Dejé la universidad para ser camionera: al principio dudé de mí misma, pero sé que he tomado la mejor decisión para mi carrera

Aria Yang
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Dejé mi carrera para ser conductora de camiones: dudé de mí misma al principio, pero es la mejor decisión que he tomado para mi carrera.

Kiara Areli

  • Kiara Areli decidió dejar la universidad para no endeudarse y un programa de carreras de Amazon la hizo darse cuenta de lo que en realidad quería. 
  • La joven de 22 años no se arrepiente de haber empezado su carrera como camionera: asegura que puede tomar sus propias decisiones y siente que tiene el control sobre sus acciones.

Este artículo se basa en una entrevista con Kiara Areli, una camionera de 22 años residente en Chicago. El texto ha sido editado por motivos de extensión y claridad. 

Crecí rodeada de camioneros. Mi padre lleva 10 años conduciendo y también tengo tíos y tías que lo hacen. A pesar de ello, al principio no me veía conduciendo semirremolques, ya que es una profesión que se percibe como un trabajo de hombres. 

Así que elegí ir a la universidad porque eso es lo que me dijeron que hiciera mientras crecía. Pero después de un año, lo dejé porque no quería endeudarme. Conseguí un trabajo en Amazon como moza de almacén y empecé a pensar en cómo podía ascender en mi carrera. 

En Amazon, me uní al programa Amazon Career Choice, una iniciativa educativa diseñada para que los empleados de Amazon adquieran nuevas habilidades para tener éxito en su carrera. Cuando vi que la conducción de camiones formaba parte del programa, sentí inmediatamente que era una señal para ir a por ello, sobre todo porque la conducción de camiones me resultaba muy familiar. Recibí una beca del programa y fui a una escuela de conductores de camiones.

Después de un mes y 160 horas de formación presencial, obtuve mi permiso de conducir comercial para Estados Unidos (CDL). Tenía 20 años. Trabajé en Amazon un total de dos años antes de dejarlo. Ahora gano casi 60.000 dólares al año sin un título universitario.

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Conseguir trabajo como conductor profesional puede ser difícil

La mayoría de las empresas suelen preferir a personas con experiencia. Sin embargo, encontré por casualidad una empresa familiar de camiones especializada en la explotación de furgonetas, volquetes y plataformas.

Recuerdo que vi el cartel en el que anunciaban que estaban buscando conductores con permiso CDL. Me puse en contacto con ellos y les expliqué que era nueva y no tenía experiencia. La empresa me llamó para una entrevista y fueron muy comprensivos. 

Antes de cogerme oficialmente, me formaron en situaciones más reales, como dar marcha atrás a un remolque y otras técnicas imprescindibles para el día a día. Luego empecé a trabajar allí.

Por regla general, mi jornada empieza muy temprano por la mañana

Mi día suele arrancar sobre las 3:30, pero no empiezo a trabajar hasta las 6 de la mañana. Como mi camión, que es propiedad de la empresa, está aparcado a unos 15 minutos a pie de mi casa y el centro de expedición está a una hora en coche, tengo que salir de casa sobre las 4:30 para llegar al camión y hacer una inspección previa al viaje. Después, me aseguro de que todo está bien y conduzco hasta la central antes de las 6 de la mañana para que me asignen la ruta del día.

Luego recibo una ruta con varias entregas que hacer, a veces hasta cinco paradas. Como trabajo a nivel local, todas las entregas son dentro de mi estado y no viajo muy lejos, solo unos 500 kilómetros al día de media.

He conducido con frecuencia a lugares como Lockport, Lombard y Batavia (Illinois). La mayoría de las veces, mi trabajo termina a las 5 de la tarde.

La mejor parte de conducir un camión es que cada día es diferente

Aunque pueda sorprender, trabajar en un almacén me parece más monótono que conducir un camión: colocar bolsas en contenedores para el siguiente envío y hacer lo mismo todo el día. 

Fundador de TuSimple

Ahora conozco a gente diferente y voy a sitios distintos, algunos de los cuales nunca habría visitado de no ser por este trabajo. Una vez conduje hasta Skokie, Illinois, y me encantó: es como un mini Chicago con su propia zona céntrica.

Lo que también me encanta de conducir camiones es la independencia que me permite. Puedo tomar decisiones por mi cuenta y siento que tengo el control de mis propias acciones mientras conduzco

Cuando trabajaba en un almacén, sentía que había mucha microgestión. Me tenían que decir constantemente lo que tenía que hacer cada cinco minutos. Personalmente, eso no me gustaba. Como camionera, tengo la libertad de parar siempre que lo necesito, ya sea para comer o para ir al baño.

Me encanta todo lo que puedo hacer mientras conduzco. Puedo hablar con mis seres queridos a través del altavoz del móvil y escuchar mi música favorita o diferentes podcast. Pero también hay aspectos negativos.

Lo peor del trabajo son los horarios impredecibles. Puedes fichar pensando que saldrás a las 3 de la tarde, pero acabas trabajando hasta las 6 o las 7. Si te gusta un trabajo más estructurado, no creo que la conducción de camiones sea para ti.

Al principio dudé de mí misma, pero seguí adelante

Uno de los mayores obstáculos para empezar mi carrera como conductora de camiones fue mi propia duda, ya que el trabajo tiene sus retos. Por ejemplo, cuando me toca adentrarme en el centro, hay calles muy estrechas o puentes complicados y tengo que ingeniármelas para dar la vuelta y no chocar con los coches.

También temo que, al presentarme como una joven conductora, la gente no me tome en serio. Una vez, estaba entregando un paquete y me encontré con una chica que no se creía que yo condujera el camión. Le expliqué que mi padre había conducido durante 10 años y que yo también lo hacía. Entonces, pensó que mi padre me acompañaba en las rutas, pero contesté rotundamente: "No, conduzco yo sola".

Pero me alegro de haberlo hecho. Conducir camiones me ha ayudado a crecer como persona, tanto mental como económicamente.

No es un trabajo duro, pero conlleva mucha responsabilidad. Cada vez que subo al camión, tengo que asegurarme de hacer las cosas correctamente para no hacer daño a nadie mientras conduzco.

Convertirme en camionera fue una de las mejores decisiones que he tomado nunca

Antes de convertirme en camionera, estaba perdida y no tenía ni idea de lo que quería hacer con mi vida. Conducir un camión me sacó de esa situación. Sinceramente, no me arrepiento de haber dejado de estudiar, ahora siento que tengo un propósito porque también estoy inspirando a otros para que consideren la conducción de camiones como una carrera profesional.

A cualquiera que esté pensando en dedicarse a la conducción de camiones, especialmente a las mujeres, les digo que lo hagan. Está bien tener miedo o dudas, pero dar el salto merece la pena.

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También hay otras carreras en el sector del transporte por carretera, como agente de camiones o despachador de camiones. En el futuro, me sigo viendo conduciendo, lo llevo en la sangre. 

Espero convertirme en propietaria como mi padre, que es mi mayor inspiración, para poder conducir mi propio camión. También quiero crear una comunidad de mujeres que piensen como yo y que conduzcan camiones para motivarse y apoyarse mutuamente.

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