Ikea multada: tendrá que pagar un millón de euros por espiar a su personal en Francia

Un tribunal francés ha ordenado a Ikea pagar una multa de un millón de euros por espiar a su personal de Francia. El mayor minorista de muebles del mundo fue declarado culpable de recopilar y almacenar datos sobre sus empleados de forma indebida, tal y como recoge Reuters.

La sucursal francesa de Ingka Group, que ha reconocido que hubo algunas prácticas inapropiadas, fue acusado de violar la privacidad de los empleados al revisar los registros de sus cuentas bancarias e incluso utilizar empleados falsos para redactar informes sobre el personal.

Los sindicatos explicaron que la información se usó para señalar a los líderes sindicales en algunos casos o bien en beneficio de Ikea en disputas con los clientes. Asimismo, se ha descubierto que la empresa rastreaba los datos sobre las finanzas de las personas e incluso los coches que conducían, al tiempo que se ha constatado el pago por acceso a archivos policiales.

En este sentido, el tribunal determinó que la dirección utilizó una empresa de seguridad privada, Eirpace, para obtener de forma ilegal registros policiales y recopilar datos personales.

Los fiscales habían estado presionando para lograr una multa de 2 millones de euros. Los abogados del sindicato CGT de Francia dijeron que la cantidad final acordada no era la esperada, pero mostraron su satisfacción con el resultado de la sentencia. 

Soy un empleado de IKEA de 45 años que viaja a las casas de la gente para ayudarles a montar sus muebles: así es mi trabajo

Por su parte, la compañía dijo que estaba revisando la decisión judicial para ver si se necesitaba emplear más medidas. "Ikea Retail France ha condenado enérgicamente las prácticas, al tiempo que se disculpó e implementó un importante plan de acción para evitar que esto vuelva a suceder", señalaba un comunicado del grupo.

Actualmente, emplea a unas 10.000 personas en Francia, se trata de su tercer mercado más grande después de Alemania y Estados Unidos. Asimismo, la empresa ha experimentado nuevos formatos, incluida una tienda inaugurada en 2019 en el corazón de París.

Los acusados y el origen

La intención de los fiscales pasaba pasaba también por una sentencia de prisión para el ex director ejecutivo de la filial francesa, Jean-Louis Baillot, que dirigió Ikea Francia de 1996 a 2009. 

Finalmente, el exdirector ejecutivo de la firma en Francia fue declarado culpable y recibió una sentencia de prisión condicional de 2 años junto con una multa de 50.000 euros. Su abogado explicaba que su representado negaba haber dado instrucciones para espiar a los empleados de Ikea y que se planeaba apelar la sentencia. 

Además de la pena de Baillot, Jean-Francois Paris, que fue jefe de Riesgos y realizó controles masivos a los empleados de Ikea Francia entre 2002 y 2012, fue condenado a una pena de prisión con suspensión de 18 meses y recibió una multa de 10.000 euros. 

El escándalo salió a la luz en 2012, cuando la policía realizó un registro en la sede francesa de Ikea en Yvelines, cerca de Versalles. Los funcionarios confiscaron documentos y registraron computadoras tras abrirse una investigación judicial preliminar sobre denuncias de vigilancia ilegal por parte de miembros de dos grupos sindicales.