El gran plan de Bob Iger para el futuro de Disney, ¿éxito o fracaso?

Batacazo de Disney+: pierde 4 millones de suscriptores en 2023
  • Tras una sucesión de adquisiciones durante su primer mandato como CEO de Disney, Bob Iger quiere reducir el tamaño de la empresa. 
  • Su objetivo es impulsar el crecimiento a través de los parques, el streaming y los estudios de cine de Disney. 
Análisis Faldón

Un año después de regresar a Disney para su segunda etapa como CEO, Bob Iger ha empezado a trazar su plan para el gigante audiovisual: ha puesto el cartel de "se vende" en su grupo de televisión, que incluye ABC y cadenas de cable como FX y National Geographic. Iger también ha dicho que está buscando socios de contenido o distribución para ayudar a ESPN a llegar directamente al consumidor.

"De cara al futuro, creo que habrá tres negocios que impulsarán el mayor crecimiento y la mayor creación de valor en los próximos cinco años", dijo en la conferencia sobre resultados del 9 de agosto. "Son nuestros estudios de cine, nuestro negocio de parques y el streaming, todos ellos inextricablemente ligados a nuestras marcas y franquicias".

Wall Street ha presionado para que Disney se haga más pequeña desde que Iger regresó en noviembre para su segunda etapa como consejero delegado. En diciembre, Steven Cahall, analista de Wells Fargo, abogó por la escisión de ESPN y ABC, y en la convocatoria de resultados de agosto, Michael Nathanson, de MoffettNathanson, planteó la idea de dividir Disney en dos empresas: una centrada en los parques, los productos de consumo, Disney+ y la propiedad intelectual de los estudios que impulsa esa rueda volante, y otra con todo lo demás.

Durante años, la opinión generalizada ha sido que las empresas audiovisuales necesitan crecer para competir con empresas como Google y Netflix. Es la razón por la que Warner Bros. fue vendida a Discovery y por la que hay constantes rumores de que la próxima fusión será entre Warner Bros. Discovery y Comcast. La primera etapa de Iger como consejero delegado se caracterizó por las grandes adquisiciones que realizó, como Marvel, Pixar y otras, que ayudaron a quintuplicar la capitalización bursátil de la empresa. 

Pero muchos de los motores que se suponía iban a impulsar a los grandes grupos audiovisuales no están dando los resultados esperados. El streaming está en números rojos, la taquilla (Barbenheimer aparte) es débil, y el mercado publicitario es flojo, y las huelgas dobles de Hollywood que han paralizado la producción están frenando el optimismo y el flujo de acuerdos en toda la industria. Mientras tanto, Wall Street presiona para que el streaming sea rentable. El precio de las acciones de Disney ha caído más de la mitad desde su máximo, por debajo de los 90 dólares.

Algunos piensan que, al deshacerse de las cadenas, el objetivo final de Iger es reducir Disney a las partes más atractivas para un vendedor, y los analistas ven a Apple como el comprador más obvio, sobre todo para un activo como ESPN

Bob Iger, CEO Disney (izquierda), junto a Tim Cook, CEO de Apple.

Pero desmantelar Disney no es tan sencillo, e Iger no tiene la misma reputación de la que presumía en Wall Street (ni dentro de la empresa, donde los rumores de venta y los despidos a principios de año pillaron a la gente desprevenida y desmoralizada). No ha expuesto los detalles que quieren los inversores, y hay demasiadas incertidumbres sobre cómo se desarrollará el futuro.

"Antes, cada vez que Bob Iger se ponía al teléfono, todo volvía a ir bien", explica a Business Insider Tim Nollen, analista de Macquarie. "Ahora, con el estado de la industria de la televisión, no todo está bien. No es una empresa fácil de gestionar".

Estas son las oportunidades que los principales analistas del sector ven para una Disney más ligera y los puntos en los que la estrategia de adelgazamiento podría salir mal.

Vender las cadenas de televisión para centrarse en negocios de crecimiento

Entrada a Disney World en Orlando

Getty

En teoría, la venta de su negocio de televisión tradicional liberaría efectivo y energía para que Disney se centrara en los parques temáticos y las experiencias, así como en los estudios cuya propiedad intelectual los alimenta. 

Para Doug Shapiro, asesor senior de BCG y ex jefe de estrategia de Turner Broadcasting System, deshacerse de negocios en declive puede liberar a la dirección de distracciones para que se centre en las partes de crecimiento del negocio.

Los parques y los negocios de propiedad intelectual de Disney gozan de una escasez que los hace valiosos, y en una época de sobrecarga de contenidos, la querida producción de franquicias de la empresa puede volverse más valiosa a medida que la gente gravita hacia lo familiar, comenta a Business Insider. Shapiro cree que Disney podría encontrar nuevas formas de monetizar sus franquicias, a través de tecnologías como los NFT, el metaverso y las gafas Vision Pro de Apple (para las que Disney ya está creando), que ofrecen a la gente nuevas formas de experimentarlas.  

Pero las nuevas líneas de negocio conllevan riesgos, y la venta de las cadenas puede no ser sencilla ni tan lucrativa como Disney y Wall Street esperan. Las cadenas de televisión de Disney, que representan aproximadamente un tercio de sus ingresos, podrían no obtener el precio que Disney desea. 

También será difícil separarlas del resto de la empresa. Los contenidos de televisión online como FX alimentan a Hulu, por ejemplo, y ABC y ESPN se benefician mutuamente en la negociación de los derechos deportivos y la venta de anuncios. 

Iger afirmó en la conferencia de resultados que cualquier venta de las cadenas de televisión buscaría garantizar que Disney siga obteniendo contenidos para alimentar su negocio de streaming, aunque reconoció que "obviamente es complicado" separar ESPN del negocio de la televisión lineal. Si bien es cierto que Disney podría llegar a un acuerdo con un comprador para mantener el flujo de contenidos a sus streamers, eso podría ir en detrimento del precio de venta, explica Shapiro a Business Insider.

Encontrar un socio y nuevas fuentes de ingresos para ESPN

Tim Cook, CEO de Apple.
Tim Cook, CEO de Apple.

REUTERS/Andrew Kelly

En cuanto a ESPN, que ha pasado de ser uno de los negocios más rentables de Disney a uno de los más problemáticos, su destino es aún más incierto, con asociaciones, crecimiento e incluso una venta sobre la mesa. 

Iger ha declarado que está en conversaciones con posibles socios para ayudar a ESPN a convertirse en una empresa de distribución. Y después de decir durante su mandato anterior que no quería asociar a Disney, una empresa familiar, con las apuestas, acaba de cerrar un acuerdo de 2.000 millones de dólares con la empresa de apuestas Penn Entertainment para beneficiarse de la explosión de las apuestas deportivas, una señal para algunos de lo desesperada que se ha vuelto Disney.

Es una manera con poco riesgo para Disney de entrar en el juego online, pero en una industria hipercompetitiva, Penn tiene que diferenciar su aplicación y atraer una cuota significativa a medida que se abren nuevos mercados para que le resulte rentable a ESPN, dice Joel Simkins, director gerente que cubre el juego en el Grupo de Tecnología Global de Houlihan Lokey.

Pero los ingresos de las apuestas no compensarán el aumento de las tarifas de las licencias deportivas y el descenso de los ingresos que ESPN tendrá que afrontar en su transición al streaming, según escribió LightShed Partners el 17 de agosto.

Streaming disney

Más importante aún, ESPN necesita escalar, y rápido, para compensar los elevados costes fijos de los derechos deportivos y ayudarle a impulsar los ingresos publicitarios a medida que cambia a un modelo de distribución directa (DTC), según escribió Ben Thompson, de Stratechery, en un análisis del 16 de agosto. Thompson sugiere que los socios más obvios para ayudar a Disney a conseguirlo son las grandes empresas tecnológicas, con su control de los móviles; los aparatos de TV como Roku, y los operadores de cable, que podrían encargarse de distribuir una versión DTC de ESPN. Verizon se ha puesto en contacto con Disney para asociarse en un nuevo servicio de streaming de ESPN, según ha publicado The Information.

Otra solución sería vender ESPN. Aunque Iger ha dicho que quiere mantener el control de la cadena, sus comentarios sobre la búsqueda de opciones para los principales activos de Disney han llevado a los analistas a especular con la posibilidad de que Apple compre ESPN para impulsar su servicio Apple TV+, que ha añadido deportes en directo a su oferta. (No sólo Wall Street lo aprobaría, sino que hay una historia cultural detrás de esa idea: el propio Iger reflexionó en sus memorias sobre la posibilidad de combinar Disney con Apple).

Convertir el streaming en un negocio rentable

Bob Iger, CEO de Disney.
Bob Iger, CEO de Disney.

Disney y otros gigantes de la industria audiovisual se lanzaron a ofrecer sus contenidos a través de servicios de streaming, en su afán por imitar a Netflix, acelerando así la desaparición de la televisión por cable. El problema es que el streaming no ha compensado el declive del cable; Disney ha perdido más de 10.000 millones de dólares en su negocio de distribución, aunque esas pérdidas se han reducido a 512 millones de dólares en el tercer trimestre.

Disney ha prometido hacer rentable el streaming a finales de su año fiscal 2024. Con capacidad para producir éxitos y notoriedad internacional, está en buena posición para tener uno de los pocos streamers indispensables. Pero para que el streaming sea rentable, Disney tiene que aumentar tanto los usuarios como los ingresos y, al mismo tiempo, mantener bajo el churn, todos ellos retos operativos y de marketing que, en cierto modo, entran en conflicto entre sí. El buque insignia del streaming, Disney+, acaba de perder abonados en el mercado de Estados Unidos por segundo trimestre consecutivo. 

Así que Disney está siguiendo el ejemplo de Netflix, reprimiendo el uso compartido de contraseñas y subiendo el precio de sus niveles sin publicidad para empujar a la gente hacia su producto con publicidad, que tiene el mayor potencial de crecimiento y puede reducir la pérdida de abonados manteniendo bajo el precio de la suscripción. A partir de octubre, Disney+ sin anuncios costará 13,99 dólares al mes, el doble de lo que costó el servicio en 2019. El paquete con anuncios, por su parte, seguirá costando 7,99 dólares al mes en Estados Unidos (llegará a España en noviembre).

La experiencia de Netflix ha sido alentadora; Netflix con anuncios ha generado más ingresos por usuario que su nivel estándar sin anuncios, y las inscripciones se dispararon después de que entrara en vigor la restricción de contraseñas. Un 43% de las suscripciones a Disney+ en el segundo trimestre de 2023 fueron a planes con publicidad, según la empresa de medición de suscripciones Antenna. 

Aun así, la base de suscriptores de ambos servicios sigue siendo demasiado pequeña para que los anunciantes se interesen por ella. Los servicios de streaming han intentado captar nuevas audiencias expandiéndose internacionalmente, pero para ello tendrán que invertir mucho en contenidos en el idioma local, lo cual es costoso, y los ingresos por usuario suelen ser más bajos fuera de Estados Unidos. Iger ya ha dicho que Disney será más selectiva a la hora de priorizar los mercados extranjeros.

Netflix

2024 aportará algo de claridad al negocio de streaming de Disney. En esa fecha se espera que la compañía adquiera la participación minoritaria de Comcast en Hulu, lo que, según algunos analistas, podría ayudar al negocio de streaming de Disney desde el punto de vista de los contenidos, el marketing y los ingresos publicitarios.

Iger ha afirmado que está comprometido con la plena propiedad de Hulu. Por otra parte, en lugar de pagar el mínimo de 9.000 millones de dólares por la participación de Comcast, algunos analistas han argumentado que a Disney le convendría más deshacerse de Hulu que redoblar la costosa batalla de intentar igualar a Netflix en streaming. 

El director financiero interino de Disney, Kevin Lansberry, afirmó en la llamada de resultados de agosto que Disney está bien preparada para llevar a cabo la operación, con 11.500 millones de dólares en efectivo, unos 10.500 millones en instrumentos de deuda, además del flujo de caja futuro.

En resumen, hay muchas preguntas sobre cómo llegará Disney a ese lugar simplificado.

"No estoy en absoluto en contra de que Disney tenga éxito a largo plazo", afirma Nollen. "El negocio de streaming con ESPN yendo directo al consumidor puede generar muchas suscripciones y, con suerte, contribuir positivamente a los beneficios. Y con unos parques y un negocio de consumo fuertes como combustible, es una combinación muy potente. Pero hay mucha incertidumbre".

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