Desde Reyes y nobles hasta accidentes geográficos: la historia de los apellidos más comunes

árbol genealógico

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  • Los apellidos tienen su origen en la necesidad de identificar a las personas de manera única en sociedades cada vez más complejas.
  • Los apellidos más comunes en España son los patronímicos, que suelen terminar en -ez, como Fernández o Martínez.
  • Este es el motivo por el que apenas hay apellidos judíos, pese a que pasaron siglos en la península.

Probablemente, más de una vez hayas pensado de dónde vienen tus apellidos, pero quizás no hayas reparado tanto en el origen de los apellidos en general. 

La realidad es que no siempre los hubo. Cuando la gente vivía en pequeñas villas no eran necesarios. A medida que iba creciendo la población y se repetían los nombres era necesario designar algo más de esa persona para saber a quién se refería el asunto.

De este modo empezaron lo que al principio eran motes y, finalmente, acabaron siendo apellidos. Si por ejemplo conocías a dos vecinos que se llamaban Juan y uno de ellos vivía cerca de un valle, sería Juan del valle. 

En el siglo XII las familias poderosas, como reyes y nobles, ya tenían apellidos, porque tenían bienes y era importante que figurase a nombre de quién estaban y quién las heredaría.

El final de la Edad Media coincide con un aumento de la natalidad y un descenso de la mortalidad por las condiciones sanitarias. De este modo, cada vez era más necesario formalizar la existencia de los apellidos.

Existen muchos tipos de apellidos. Por ejemplo, los toponímicos deben su origen al lugar en el que vivían los ancestros, como Ávila, Navarro, Torrente o Villanueva. Pero también de accidentes geográficos como Cuevas, Peña o Prado; o incluso arquitectónicos, como Puentes e Iglesia.

Los más comunes en España son los patronímicos, que deben su origen a un nombre propio y suelen acabar en -ez. Son herencia de la corona de Castilla y lo más común es que derivaran del nombre del padre. Así, Hernández, era hijo de Hernán; Martínez, hijo de Martín, o Sánchez, hijo de Sancho.

También era usual que hicieran referencia a los oficios, ya que en aquella época eran heredaros de generación en generación. Así, nacen algunos como Herrero, Pastor o Zapatero. Otros, por el contrario, hacen referencia a algún rasgo físico, como Delgado o Rubio.

Los apellidos judíos

Aunque en la península han vivido miles de judíos durante siglos, no son apellidos frecuentes en España. Esto se debe a la gran persecución que había sobre ellos y, por tanto, la necesidad de borrar este origen en una familia.

Además, muchos, al convertirse al cristianismo para poder seguir viviendo en España, cambiaron también el apellido. Algunos historiadores señalan que cambiaron a apellidos toponímicos, de gentilicio o de oficio. Otros señalan que la apócope de santo fue impuesto por la Iglesia a estos nuevos cristianos, como San Martín o San Cristóbal.

¿Por qué algunos apellidos son más comunes que otros en España?

La prevalencia de ciertos apellidos sobre otros en España se puede atribuir a varias razones históricas y sociales. Algunos factores que contribuyen a la mayor popularidad de ciertos apellidos son los siguientes:

Transmisión generacional: Los apellidos se transmiten de padres a hijos, lo que significa que los apellidos más comunes tienden a persistir y propagarse a lo largo del tiempo. Si un apellido era común en una región en particular hace muchas generaciones, es probable que todavía sea común en esa área debido a la transmisión familiar.

Origen histórico: Algunos apellidos tienen raíces antiguas y se han utilizado durante siglos en determinadas regiones. Estos apellidos pueden haberse vuelto más comunes debido a su larga historia y arraigo en la cultura local.

Cambio social y cultural: A lo largo de la historia, ciertos apellidos han adquirido un estatus especial debido a la asociación con familias nobles, históricamente influyentes o prominentes en la sociedad. Estos apellidos a menudo se han mantenido en el tiempo debido a su prestigio y se han extendido entre diferentes estratos sociales.

Conversión religiosa: Durante la época de la Reconquista y posteriormente, muchos judíos y musulmanes que se convirtieron al cristianismo cambiaron sus apellidos para evitar la discriminación y la persecución. Adoptaron apellidos toponímicos o patronímicos más comunes entre la población cristiana, lo que aumentó la difusión de ciertos apellidos.

Consolidación geográfica: En algunos casos, ciertos apellidos se volvieron más comunes en ciertas regiones debido a la consolidación y el aislamiento geográfico. Si una familia con un apellido particularmente común vivía en una región y se casaba predominantemente con personas de esa misma área, el apellido podría volverse especialmente arraigado en esa localidad.

Migración: Las migraciones internas dentro de España o desde otras regiones o países también han influido en la distribución de apellidos. Por ejemplo, si una familia con un apellido específico se mudaba a una nueva región y se establecía allí, su apellido podría propagarse en esa área.

La influencia de los apellidos en la sociedad actual

Los apellidos siguen siendo importantes para la identidad personal, la genealogía y la conexión con la cultura. También facilitan la organización social y pueden tener reconocimiento en la cultura popular. Aunque ya no determinan el estatus social, su influencia perdura en la sociedad actual.

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