Los Nothing Ear (stick) te van a conquistar por su fantástica calidad de sonido, autonomía y espectacular diseño

"Devolver la ilusión al mundo de la tecnología". 

Esta es la máxima de Nothing, creada por Carl Pei, fundador de OnePlus, y visto el rumbo que están llevando en estos 2 cortos años de vida, está claro que van por el camino correcto. 

Prueba de ello son sus fantásticos Ear (1), que lanzaron en 2021, así como el Phone (1), que tiene una personalidad arrolladora y salió al mercado en junio de este año.

¿Sus ingredientes? Una manera diferente de hacer las cosas, una fuerte apuesta por el diseño y unas prestaciones de altura. 

Ahora han dado otro paso más en esa filosofía y han presentado los Nothing Ear (stick), sus segundos auriculares en estos 2 años, que llegan con todos esos ingredientes. 

Un diseño muy diferente a lo habitual, calidad de sonido y una potente batería.

¿Su precio? 119 euros. ¿Merece la pena?

He estado poniendo a prueba los auriculares a lo largo de un par de semanas y ya tengo una opinión totalmente formada sobre los Nothing Ear (Stick). Acompáñame a lo largo de este análisis si quieres saber qué me han parecido. 

Un diseño absolutamente sensacional y único, con unos auriculares francamente cómodos para largas sesiones, aunque no entran a la primera.

El diseño es una de las piedras angulares de Nothing y se nota, puesto que estos auriculares no solo me han enamorado por las transparencias del dispositivo, sino por la enorme personalidad de su estuche de carga. 

Apuesta por un estilo de tubo algo alargado que juega a la perfección con las señas de identidad de la marca. Los auriculares siempre están a la vista y para abrir la caja tienes que hacer rosca con la parte superior. Simplemente sublime.

Es francamente original y llamativo y cumple enteramente su función: desmarcarse por completo de lo habitual en la competencia. 

¿La única pega? Que las dimensiones del estuche igual no encajan en todos los bolsillos, pero sinceramente me parece un sacrificio asumible si lo que quieres es algo estéticamente rompedor.

En cuanto a los auriculares, siguen los patrones de los Nothing Ear (1), con esas transparencias e identidad propia, pero con un elemento diferenciador: no son intraurales. 

Es cierto que con esto se pierde la cancelación de ruido, pero generalmente son más cómodos y puedes estar muchas más horas con ellos puestos y la verdad es que en ese sentido cumplen de sobra gracias a su peso de solo 4,4 gramos cada uno. 

El único problema que le he visto es que cada vez que me los he puesto he tenido que ir jugueteando con ellos un poco hasta colocarlos a la perfección. Eso sí, una vez bien puestos, no se mueven hagas lo que hagas. 

Sonido claro, lleno de matices y de calidad, aunque me ha dado la sensación de en determinados registros sonaba algo enlatado.

En cuanto a la calidad de sonido, he de decir que me ha gustado bastante: muchos matices, equilibrio sonoro y buena definición. 

Para conseguirlo, los Nothing Ear (Stick) cuentan con un driver dinámico de 12,6mm que está totalmente diseñado por la marca y llama la atención que para la construcción han utilizado un pegamento especial que hace que las ondas reboten más rápidamente, lo que consigue un sonido más depurado. 

En términos generales, el sonido es muy bueno y está francamente equilibrado. Los he puesto a prueba con The Car, el último disco de Arctic Monkeys, Broken Bells, Radiohead, M83 y The War on Drugs, entre muchos otros, y lo cierto es que se desenvuelven bastante bien. 

Sí que es cierto que en determinados registros musicales me ha dado la impresión de un sonido algo más enlatado, aunque es algo que he podido solucionar fácilmente con el ecualizador que tiene la aplicación.

Lo mejor, eso sí, es la estabilidad de la reproducción. Gracias a que han cambiado la antena de sitio, la señal llega a los auriculares de una manera más clara y no me he encontrado con ningún tipo de corte.

Una calidad de llamadas fabulosa: tu voz se escucha limpia y cristalina al otro lado de la línea, aunque la que te llega a ti tiene cierto toque enlatado, pero con mucha potencia y claridad. 

Uno de los grandes puntos fuertes del dispositivo: la magnífica calidad de las llamadas.

Para darle más presencia a tu voz tiene una tecnología a la que han denominado Clear Voice que lo que hace es eliminar la presencia de lo que los elementos sonoros que hay en el entorno en un rango de 3db. 

En mis pruebas he llamado por teléfono con viento, ruido de fondo y en escenarios calmados y la respuesta del receptor siempre ha sido la misma: se te escucha sin cortes y de manera clara y nítida. 

En cuanto a la voz al otro lado de la línea también se escucha muy bien, aunque aquí sí que he notado un sonido menos depurado —igual depende del móvil de la otra persona, claro está—, pero potente y claro. 

Unos controles táctiles muy buenos y precisos que funcionan con presión, con accesos rápidos que puedes editar a través de aplicación con una estética única muy útil.

La apuesta de los controles me ha gustado mucho: lo hace a base de pellizcos de presión en cada auricular. 

Sí, es cierto que siempre he preferido deslizar el dedo en este tipo de dispositivos, pero la respuesta que tienen es simplemente excelente y tiene una ligera protuberancia que hace que al tacto se sienta muy agradable. 

Por defecto, para subir y bajar el volumen basta con presionar un segundo en cada uno de ellos, respectivamente. Para otros controles como pausar la música, pasar a la siguiente canción, coger una llamada o similares lo hace con diferentes secuencias de presión que también responden muy bien. 

Si no te convence, podrás editarlo a través de la útil y estética app disponible para iOS y Android que es simple, pero tiene todo lo necesario: un ecualizador para que juegues a tu gusto con los parámetros, con un gusto por el diseño exquisito, y la posibilidad de editar los controles táctiles. 

Es muy reseñable también que cuenta con Fast Pair en Android —fue abrir el estuche de carga y ver como aparecían en la pantalla de mi móvil y que la música se detiene si te quitas uno de ellos y vuelve a empezar cuando te lo pones de nuevo. 

Autonomía sensacional que llega hasta las 7 horas antes de tener que pasar por el estuche, que guarda otras 22 horas adicionales. ¿Su única pega? Deja de lado la carga inalámbrica. 

La autonomía también es simplemente sensacional: podrás disfrutar de ellos hasta 7 horas sin interrupciones y si ves que están llegando al límite, con solo 10 minutos en el estuche, tendrás 2 horas adicionales. 

Y en cuanto al estuche, es capaz de ofrecer hasta 22 horas extra. Eso sí, no tiene carga inalámbrica. 

Los Nothing Ear (stick) son para ti si buscas diseño único, sonido de calidad y una gran autonomía a precio muy sugerente. 

Los Nothing Ear (stick) me han parecido unos auriculares únicos. 

Se nota mucho el amor que le ha puesto la marca en todos y cada uno de los apartados, sobre todo en la parte estética, que es simplemente soberbia, pero no solo se queda en eso, sino que cumple en autonomía, calidad de sonido y estabilidad en la conexión. 

Es cierto que tienen la competencia en casa con los Nothing Ear (1), que además son más baratos, pero tengo claro que van a públicos diferentes: unos van a por los que buscan cancelación de ruido, los otros a por mayor calidad de sonido y comodidad. 

Lo dicho: si quieres auriculares True Wireless con estética única, buenos acabados, sonido excelente y poderosa autonomía, los 119 euros que cuestan están más que justificados.