Ignasi Ferrer, CEO de Ocean Ecoestructures: "Podemos sanar todo el daño que le hemos hecho al mar"

Si hace unos años alguien le hubiese dicho al empresario Ignasi Ferrer que hoy estaría al frente de una empresa dedicada a mejorar la salud del mar, es posible que no le hubiese creído. 

Es verdad que, con décadas de experiencia a sus espaldas en el mundo corporativo, Ferrer siempre aprovechó los viajes en avión y las largas estancias lejos de casa para aprender sobre su verdadera pasión: la oceanografía. Sin embargo, de ahí a montar una empresa relacionada con este ámbito, va un trecho largo. Y ni digamos que a esta empresa le vaya bien.

Sin embargo, como la vida tiene estas cosas, esto es exactamente lo que está ocurriendo. Ignasi Ferrer es desde hace tres años CEO de Ocean Ecoestructures, una startup que se dedica a desarrollar soluciones tecnológicas para restaurar la biodiversidad marina. 

Entre esas soluciones destacan unos arrecifes artificiales que imitan a los naturales y que, al igual que los que se encuentran en la naturaleza, permiten por ejemplo que los peces pequeños se escondan en ellos, lo que mejora la biodiversidad marina. Además, estos arrecifes artificiales permiten la monitorización del impacto que generan mediante diversas herramientas.

Pero, como todo, Ocean Ecoestructures tiene su origen: "Empecé a dedicarme a ayudar a la ONG a buscar ser rentables. Descubrí que eso se llamaba emprendimiento social. Llegó un día, hace unos años, en que pensé que quería unir lo que sabía sobre empresas a lo que sabía sobre el mar. Y a partir de aquí, me junté con un grupo de expertos para ver qué podíamos hacer".

El resultado de aquella investigación, explica Ferrer, es una startup "extremadamente eficiente" en regeneración marina y que puede colocar sus arrecifes en todo tipo de estructuras marinas. En segundo lugar, esta tiene un importante componente de monitorización mediante tecnología robótica. 

"Bajamos dos submarinos que permiten medir el dióxido de carbono, la biomasa, la biodiversidad y el oxígeno generado a partir de otros muchos parámetros. Toda esta información se digitaliza, se lleva a la nube y entonces la tecnología con inteligencia artificial la procesa. Y esto permite generar a nuestros clientes diversos formatos de acceso a la información", relata Ferrer.

Hoy, puertos deportivos y comerciales como los de Barcelona, Tarragona y Palma, así como en las marinas de Puerto Banús (Marbella), Puerto Adriano (Calvià) y Palamós figuran entre sus clientes.

También trabajan con Repsol tras haber sido seleccionada por su Fundación para formar parte de su programa para acelerar startups: "Ellos llevan mucho tiempo trabajando en temas que tienen que ver con sostenibilidad, y a nosotros trabajar con ellos nos está viniendo muy bien para aprender a trabajar con una gran empresa".

Las empresas recurren a Ocean Ecoestructures, en primer lugar, por una cuestión ecológica que tiene que ver con regenerar el mismo mar que, de alguna manera, ellos mismos están alterando. 

En segundo lugar, acuden a ellos porque los datos que obtienen de la tecnología de la startup les resultan especialmente valiosos para cumplir normativas medioambientales y conseguir la bandera azul que los acredita como defensores del medioambiente. Al fin y al cabo, el negocio es el negocio.

"Es importante que quede claro que somos una compañía tecnológica que podemos hacer esto a gran escala porque es rentable para las empresas. Lo primero es la tecnología y lo segundo el cuidado del medioambiente", recuerda el CEO de la startup, que cuenta con 14 trabajadores y el pasado mes de noviembre levantó una primera ronda de 1,6 millones de euros.

"Podemos curar el mar"

"Con esta ronda tenemos financiación para mucho tiempo", explica Ferrer, que, con todo y con eso, no descarta iniciar otra ronda a principios del año que viene. 

"La idea es que tenemos una ventaja competitiva con base tecnológica. No hay nadie en el mundo que tenga esta tecnología para poder proporcionar estos estas funcionalidades a los clientes. Es evidente que el mercado es muy grande y que se va a mover, hay sitio para todos, y cuantos más seamos, más vamos a regenerar al mar, con lo cual, fantástico. Pero dentro de esto, si podemos tener una posición de liderazgo y seguir creciendo, pues magnífico", explica.

Aunque el objetivo de cara a 2030 es colocar unas 20.000 unidades en el agua, actualmente Ocean Ecoestructures tiene colocadas unas 150 unidades, algunas casi con dos años de antigüedad. "Estamos multiplicando la biodiversidad hasta seis veces, estamos generando muchísima biomasa. Todo esto lo tenemos reglado y medido".

Los resultados permiten a Ferrer mostrarse optimista con respecto a la posibilidad de poder sanar algún día todo el daño que el ser humano ha hecho al mar: "Hemos perdido cerca del 50% de la vida de la biodiversidad. Hay 16.000 especies en peligro en este momento. No podemos esperar mucho más", explica Ferrer, que recuerda que recuperar la vida marina permitiría absorber el 40% del dióxido de carbono en la atmósfera, lo que atajaría la emergencia climática.

"El mar es extremadamente generoso, y a la que le das una oportunidad, te devuelve un gran beneficio, en muy poco tiempo te da mucho", comenta el CEO de la startup. "No conseguiremos que una playa vuelva a ser virginal, pero sí podemos recuperar la biodiversidad, podemos recuperar la biomasa. Podemos generar mucha riqueza marina y hacer que el mar vuelva a estar sano, pero lo hemos de hacer y lo hemos de hacer ya". 

Por ahora, Ocean Ecoestructures se ve en mitad de un camino a través del cual quieren llegar a canales, marinas, puertos deportivos y plataformas de viento, entre otras infraestructuras: "Queremos ayudar a transmitir el mensaje de que las infraestructuras con tecnología pueden transformarse en aliados del hombre".