Descubren la relación entre la magnitud de los terremotos y el tiempo que la Tierra tarda en curarse, clave en la predicción de sismos terribles

Supervivientes del terremoto de Turquía.
Supervivientes del terremoto de Turquía.

Reuters

  • Un nuevo estudio sugiere que existe relación entre el tiempo que tarda en recuperarse el planeta Tierra entre terremotos y su magnitud, pudiendo llegar a predecir aquellos que vayan a ser más terribles.
  • Así, los autores concluyen que las fallas que se recuperan con mayor rapidez tienen el potencial de provocar terremotos más fuertes, como el ocurrido en Turquía y Siria.

Al igual que ocurre con los seres vivos, la Tierra también libera grandes cantidades de energía sobrantes. Cuando las ondas se propagan en todas direcciones, el planeta causa un terremoto, uno de los eventos más terribles por sus consecuencias.

El más sonado es el reciente que sacudió Turquía y Siria, con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, el mayor de los últimos 30 años en ambos países, que se cobró miles de vidas.

No obstante, los terremotos se producen en numerosas regiones de la Tierra, debido al movimiento de las placas de la Tierra, concretamente de la ruptura de una parte de la corteza terrestre a la que se denomina falla.

Cabe destacar que el mayor peligro de un movimiento sísmico no es el propio terremoto, sino sus réplicas y el derrumbamiento de edificios sobre personas. Y, en este punto, no todas las regiones están igual de preparadas.

Según han explicado diferentes expertos en arquitectura frente a terremotos a la BBC, la mayor parte de los edificios en Turquía no estaban preparados ante los temblores, lo cual agravó las consecuencias del sismo.

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Ahora bien, la arquitectura es tan solo una de las defensas que los seres humanos tienen contra los brotes de energía de la Tierra, ya que uno de los puntos más importantes es también la prevención. Por ello, los científicos continúan sus investigación.

 

Según un estudio reciente de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) publicado en la revista Science, se ha descubierto un nuevo fenómeno de fricción clave para determinar con qué rapidez son capaces de unirse las fallas tras un sismo.

Este proceso se conoce como conservación por fricción y representa la cantidad de energía que el planeta es capaz de almacenar entre diversos terremotos. 

En este sentido, existen 2 procesos diferenciados: la falla que recoge energía de forma más lenta es prácticamente inofensiva –eventos de deslizamiento lento–, mientras que las que se reconstruyen rápidamente pueden provocar terremotos terribles.

Para medir los valores tras la fricción, los autores investigaron rocas de la zona de subducción de Hikurangi, en Nueva Zelanda. Así, las sometieron a la presión de una prensa hidráulica, con la intención de observar cuánto tardaban en sanar.

En definitiva, a pesar de que no se podrían predecir estos terremotos con exactitud, este avance supone mejor anticipación a posibles movimientos sísmicos, algo vital para desalojar previamente las zonas afectadas.

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