¿Has sentido una presencia extraña aunque estés solo en una habitación? La ciencia tiene varias respuestas

Muchas personas han sentido en alguna ocasión una presencia extraña en la misma habitación, y han pensado que se trata de un ser querido difunto, un fantasma, un espíritu o una energía inquietante.

Un artículo publicado en The Conversation aporta la evidencia científica en torno a este fenómeno.
Uno de los estudios se remonta a 1894 y lo realizó la Sociedad para la Investigación Psíquica (SPR) Es el Censo de Alucinaciones, una encuesta de más de 17.000 personas en el Reino Unido, Estados Unidos y Europa que quería comprender cuánta gente vive estas extrañas visitas. 

Una de cada 43 personas reconoció haber sentido una presencia. Dos años después, la misma organización publicó Phantasms of the Living, una colección que incluía 701 casos de telepatía, premoniciones y otros fenómenos inusuales. Un cura detalló que una presencia nocturna le advirtió que no cogiese un barco, y más tarde se enteró de que todos los viajeros se habían ahogado. 

Muchos de estos casos —como las experiencias religiosas registradas en el siglo XIX— quisieron enmarcarse dentro de la hipnagogia o experiencias alucinatorias. Una de las más comunes es la que sucede durante la parálisis del sueño, que el 50% de las personas sufren alguna vez en la vida y en la que la mente está activa y despierta, pero el cuerpo se halla paralizado. 

Más de la mitad de quienes tienen parálisis del sueño han reportado una presencia. En 2007, los investigadores del sueño J. Allen Cheyne y Todd Girard argumentaron que si nos despertamos paralizados y vulnerables, nuestros instintos nos harían sentir amenazados y nuestra mente llenaría el vacío. Si somos presa, debe haber un depredador: la presencia es ese depredador.

Pero sentir una presencia no es propio solo de una experiencia alucinatoria o de un fenómeno específico del sueño: también se reportan en casos de párkinson, psicosis, experiencias cercanas a la muerte y duelo. Esto sugiere que es poco probable que se trate de un fenómeno específico del sueño.

Ciertas señales corporales pueden provocar que sientas una presencia

Además, otros experimentos de estimulación cerebral y casos estudiados por neurólogos han llegado a la conclusión de que las presencias pueden ser provocadas por señales corporales.

En 2006, el neurólogo Shahar Arzy fue capaz de crear una "figura de sombra" que experimentó una mujer cuyo cerebro estaba siendo estimulado eléctricamente en la unión temporoparietal izquierda (TPJ). La figura parecía reflejar la posición del cuerpo de la mujer y el TPJ combina información sobre nuestros sentidos y nuestro cuerpo.

Experimentos llevados a cabo en 2014 también demostraron que alterar las expectativas sensoriales de las personas parece inducir una sensación de presencia en algunas personas sanas. Los científicos engañaban al sujeto para sentir como si te estuvieras tocando la espalda, sincronizando tus movimientos con un robot situado detrás. 

El cerebro da sentido a la sincronización al inferir que se está produciendo esa sensación. Cuando esta se interrumpe, al hacer que el robot toque ligeramente desincronizado, las personas pueden sentir de repente que hay una presencia o fantasma. En realidad, es la propia persona. 

La investigación realizada por Ben Alderson-Day de la Universidad de Durham rastreó las similitudes a la hora de detectar presencias en los relatos clínicos, la práctica espiritual y los deportes de resistencia. Compartían este rasgo: muchas veces el sujeto sentía que la presencia estaba directamente detrás de él.

Además de presencias relacionadas el sueño, también se reportaron presencias impulsadas por factores emocionales, como el duelo y el duelo.