La inflación encadena casi un año de escalada a máximos: cierra enero subiendo un 6%, pero se modera por la bajada de la luz

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Sergio Perez/Reuters

2022 arranca con el fantasma de la inflación todavía sobrevolando la economía. El precio de los productos se disparó un 6% en enero frente a 2021. Es la segunda mayor subida de los últimos meses, según el indicador adelantado del IPC publicado hoy por el INE.

Lo que iba a ser un fenómeno coyuntural encadena ya más de medio año de subidas no vistas desde principios de los 90. El propio Banco Central Europeo reconoció recientemente que "quizás la inflación no sea tan transitoria como se pronosticó".

Hoy, la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha reconocido que durante la primera parte se registrarían tasas de inflación altas como consecuencia del alza de los precios de la energía.

En septiembre el aumento alcanzó el 4%, en octubre un 5,4%, en noviembre llegó al 5,5% y en diciembre se disparó al 6,5%. El alza de enero, por tanto, supone una ligera moderación del 0,5% respecto a diciembre, pero sigue estando un 6% por encima de enero de 2021.

Todo es por el precio de la luz, que lleva meses en máximos históricos y ha disparado el precio de los productos. 

En enero, sin embargo, la moderación de cinco décimas se debe precisamente a una ligera bajada en el precio de la electricidad respecto a los máximos que empezó a tocar en 2021. 

"En este comportamiento destaca la bajada del precio de la electricidad, frente a la subida registrada en enero de 2021", explica el INE. No es, por tanto, que la luz esté barata, sino que en 2021 inició una escalada a máximos históricos.

Por su parte, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente, que excluye productos con precios volátiles, como la energía o los alimentos, aumenta tres décimas, hasta el 2,4%. 

Que la inflación subyacente sea menos de la mitad que la inflación total significa que las subidas no se han contagiado a otros bienes. Son unos pocos productos de la cesta de la compra los que presionan precios: los alimentos y la energía, y eso tiene que ver con el alza de las materias primas y del petróleo (y la enorme dependencia energética que tiene España de otros países).

Esto se debe a la alta volatilidad de los alimentos y energía, cuyo precio varía se ve afectado fácilmente por condiciones externas (si hay heladas o sequías, o por los acuerdos entre países de la OPEP). 

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