El patinazo de 'The Marvels' en taquilla confirma que la visión de futuro que Bob Iger tiene en mente para Disney tiene todo el sentido

The Marvels

Laura Radford/Marvel

  • The Marvels, el último estreno del UCM, se está quedando muy lejos de los resultados anhelados en taquilla.
  • El fracaso de la película confirma una vez más que Bob Iger, CEO de Disney, acierta al quererse parar a redifinir buena parte del negocio de la empresa.

El peor estreno en la historia del UCM (Universo Cinemático de Marvel). Con toda seguridad ese no era el récord que The Marvels aspiraba a conseguir. Para una producción que ha costado 250 millones de dólares, quedarse a las puertas de los 162 millones de recaudación mundial son pésimas noticias, aunque no inesperadas. 

A The Marvels no le ha sentado nada bien no haber tenido apenas campaña promocional por parte de sus protagonistas a causa de la huelga de actores

A la falta de talento movilizando a los fans se han unido otros factores, como el hartazgo de propiedades intelectuales, la división entre público y crítica en torno al tono de la película o la creciente desconfianza sobre cómo se está desarrollando la fase 5 del UCM. 

Los fracasos empresariales, una vez superado el shock inicial, acostumbran a ser los mejores maestros. Y este, en concreto, llega para confirmar la visión del nuevo Disney que tiene Bob Iger, su CEO: poner los huevos en las cestas que tengan futuro, recortar gastos, subir precios y ser más eficientes en las producciones, en especial las que tienen la primera ventana en los cines. 

"La taquilla es cosa de Iger"

Iman Vellani, una de las protagonistas de The Marvels, afirmaba la semana pasada en una entrevista que los resultados de taquilla no era algo a lo que ella tuviese que prestar atención. “Eso es cosa de Bob Iger”, aseguró

Es evidente que Vellani prefería centrarse en lo positivo, pero sus declaraciones fueron tremendamente ingenuas. Todo actor o actriz que participa en una película con aspiración de blockbuster sabe que la taquilla sí que es cosa suya, ya que le afecta directamente. 

Tras una producción que no logra recuperar la inversión, acostumbran a seguir decisiones que afectan a la continuidad de ciertas historias, a la demanda de un talento en concreto o, incluso, a la liquidación económica que perciben.  

Aunque hay algo de razón en las declaraciones de Vellani. Sí, sacar una lectura de los resultados de taquilla es cosa de Bob Iger. El CEO es quien, en última instancia, tiene que tomar decisiones basándose en ella. El caso The Marvels llega, a pesar de lo que pueda parecer, en un buen momento. La popularidad del célebre ejecutivo no atraviesa su mejor momento y la película viene a confirmar que los reajustes que está haciendo en base a su visión de futuro para la compañía tienen sentido. 

La compañía necesita gastar menos, cobrar más por lo que ofrece y proyectos que sean más eficientes en términos financieros, es decir, que recuperen la inversión y generen beneficios. El fin de semana de estreno de The Marvels, Iger reforzaba de nuevo este mensaje de que la prioridad a partir de ahora iba a ser la calidad, no la cantidad. 

"Todos estamos remangándonos, incluido yo mismo, para hacer exactamente eso. Obviamente, tenemos grandes activos, grandes historias que contar, ya sea de activos que tenemos o que adquirimos. Y soy optimista acerca de la programación futura, que será un equilibrio entre algunas secuelas realmente fuertes de títulos muy populares, así como contenido original de calidad, comenzando con Wish, que se estrena el fin de semana de Acción de Gracias", continuó

"Así que me siento bien acerca de la dirección en la que nos dirigimos. Pero soy consciente de que nuestro rendimiento desde una perspectiva de calidad no estuvo realmente a la altura de los estándares que nos hemos fijado". 

Bob Iger

Destruir para construir 

Iger lleva varios meses tratando de reparar el desaguisado que ha provocado en la compañía la carrera por debutar con fuerza en el negocio directo al consumidor y las decisiones de su predecesor, Bob Chapek, durante la pandemia. 

El rendimiento de los estrenos en taquilla es tan solo uno de sus problemas. El monumental agujero económico que ha provocado el streaming y la erosión de negocios tradicionalmente prósperos como la televisión son también foco de preocupaciones. 

Iger está decidiendo cuáles van a ser los cimientos de la nueva Disney en lo que a la distribución de contenidos se refiere. Y muchas de las cosas que siempre han estado presentes antes puede que no pasen el corte para formar parte del Disney del futuro

Las operaciones directas al consumidor

Disney no tiene intención de abandonar el negocio del streaming. Lo han confirmado con su última decisión: adquirir el tercio de Hulu que estaba en manos de Comcast (una operación que podría alcanzar los 8.600 millones de dólares) para reforzar la propuesta de valor de Disney+, en la que se integrará a partir del próximo mes. 

Pero Iger tiene muy claro que necesitan incorporarlo de manera correcta dentro de la compañía, es decir, sin destruir otros activos por el camino como la venta de licencias o el respeto a las ventanas de explotación y, sobre todo, haciendo que sea más rentable.

El manual para lograrlo ya se ha concretado en medidas específicas: echando el freno al volumen de inversión en contenido original, vendiendo contenido a terceros (no fundamental para la compañía), ampliando la cobertura de los modelos con publicidad, subiendo precios y restringiendo el uso compartido de cuentas. 

El negocio televisivo 

La televisión es otra de las líneas de actividad que formarán parte del nuevo Disney, si bien no en su totalidad. Iger dejaba boquiabierto al sector el pasado julio afirmando que la televisión lineal tal vez no era un negocio esencial a la compañía, abriendo la puerta a una posible venta de activos. Algo a lo que el ejecutivo no parece dispuesto a renunciar es a ESPN. 

Es muy consciente del valor de una marca de tantísimo prestigio en un contexto como el actual, de elevada demanda de contenido deportivo en el ecosistema over the top. De momento, están buscando un socio estratégico para la gestión de las operaciones. 

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Las grandes producciones cinematográficas

Replegar velas y esperar a que soplen vientos mejores. Esta parece ser la política a medio plazo de Disney con respecto al negocio cinematográfico. De entrada, ha reajustado su calendario de estrenos para el próximo año, que no será ni de lejos tan grande como estaba inicialmente previsto. Varios títulos se han retrasado, como Deadpool 3, y la cuarta película de Capitán América. 

Dos de sus grandes apuestas, el remake de acción real de Blancanieves y Elio, de Pixar, se han retrasado a 2025. Parte de estas decisiones son debidas a circunstancias como la huelga de actores, pero también hay vocación de dar un paso atrás en los proyectos de remake de grandes franquicias y de redefinir de la estrategia a futuro con Pixar. En el caso de Blancanieves, además, el estudio parece haber querido que se calmen los ánimos tras las declaraciones de su protagonista, Rachel Zegler, sobre la versión original.  

Iger parece confiar en que las decisiones más traumáticas se queden en 2023 y que 2024 sea, al fin, el año en que ese nuevo Disney emerja de sus cenizas y recupere la gloria de antaño. La compañía realmente lo necesita. E Iger, que ya está en tiempo de descuento, también. 

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