Cuando visité Madeira (Portugal), me encontré con una isla paradisíaca repleta de maravillas naturales y oportunidades culturales.

Desde aventuras al aire libre hasta excursiones al encantador centro de Funchal, esta joya escondida portuguesa ha suscitado comparaciones con Hawái debido a las sorprendentes características volcánicas de la isla, sus playas de arena negra y sus imponentes picos.

Madeira es la mezcla perfecta de vacaciones tropicales y europeas, con un clima suave durante todo el año, costas escarpadas, cascadas y verdes acantilados.

Con un récord histórico de visitantes, nunca ha sido mejor momento para explorar Portugal. Aquí tiene siete cosas que tiene que hacer en Madeira.

Disfruta de la aventura al aire libre practicando senderismo

La vista desde la cima del Pico do Arieiro me dejó sin palabras.

Desde allí arriba se pueden apreciar los diversos paisajes de Madeira: picos escarpados, valles verdes y la interminable extensión del océano Atlántico.

Yo opté por un paseo en coche hasta la cima, pero si piensas hacer senderismo, te recomiendo que te dirijas al el sendero Vereda dos Balcões o a la desafiante pero gratificante Levada do Caldeirão Verde.

Cuando necesites descansar del senderismo, súbete a los teleféricos de Funchal

Situados en el centro de la ciudad, los teleféricos de Funchal ofrecen vistas espectaculares mientras ascienden desde Funchal hasta el encantador pueblo de Monte. Es perfecto para viajar en familia, incluidos niños o ancianos.

Una vez en Monte, puedes visitar una de las principales atracciones de la isla, el Monte Palace.

Monte Palace es el mejor jardín botánico en el que he estado

Monte Palace alberga una enorme colección de plantas exóticas de todo el mundo. Los jardines tropicales son también el hogar de hermosas aves como cisnes, flamencos, pavos reales y gallinas.

Desde sus hermosos jardines hasta su colección de azulejos de cerámica y piedras preciosas, este lugar parece un oasis escondido en medio de la ciudad.

Si lo que buscas es un subidón de adrenalina, acércate al skywalk de Cabo Girão

Si hay algo que me gusta tanto como el aire libre, son las experiencias únicas. Por eso, cuando oí hablar de Cabo Girão, el acantilado más alto de Europa, supe que tenía que visitarlo.

La cima del acantilado cuenta con una pasarela única con suelo de cristal suspendida a más de 900 metros sobre el nivel del mar. De pie sobre el cristal, disfruté de unas vistas inigualables de la escarpada costa de Madeira y de las olas que rompían debajo.

Cuando estés en Madeira, evita la cerveza y opta por su famoso vino

Además de ser el nombre de la isla, Madeira es también un tipo de vino fortificado. Ni que decir tiene que no puedes irte sin visitar un viñedo para conocer mejor el patrimonio vinícola de la isla.

Te recomiendo reservar una visita guiada con degustación para ver las uvas de primera mano y conocer el intrincado proceso de envejecimiento que confiere a estos vinos sabores únicos.

Visita el mercado local

Siempre que visito una nueva ciudad o país, me gusta hacer una parada en el mercado agrícola local. En Madeira, visité el Mercado dos Lavradores, situado en pleno centro de Funchal.

Fue una gran oportunidad para probar las delicias locales y comprar recuerdos de los artesanos de la zona.

Para echar un vistazo a la vida cotidiana, no dejes de visitar el pueblo pesquero de Camara da Lobos

Alejado del centro de la ciudad y menos frecuentado por los turistas, el pintoresco pueblo pesquero de Camara da Lobos ofrece un vistazo de la auténtica vida isleña.

Tómate una poncha, un cóctel local de Madeira, y admira las docenas de murales artísticos que rodean la comunidad, mientras disfrutas del colorido puerto y de los pescadores descargando sus capturas del día.