Bob Iger trata de reconstruir Disney, pero entre muchos de los que aplaudieron su retorno ahora cunde la ansiedad

Bob Iger

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  • Los trabajadores de Disney buscan claridad sobre el plan a largo plazo del CEO, Bob Iger, para la empresa.
  • Iger se ha visto asediado por retos empresariales y presiones externas en su primer año de regreso. Está haciendo grandes cambios, pero la caída del precio de las acciones podría agitar a más inversores.

En la celebración del centenario de Disney el pasado 16 de octubre, los empleados de la empresa se reunieron en la famosa sede de Burbank para comer tacos, posar para las fotos con Goofy de rigor y asistir a la proyección de un cortometraje, Once Upon a Studio, con personajes de Disney de todas las décadas.

Lo que debería haber sido un momento de celebración triunfal para el gigante del entretenimiento se vio ensombrecido por la baja moral del personal y las preguntas que existen sobre el futuro de la empresa. Apenas una semana antes, la empresa había registrado su cotización bursátil más baja en más de nueve años, tras despedir a 7.000 personas en primavera y tratar de recortar 5.500 millones de dólares en costes.

El CEO, Bob Iger, que llevó a la empresa a un crecimiento espectacular durante su primer mandato que se prolongó 15 años, lleva casi un año desde su retorno y se enfrenta a preguntas cada vez más difíciles sobre cómo estabilizar Disney.

El repentino regreso de Iger el pasado noviembre fue recibido con conmoción, pero también con un cierto sentimiento de alegría. Su sucesor, Bob Chapek, había tomado decisiones muy cuestionadas y había cometido errores de bulto que no sentaron bien ni dentro ni fuera de la Casa del Ratón.

Pero Iger, de 72 años, ya no goza de tanta confianza como despertaba hace meses en Wall Street. Ocurre lo mismo dentro y fuera de Disney, donde muchos están conmocionados por los despidos, las conversaciones sobre la venta de activos televisivos como ABC y la incertidumbre que planea sobre el futuro de la empresa. También está más aislado, ya que muchos de sus confidentes, como la jefa de Comunicación Zenia Mucha, el abogado Alan Braverman, el jefe de Cine Alan Horn, la directora de Recursos humanos Jayne Parker y la directora financiera Christine McCarthy, se han marchado.

"Hace un año, el regreso de Bob Iger suscitó mucho entusiasmo y esperanza", cuenta a Business Insider un empleado de Disney. "Por lo que veo, gran parte de eso, si no todo, se ha disipado".

Fuera de Burbank, otras oficinas de Disney organizaron celebraciones más apagadas por el centenario. La empresa también envió a todos los empleados una insignia del centenario y una litografía con la extensa lista de personajes icónicos de Disney, desde Mickey a Ariel, junto con una carta de Iger en la que ensalzaba la creatividad narrativa de la empresa. "Nadie dijo ni mu", se queja otro empleado.

El regalo conmemorativo subrayó el pasado de Disney en un momento en que su futuro es cada vez más turbio.

Disney ha preferido no hacer comentarios para este artículo. El pasado 8 de noviembre, en la presentación de los resultados del cuarto trimestre y del ejercicio fiscal completo de la empresa, Iger informó a los inversores de los progresos llevados a cabo por la empresa para rentabilizar el negocio de streaming

En concreto, Disney ha recortado 8.000 puestos de trabajo este año y ahora tiene como objetivo recortar cerca de 700 de euros en costes para 2023, frente al objetivo de 5.000 millones fijado a principios de este año.

Parques de Disney.

La "indecisión basada en el miedo" inquieta a los directivos de Disney

Dentro de la empresa, las opiniones sobre este Iger 2.0 son dispares. A su regreso, devolvió la autoridad a los ejecutivos creativos, deshaciendo la impopular reorganización de Chapek, que dio prioridad al streaming. La reorganización había alienado tanto a los ejecutivos creativos de Disney, que perdieron el control de los presupuestos, como a los poderosos actores de Hollywood ajenos a la empresa.

"El ambiente es muy positivo tras la reestructuración de Iger", comenta un importante agente de Hollywood. Aunque en la época de Chapek había confusión sobre cómo se aprobaban los proyectos, "ahora todo el mundo tiene claro cuál es el proceso".

Pero otras personas describen un ambiente de miedo persistente y confusión organizativa. A algunos en el sector de la televisión y el cine les preocupa que, con Iger barajando la posibilidad de vender ABC y las cadenas de cable, lo siguiente podría ser una reducción de los estudios de Disney, cuenta otro agente de Hollywood. "Todos se sienten muy nerviosos y confusos: ¿se van a producir más despidos?".

La incertidumbre sobre el futuro de la compañía y sobre quién decide qué en el lado creativo ha dejado a los ejecutivos con dudas, según un abogado con conocimiento del negocio de Disney. "Internamente, no hay claridad", dice el abogado. "La mayoría de los ejecutivos se sienten atascados y no creen que puedan seguir adelante".

"No se trata solo de la huelga", añade esta misma fuente, ya que gran parte de Hollywood sigue paralizada por el actual paro de los actores. "Hay muchas dudas a la hora de defender cualquier idea. En algunos casos, es una vacilación autoimpuesta. En otros, la gente siente que no sabe a quién acudir".

El primer mandato de Iger estuvo marcado por su implacable optimismo y ambición. Un antiguo ejecutivo de Disney lo recordaba con respeto reverencial como un líder "fenomenal" y como "el modelo de consejero delegado: tranquilo y seguro de sí mismo, parecía tener siempre un plan".

También se le conocía como un entusiasta de los contenidos y los creadores que mostraba una gran habilidad en la gestión del talento y un gran conocimiento de la gama de productos Disney. "Las pocas veces que le veía, elogiaba siempre uno de mis proyectos más pequeños: '¡Qué buena audiencia!', decía de un pequeño programa que yo no podía creer que estuviera en su radar", dice un exejecutivo. "Conocía todos los matices del negocio".

Pero durante el verano, Iger sorprendió a los observadores del sector cuando calificó las huelgas de actores y guionistas de "perturbadoras" y sus demandas de "poco realistas" en una entrevista con la CNBC. Desde entonces, el Sindicato de Guionistas de América ha aprobado un acuerdo con los estudios de Hollywood, y los actores acabaron también con su huelga el pasado 9 de noviembre.

"Sus comentarios durante la huelga y el renovado interés por la propiedad intelectual plantean dudas sobre el valor que tendrá el talento en el futuro", comenta el abogado.

Asimismo, la afirmación de Iger a la CNBC de que los activos de televisión "pueden no ser fundamentales" para Disney sorprendió a Hollywood y a Wall Street.  "Probablemente podría haber hecho un mejor trabajo por transmitir el mensaje de una manera que no molestara a tanta gente", señala Paul Verna, analista de Insider Intelligence.

Para uno de los ejecutivos recién salidos, los dolorosos despidos de Disney, presagiados por Chapek el otoño pasado y que finalmente se produjeron a lo largo de varias semanas esta primavera, son la señal más clara de que Iger no es el mismo CEO que en su primera época al frente de Disney.

"Aquel Bob habría anunciado él mismo los despidos y los habría hecho la primera semana", dice esta persona. "Pero no hacerlo durante meses y meses creó incertidumbre y ansiedad. Las réplicas aún resuenan, y creo que perdió la confianza de mucha gente. Ahora mismo no parece un lugar muy divertido para trabajar. Es difícil sacar lo mejor de uno mismo con este tipo de perturbaciones externas".

Jefes de Hollywood

Iger se enfrenta a una tormenta perfecta de retos internos y antagonistas externos

Durante la primera etapa de Iger como CEO, de 2005 a 2020, adquirió Pixar, Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox. Por aquel entonces, la opinión generalizada era que los gigantes del entretenimiento tenían que reforzarse para competir con empresas como Google y Facebook, por no hablar de intrusos como Netflix. Iger era considerado el CEO más exitoso de Hollywood. Durante su mandato, el valor de las acciones de Disney se multiplicó casi por seis.

Pero Iger necesita un nuevo plan acorde con 2023. Las empresas de entreteniento tradicionales están perdiendo terreno en la guerra del streaming frente a gigantes tecnológicos con mucho dinero a su disposición. Muchas han invertido de hecho miles de millones en crear sus propias plataformas, aunque esto no ha evitado que Netflix se haya alejado del pelotón. Tras años fomentando el gasto para atraparla, Wall Street exige ahora que estas plataformas por lo menos sean rentables.

Iger tiene que llevar a cabo la transformación de Disney justo cuando algunos de sus activos más valiosos están mostrando debilidad. El negocio más rentable de la compañía en este momento son sus parques temáticos, que están floreciendo después de la pandemia y donde la compañía anunció recientemente planes para invertir 60.000 millones de dólares en la próxima década.

Pero en el cine, donde Disney ha sido casi siempre una máquina fiable de éxitos, acaba de tener sonados fracasos de taquilla en Elemental de Pixar y La Sirenita de Disney Animation; incluso la poderosa Marvel ha tropezado. 

El declive del negocio de la televisión culminó en un enfrentamiento con Charter Communications sobre las condiciones de un nuevo contrato para la difusión de los canales de cable de Disney. Y el negocio de streaming de Disney, que se suponía que iba a compensar la caída de los ingresos por cable, ha perdido 11.000 millones de dólares desde el lanzamiento de Disney+ en 2019.

Externamente, Iger se enfrenta a una lucha continua con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, cuya batalla con la empresa comenzó bajo el gobierno de Chapek por la llamada ley "No digas gay" del estado que impide por ejemplo a los profesores hablar de su orientación sexual a sus alumnos en clase.

Este conflicto no ha hecho más que crecer desde la llegada de Iger. Por otra parte, tras prorrogar su contrato dos años más este pasado verano, hasta 2026, el consejero delegado y su junta directiva aún tienen que encontrar un sucesor para dirigir Disney, aunque aún no hay muchas certezas sobre cómo será la empresa para ese momento.

El consejo de administración de Disney esperaba que Iger pudiera retomar el papel de hábil negociador que tan bien había desempeñado durante su anterior gestión de la empresa, pero no ha sido así, señala Verna.

"Querían a alguien que tuviera mano firme, que fuera políticamente inteligente, que fuera capaz de resolver algunos de los dilemas del modelo de negocio o algunas de las dificultades que está teniendo la plataforma de streaming", dice Verna. "Iger no ha hecho nada de eso. El año pasado se limitó a pasar de una crisis a otra".

Trabajar en Hollywood

Iger está centrado en adquirir todo Hulu, vender activos y encontrar un socio para ESPN

Iger está ahora centrado en desnudar Disney hasta reducirla a sus estudios de cine, parques y negocios de streaming, las divisiones que considera que tienen más potencial de crecimiento.

Ha dado un paso adelante para convertir Disney en el único propietario de Hulu y adquirirá un tercio de la participación de Comcast en el streamer a un coste de al menos 7.600 millones de euros, al tiempo que establece planes para que el contenido de Hulu esté disponible en la aplicación Disney+. 

Ha colgado el cartel de "se vende" en el grupo de televisión, que incluye ABC y cadenas de cable como FX y National Geographic, lo que podría ayudar a pagar el acuerdo con Hulu. También está buscando socios de contenido o distribución para ayudar a ESPN a llegar directamente al consumidor.

De este modo, Iger espera crear opciones para Disney. Una de esas opciones podría significar un cambio drástico: dividir la compañía en dos partes, una empresa de contenidos en streaming y otra de productos de consumo y experiencias, con un acuerdo de licencia a largo plazo entre ellas, afirma una fuente familiarizada con las conversaciones.

Racionalizar Disney también la haría más atractiva para un comprador potencial. Algunos analistas consideran desde hace tiempo que Apple es el candidato más obvio para hacerse con todo o parte del gigante del entretenimiento. 

Con otras empresas tecnológicas al parecer rondando ESPN, algunos expertos en el sector piensan que Apple tiene más probabilidades que nunca de hacer un movimiento por la plataforma deportiva, no solo para impulsar su propio negocio de servicios, sino también para evitar que una empresa tecnológica rival se haga con ella.

Por otra parte, no hay garantías de que Disney consiga un comprador o un buen precio por los activos de televisión, ya que no hay muchos que paguen lo que Disney quiere.

Disney también se enfrenta a los mismos problemas que otras empresas de entretenimiento para hacer que el streaming sea económicamente viable. Estas ya han enseñado a sus clientes cómo entrar y salir de sus servicios a medida que aparecen y desaparecen los éxitos, y como todas las plataformas suben sus precios, las cancelaciones podrían aumentar.

Según algunos trabajadores, la rotación de clientes es una de las principales preocupaciones del streaming de Disney. 

A los empleados de streaming se les ha comunicado ya que la aplicación DisneyNow, centrada en los niños, desaparecerá y que sus juegos se trasladarán a Disney+, aparentemente para ayudar a que el servicio de streaming sea más atractivo para los consumidores. La medida ha echado más leña al fuego a las especulaciones sobre la posibilidad de que Disney se plantee adquirir un gran editor de juegos como Electronic Arts.

Plataformas de streaming

Iger no tiene más remedio que ser un líder diferente

Si el precio de las acciones de Disney sigue cayendo, Iger también deberá preocuparse de no agitar a más inversores.

El CEO ya se ha enzarzado con el exejecutivo de Marvel Ike Perlmutter, uno de los mayores accionistas de Disney, que se ha unido a la lucha del inversor Peltz para intentar mejorar los resultados de Disney mediante una mayor influencia en su estrategia y operaciones.

Perlmutter ha dicho que quiere dividir Disney todo lo que pueda y hacerse con el control de parte de la propiedad intelectual. "La gente que subestime a Ike se equivoca", dice una fuente familiarizada con las conversaciones mantenidas por Perlmutter y la cúpula de Disney.

La postura mayoritariamente liberal de Disney en temas sociales candentes podría atraer a otros inversores con motivaciones tanto políticas como financieras, como Paul Singer, de Elliott Investment Management, un gran donante del Partido Republicano. Hay gente a la que "le encantaría acabar con una empresa woke, añade esta misma fuente.

Un abogado de Perlmutter ha preferido no hacer comentarios.

Miembros del círculo íntimo de Iger lo han descrito como "abrumado y agotado", según Bloomberg, por las batallas que está librando en tantos frentes. Pero a la vez varias fuentes se preguntan quién, además de Iger, podría dirigir la empresa en esta época tan peligrosa para la industria del entretenimiento.

Iger contrató en verano a dos exaltos ejecutivos de Disney, Kevin Mayer y Tom Staggs, ambos por cierto candidatos a la sucesión que en su día fueron descartados, para evaluar los activos de la empresa, informa Puck. 

Algunos expertos vieron aquellos nombramientos como un paso intermedio para que asumieran funciones más importantes. Sin embargo, Bloomberg informó en octubre de que los beneficios de Mayer y Candle Media, la filial de Stagg respaldada por Blackstone, serían aproximadamente la mitad de los previstos para 2023: no es el tipo que entusiasma en Disney.

Para muchos de los consultados por Business Insider sobre los retos de Disney, Iger sigue siendo la mejor persona para afrontarlos. Su cambio de actitud como consejero delegado, dicen algunos, puede ser simplemente lo que el momento requiere.

"Creo que no tiene más remedio que ser un líder diferente", afirma Verna, de Insider Intelligence. "Pero se ha equivocado en muchos aspectos, y no sé si estaba preparado o si realmente es capaz de resolver todos estos problemas. No sé si alguien lo está, francamente".

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