He usado una app de citas para conocer millonarios: he podido viajar por el mundo, recibir regalos de lujo y aprender mucho de mis relaciones
- Amber Lucas reconoce que estaba cansada de salir con hombres que se aprovechaban de su generosidad.
- Esta mujer cuenta a Business Insider cómo empezó a elevar sus expectativas y a salir con hombres de éxito.
- Esta es la historia de Amber Lucas, relatada en primera persona a Business Insider.
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Este artículo se basa en una conversación con Amber Lucas. Ha sido editado por motivos de extensión y claridad.
El año pasado estuve replanteando muchas cosas de mi vida.
Lo más importante que quería cambiar era el tipo de hombres con los que salía. La mayoría de ellos eran emocionalmente inmaduros y económicamente irresponsables.
Un ejemplo: hubo un chico que me pidió dinero porque no podía pagar el alquiler; había gastado todo su sueldo en marihuana.
Otro hombre dejó su coche durante 3 semanas en mi garaje. No podía pagar el mantenimiento. Acabó usando mi seguro para remolcarlo.
Me propuse conocer a hombres mejores
Esas experiencias me hicieron querer conocer hombres más estables, alguien maduro que pudiera entablar una conversación interesante y abordar las relaciones con una mentalidad generosa, un hombre que controlase su vida. Quería salir de la espiral en la que me hallaba inmersa.
Un amigo me recomendó la web de citas Seeking, especializada en unir personas "exitosas" y "atractivas". Me uní en agosto de 2021.
La app tiene diferentes niveles de membresía. El nivel superior cuesta 275 dólares al mes (282 euros). Las personas pueden publicar sus ingresos, patrimonio neto y presupuesto de estilo de vida cuando se unen al nivel más alto.
Quería conocer hombres que compartieran mi interés por viajar y explorar nuevos horizontes. Además, como estoy inmersa en la creación de mi propio negocio, también pensé que sería bueno estar entre personas que supieran alcanzar objetivos. Esperaba que me aconsejaran o me orientaran.
Empecé a hablar con algunos usuarios. La mayoría tenían alrededor de 50 años. Conocí a uno que vivía en mi ciudad natal, San Francisco. Era súper amable e inteligente. Trajo a su perro a la cita, lo cual me pareció dulce. Pero no nos volvimos a ver.
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Después, en otoño, salí con un hombre de negocios internacional. Tenía 53 años, 14 más que yo. Habíamos tenido varias citas cuando le dije que me iba de viaje a Francia. Es uno de mis países favoritos. "¿Quieres visitarme?" Pregunté en tono de broma.
Él respondió que le encantaría venir y me preguntó por la fecha del viaje. Todavía no había comprado los billetes.
"¿Te importa si los compro yo? Me gustaría ayudarte con los gastos del viaje", propuso, para mi sorpresa.
En mis relaciones anteriores, tenía que ser independiente, ahorrar dinero y planificar hasta el último detalle de un viaje. Y allí había alguien que vio que tenía pasión por Francia y quería apoyarme. Lo pensé un poco. En cuestión de segundos respondí: "Está bien, sí. Gracias".
Compró los billetes en clase business. Al ver el precio, comprobé que eran más caros que mi coche.
Viví en París durante 3 meses y recorrí Francia. Visité lugares increíbles como los viñedos del Valle del Loira.
Navidad y Año Nuevo fueron hermosos. Nos alojamos en un castillo en Burdeos con un chef privado y un masajista. Teníamos todo el lugar para nosotros. Incluso jugamos al escondite a medianoche.
Poco después, me llevó a Londres y me regaló mi primer bolso de Chanel. Costó alrededor de 11.000 dólares (11.200 euros).
"¿Estamos en ese punto de la relación en el que puedo comprarte un bolso?", preguntó; en ese momento tuve la tentación de elegir uno de Christian Dior, pero me decanté por el de Chanel.
Pensé que estaba contenta por salir con él, ¿cuántos hombres se hubiesen marchado antes siquiera de elegir el bolso?
Nos separamos porque nuestro trabajo se interpuso en la relación
Tuvimos muy buenas conversaciones sobre negocios. Me dio consejos y perfeccionó mis ideas sobre emprendimiento.
En abril, llegamos a un alto en el camino. Rompimos. Era la persona correcta en el momento equivocado. Teníamos mucho que hacer en nuestro trabajo. Nos separamos, pero mantuvimos la amistad.
Salí con un par de chicos más en Seeking. Eran inteligentes e interesantes. Pero después conocí a otro hombre mayor que yo, de unos 50 años.
Me preguntó si me gustaría acompañarlo en un viaje de negocios a Seattle. Acepté. Nos alojamos en un hotel de 5 estrellas cerca del centro de la ciudad. Hice mis planes mientras él estaba en las reuniones. Me dio su tarjeta de crédito y me dijo que reservara cosas para que las hiciéramos cuando él terminara de trabajar. Fui a un spa y estuve de compras, todo pagado por él.
Pregunté si podía comprar un bolso. Dijo que sí. Acabé comprando uno Celine que costó miles de dólares.
También me pagó el vuelo en primera clase para ver a mi familia en la Costa Este. Creo que la primera clase es una pérdida de dinero cuando viajas dentro del país, pero no en un vuelo internacional. Llegas a tu destino con aspecto vivo, no medio muerto.
Voy a tener que trabajar duro para convertirme en un empresario increíble para pagarlo. No sé si alguna vez podría volver a la clase turista.
Nos divertimos muchísimo. Es un millonario hecho a sí mismo que no siempre lo tuvo fácil. Se crio en un hogar monoparental. Ya no estamos saliendo, pero aprendí algunas cosas útiles de él.
Descubrí que la paciencia no es un rasgo común entre los que vuelan alto
He trabajado en empresas estadounidenses durante casi 10 años. No soy una ignorante en los negocios. He leído con avidez. Fue agradable conocer a alguien con el mismo intelecto. Me preocupaba que las personas ricas fueran intimidantes. Pero descubrí que se sienten solos y quieren compañía, como todo el mundo.
En cuanto al sexo, he de decir que nunca he disfrutado tanto. Han sido relaciones comunicativas y respetuosas.
Sin embargo, hay un pequeño inconveniente con estos hombres de negocios. La paciencia no es su punto fuerte. Están acostumbrados a que la gente diga que sí a todo lo que quiere. He aprendido que está bien decir que no. Si no pueden asumirlo, no son la persona con la que estoy buscando.
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