obstante, debes tener en cuenta que los pellets pueden consumirse más rápida o velozmente según la clase de madera de que estén hechas. Hay algunas maneras que son más huecas y que se gastan antes.

Lo positivo es que es un combustible 100% natural y renovable, a diferencia de otros sistemas de calefacción. El calor que ofrecen, además, es muy agradable. Su uso contribuye a reducir la contaminación ambiental. Además, ocupan muy poco espacio, lo que facilita su transporte, suministro y almacenamiento. 

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Cuánto cuestan las estufas de pellets

Estas estufas no son precisamente económicas. Sus precios, generalmente, oscilan entre los 600 y los 1.500 euros, dependiendo de su potencia, capacidad, tipología y otras características. 

Además, debes tener en cuenta que a esto hay que sumar el coste de los sacos de pellets que irás consumiendo. Puedes encontrar sacos de unos 15 kg por 15 euros aproximadamente o de 30 kg por unos 25. En oferta, puedes comprar un saco por unos 11 euros. 

No obstante, los expertos señalan que las estufas de pellets pueden ofrecer un ahorro de entre el 30 y el 50 por ciento frente a otras opciones de calefacción. 

Cómo funcionan

Obviamente, debes llenar el depósito lo máximo posible con los pellets. A partir de aquí no tendrás que hacer nada y la estufa se encargará de todo ella sola. La carga puede durar hasta 3 días a pleno funcionamiento. 

Cuando la enciendes, esta desliza unos cuantos pellets el cenicero que se van quemando, dando como resultado la ventilación de la cámara de fuego para avivar la llama. Este proceso también ayuda a que el aire caliente se extraiga del aparato hacia la estancia para climatizarla. 

El aire pasa de la parte trasera al intercambiador y de ahí se expulsa a la delantera, sin interactuar en ningún caso con los gases de combustión o el fuego directamente. 

Mediante el panel de control de la estufa puedes configurar la temperatura deseada. En su interior esta lleva un sensor. Así, puede echar más o menos pellets dependiendo de la que se quiera alcanzar. Si la temperatura se sitúa por debajo de lo deseado, la estufa volverá a calcinar más madera para que suba. 

Al apagarse la estufa esta dejará de verter pellets a su cenicero y notarás como ha cesado el flujo de aire. 

Cómo escoger modelo y tipos de estufas de pellets

Para elegir tu estufa ideal, tienes que considerar cuántas estancias necesitas calentar. Si es una única habitación puedes tirar con una estufa de pellet de aire. Estas tienen un alto rendimiento calórico y su interior puede estar compuesto de acero o de fundición.

Para cubrir varias estancias y mover el aire caliente se recomiendan las llamadas ‘estufas canalizables’ que se sustentan en conductos especiales. Funcionan igual que las de aire, pero disponen de turbinas adicionales para canalizar parte del aire caliente y distribuirlo. 

A la hora de escoger modelo, es conveniente mirar la potencia. Esta dependerá, sobre todo, de los metros cuadrados que quieras calentar. Una de 6 kilovatios está recomendada para un espacio de hasta 50 m2 y con otra de 15 kilovatios puedes llegar climatizar hasta 100 m2. 

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También hay que tener en cuenta cómo esté la casa de aislada. Un domicilio que lo está bien puede tirar con 70w por m2 y otro que tiene carencias en este sentido puede requerir 100w por m2. 

Una tercera opción serían las hidroestufas o termoestufas, que producen agua caliente para los radiadores en la habitación donde se encuentran para calefactar el circuito de radiadores o el suelo radiante. Se trata de modelos de gran potencia que pueden calentar hasta 250 m2. 

Cómo es la instalación y el mantenimiento

Instalar una estufa de este tipo tiene su miga. No es tan sencillo como conectarla a un enchufe y ya. En primer lugar, vas a necesitar una salida de humos y una toma eléctrica. Lo primero puede ser un hándicap que impide que sea válido para cualquier vivienda. Lo recomendable es que sea a la cubierta del tejado, según establece el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), de obligado cumplimiento desde 2008. 

Por otro lado, debes tener mucha precaución y situarla en un lugar que no esté demasiado cerca (más de 1 metro) de elementos que puedan ser inflamables, como fundas de sofá, cojines, cortinas, etc. 

Lo ideal es que periódicamente, quizás semanalmente, dediques un rato a quitar las cenizas de los pellets que hayan quedado y te encargues de dar una pasada al cristal para que pueda verse bien el interior y disfrutes de ese efecto chimenea. Para este proceso igual necesitas un limpiacristales, guantes y hasta puede que un cepillo o un aspirador de mano. 

Los fabricantes aconsejan que se realice su revisión cada 2 años.