Este es el mejor y el peor consejo profesional que he recibido a lo largo de mis 35 años de carrera

En los 35 años de mi carrera, he tenido la suerte de recibir excelentes consejos profesionales.

Por ejemplo:

• "Aprovecha tus puntos fuertes". Los malos jefes y algunos asesores profesionales suelen decirte que, para triunfar, debes "mejorar tus puntos débiles". Eso es mentira. En su lugar, deberías mejorar tus puntos fuertes, aquello en lo que eres bueno por naturaleza en comparación con los demás, y abrirte camino en trabajos y carreras que los aprovechen. Los trabajos y las carreras son competitivos. Necesitas todas las ventajas posibles.
• "Sé el CEO de tu propia carrera". Esta es la conclusión a la que llegué después de haber leído un montón de libros sobre carreras profesionales que saqué de la biblioteca cuando tenía veintitantos e intentaba averiguar por qué estaba perdido y qué podía hacer al respecto. Es un recordatorio de que solo hay una persona a cargo de tu carrera: tú.
• "Besa el anillo". En uno de mis primeros trabajos, cometí un gran error. Pero fue peor aún, porque le eché la culpa a mi jefe. (¿Cómo podía pedirme que hiciera tareas tan insignificantes y sin sentido? ¡Fui a Yale!). Como era de esperar, esto llevó a mi jefe a sentarme y decirme que tenía mala actitud. Aunque cuando me dijo eso tenía ganas de decirle muchas cosas, callar y besar el anillo hizo que no perdiese ese trabajo. 

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También he recibido pésimos consejos profesionales:

• "Sigue tu felicidad". La idea es que, si haces lo que te gusta, el dinero vendrá solo. Tal vez eso funcione para algunas personas. Para mí, desde luego, no.

No puedo culpar a nadie por darme ese consejo porque lo leí en una entrevista a Joseph Campbell. Campbell era un profesor de Sarah Lawrence que abandonó los estudios de posgrado y se pasó cinco años leyendo mitología en una cabaña alquilada en el bosque. Hacer eso, aparentemente, fue la "dicha" de Campbell. Para él, condujo a una carrera inspiradora.

Mi problema era que yo no sabía cuál era mi "felicidad". También tenía preocupaciones más acuciantes: la necesidad de comer y pagar el alquiler. Además, cuando empecé a buscar trabajo, me di cuenta de que, a pesar de mi formación en la Ivy League, no sabía hacer nada.

Así que un consejo mejor para mí en aquel momento habría sido: Consigue un trabajo que creas que no odies, aprende algunas habilidades y continúa a partir de ahí.

El mejor consejo

El mejor consejo profesional que he recibido en mi vida me lo dio uno de mis primeros jefes en Wall Street, un banquero de inversión llamado Jonathan Morgan.

El consejo de Jonathan —dado como una orden— fue este:

• "Haz que ocurra". Jonathan solía decirme esto después de que yo le propusiera alguna idea sobre cómo podríamos mejorar algo.

En realidad, lo que quería decir era:

"Me parece una buena idea. Pero las ideas por sí solas no valen, lo que importa es la ejecución. Estoy ocupado y no tengo tiempo para hacerte el trabajo. Así que, si quieres que esa idea se haga realidad, busca cómo hacerla realidad".

Al igual que "sé el director general de tu carrera", este consejo me recordaba que, si quería hacer cambios positivos en el mundo —en mi trabajo, mi carrera, mi empresa, mi comunidad o mi vida—, nadie iba a hacerlos realidad salvo yo.

Este consejo me dio poder. Me dio la libertad de decidir y hacer lo que tenía que hacer. También me hizo reflexionar. Porque la responsabilidad de hacerlo recaía sobre mí.

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¿Quieres mejorar tu trabajo, tu carrera, tu vida, tu comunidad o tu mundo? 

Hazlo. 

Hazlo realidad.

Este artículo forma parte de una serie sobre cómo triunfar en el mundo laboral. Está dirigida especialmente a la generación Z, quienes se encuentran al principio de su carrera profesional, pero espero que también ayude a otras personas. Aquí encontrarás una introducción a la serie y mis antecedentes.