Israel ha prometido arrasar Gaza y destruir a Hamás, una tarea que puede resultarle imposible

Militantes palestinos de Hamás participan en una manifestación contra Israel en la ciudad de Gaza el 22 de mayo de 2021.
Militantes palestinos de Hamás participan en una manifestación contra Israel en la ciudad de Gaza el 22 de mayo de 2021.

REUTERS/Mohammed Salem

  • El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha comprometido a destruir Hamás. 
  • Lo ha hecho después de que el grupo perpetrara el peor atentado terrorista de la historia de Israel. 
  • Los expertos afirman que el grupo está profundamente arraigado en Gaza y puede ser difícil destruirlo.
Análisis Faldón

Tras los devastadores atentados terroristas perpetrados por Hamás en Israel, el primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, ha prometido que destruirá a este grupo. 

"Convertiremos en ruinas todos los lugares en los que se esconde y desde los que opera Hamás", ha declarado Netanyahu.

Israel parece prepararse ahora para un asalto terrestre total contra Gaza, la franja costera densamente poblada que Hamás controla desde 2007 y desde donde el sábado lanzó una intensa batería de ataques que causaron más de 600 muertos

Netanyahu ha llamado a filas a 300.000 reservistas, y las tropas se están concentrando en la frontera en señal de que un ataque terrestre podría ser inminente. 

Pero es una campaña que se enfrentaría a enormes desafíos, dicen los analistas. E incluso si Israel tiene éxito en su asalto, es poco probable que destruya completamente a Hamás. 

La logística es compleja. Israel tendría que hacerse con el control de una enrevesada red de bases y túneles subterráneos que Hamás opera dentro de un entorno urbano, como ha explicado Jake Epstein, de Business Insider.

"No creo que se pueda exagerar lo extraordinariamente difícil que será", ha señalado a la cadena estadounidense NBC News Tobias Borck, experto en Oriente Próximo del Royal United Services Institute, un think tank londinense. "No será sólo calle por calle, sino casa por casa y túnel por túnel".

Otro obstáculo para Israel son los cientos de rehenes que Hamás secuestró en el ataque del sábado, entre ellos mujeres, niños y ancianos.

Hamás amenazó con asesinar a un rehén en respuesta a cada civil palestino muerto en la ofensiva. Hamás podría utilizar a los rehenes como escudos humanos, colocándolos en emplazamientos militares y de otro tipo susceptibles de ser blanco del ejército israelí.

Israel comprende desde hace tiempo la magnitud del desafío. Según un estudio de 2017 de RAND, Israel ha tratado de contener a Hamás, pero no de destruirlo directamente.

El informe decía que Israel no quería ser responsable sobre Gaza ante el vacío de poder que podría resultar de la expulsión del movimiento, y teme que otro grupo más extremista ocupe su lugar. 

Después de que Israel abandonara Gaza en 2005 y Hamás tomara el poder, Israel impuso un bloqueo económico a la franja y lanzó una serie de ataques y asesinatos en medio de brotes de violencia por parte de Hamás. Desde entonces, se ha limitado principalmente a ataques aéreos, y la última operación terrestre se llevó a cabo en 2014. 

"La principal estrategia de Israel se ha centrado en 'cortar la hierba', es decir, asumir su incapacidad para resolver el problema de forma permanente y, en su lugar, atacar repetidamente a los dirigentes de las organizaciones militantes palestinas para mantener la violencia bajo control", señala el informe. 

Existen interrogantes sobre lo que realmente supondría derrotar a Hamás y si es posible destruir de forma significativa un movimiento arraigado en la ideología islamista y el resentimiento político.

"No tengo ninguna duda de que, mediante asesinatos selectivos y combates, Israel puede matar a un gran número de combatientes de Hamás y destruir muchas de sus capacidades militares", ha explicado a Time Michael Eisenstadt, director del Programa de Estudios Militares y de Seguridad del Washington Institute for Near East Policy, "pero no se puede destruir una idea".

Ataque de Hamás

Una ocupación militar total de Gaza del tipo necesario para eliminar a Hamás, o reducir masivamente sus capacidades, constituiría una operación de una magnitud diferente a las operaciones recientes, y existen dudas sobre cuánto tiempo puede Israel mantener una guerra.

Israel probablemente tendría que luchar no sólo contra Hamás, sino también contra combatientes de una miríada de otros grupos militantes con base en Gaza, que se preparan para defender ferozmente el territorio de un ataque israelí que han planeado desde hace tiempo. 

"Lo último que querrían los políticos israelíes sería un goteo constante de bajas procedentes de Gaza, donde cada semana hay más muertos israelíes", explica a The Economist Daniel Byman, de la Universidad de Georgetown. 

Queda por determinar, en concreto, cómo sería una derrota de Hamás incluso si se pudieran superar estos retos. 

"¿Bastaría con obligar a los dirigentes de Hamás a abandonar Gaza? ¿Habría que matarlos? ¿O es Hamás inevitablemente un elemento permanente de la política palestina, mientras no haya una resolución permanente del conflicto palestino-israelí?", se pregunta Anchal Vohra, columnista de Foreign Policy.

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