4 señales poco conocidas que revelan un trastorno obsesivo-compulsivo, según un psicólogo

mujer en la cama
  • Algunas formas de TOC no presentan compulsiones externas, lo que dificulta su diagnóstico.
  • Un psicólogo compartió algunos de los síntomas más sutiles de este trastorno.
Primero en Upday Cintillo

Se cree que el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) afecta aproximadamente al 3% de la población (uno de cada 50 adultos y uno de cada 100 niños), según la Asociación TOC 2.0. Sin embargo, sigue habiendo ideas erróneas sobre cómo se manifiesta. Si una persona no presenta los síntomas que se describen con más frecuencia en la cultura popular, como el miedo a la contaminación, su TOC puede quedar sin diagnosticar.

El Dr. Levi Riven, psicólogo clínico especializado en el tratamiento del TOC, declaró a Business Insider que este se define en términos generales por tener obsesiones en torno a "temas o pensamientos angustiosos y no deseados" que pueden llevar a quien lo padece a dudar de sí mismo y a realizar rituales y compulsiones.

La razón por la que síntomas como lavarse las manos en exceso llaman más la atención es que son más visibles. "También hay una amplia gama de experiencias que ocurren bajo la superficie para las personas con TOC", puntualiza Riven. "Es muy común ver que pacientes con TOC experimentan mucha angustia que puede pasar totalmente desapercibida para las personas en sus vidas porque todo está sucediendo en privado en la mente".

Por ejemplo, las personas con "TOC puro" pueden tener obsesiones mentales, como contar en silencio o repetir frases en su cabeza, pero no compulsiones externas, lo que hace que su TOC sea potencialmente más difícil de diagnosticar.

Riven cuenta que la mayoría de sus clientes no muestran muchos síntomas externos y tienen "dudas obsesivas sobre la posibilidad de causar daño a otros, cometer actos sexualmente violentos o tabúes, o reprimir su verdadera orientación sexual".

Compartió algunos de los síntomas menos conocidos del TOC, muchos de los cuales pueden ser sutiles o difíciles de detectar.

1. Analizar en profundidad los pensamientos intrusivos

Riven señala que uno de los principales tipos de TOC es el TOC de daño, "en el que alguien puede tener pensamientos o imágenes aleatorias, intrusivas y violentas".

Dijo que todo el mundo tiene de vez en cuando pensamientos intrusivos, como conducir el coche por el carril contrario. Pero "alguien con TOC de daño puede percibir la presencia de un pensamiento así como un motivo de duda", dice.

Para distinguir si se trata de un posible síntoma de TOC, Riven formula preguntas para comprender hasta qué punto el paciente analiza esos pensamientos intrusivos. ¿Se preguntan sobre si realmente quieren conducir su coche por el carril contrario? ¿Se preocupan por lo que dice de ellos el hecho de haber tenido ese pensamiento? ¿Les aterroriza la idea de perder el control y hacerse daño o a hacérselo a otra persona?

"A partir de ahí, la persona puede intentar reducir esa angustia haciéndose ciertas comprobaciones mentales, controlándose a sí misma para ver si es algo que realmente quiere hacer", explica. "Así que no es muy distinto de comprobar una estufa para asegurarse de que está apagada".

Lo que ocurre es que es menos perceptible para otras personas, pero causa al paciente una ansiedad constante e interfiere en su vida.

2. Buscar mucha tranquilidad

Según Riven, una de las compulsiones más comunes del TOC que él ve es la búsqueda de seguridad, "en la que una persona puede experimentar dudas y puede recurrir a alguna fuente externa para obtener algún tipo de certeza".

Por ejemplo, si una persona padece TOC de pareja, puede experimentar ansiedad frecuente por estar en la pareja "correcta", incluso cuando ama a su pareja y lógicamente sabe que está en una relación sana.

Riven afirma que la búsqueda de seguridad puede manifestarse de distintas formas. Algunas personas piden constantemente a sus amigos que opinen sobre su relación, mientras que otras buscan compulsivamente en Google, Reddit o TikTok información que valide lo que sienten.

Aunque a veces es habitual buscar consuelo, Riven explica que el trastorno se juzga en función de lo repetitivas que sean estas compulsiones. Si una persona pide a menudo a su pareja "pruebas" de que la quiere (y sigue haciéndolo sin importar cuántas veces su pareja le diga "te quiero"), eso puede ser un posible signo de TOC.

3. Tardar más en prepararse o terminar las tareas

Riven comenta que un trastorno suele definirse por lo mucho que interfiere en la vida cotidiana de la persona. Para algunas personas con TOC, un síntoma común es "la necesidad de llevar a cabo un complejo conjunto de rituales" antes de salir de casa, lo que les hace llegar tarde o tardar mucho más en hacer las cosas.

"Es un buen indicio de que algo está empezando a desarrollarse como trastorno, porque se está convirtiendo en algo debilitante o que altera el funcionamiento de la persona", afirma.

Por ejemplo, una enfermera de la UCIN con TOC dedicaba entre 30 y 45 minutos extra a comprobar que los electrodomésticos de su casa estuvieran apagados hasta una docena de veces. El ritual diario acortaba su horario de sueño y, en última instancia, afectaba a su estado de ánimo.

4. Las relaciones se ven claramente afectadas

Aunque tus obsesiones nunca salgan de tu mente, Riven afirmó que "el TOC casi siempre influye en las relaciones, porque el hecho de que una persona sufra una angustia considerable repercute en las personas que la rodean".

Por ejemplo, dijo que una persona con TOC de contaminación puede hacer exigencias sobre la limpieza que resulten asfixiantes para los miembros de su familia, o una persona con TOC de relación puede expresar dudas constantes sobre la relación, haciendo que su pareja se sienta poco querida.

El TOC no tiene por qué ser lo suficientemente "grave" para ser real

Dado que la gravedad del TOC puede variar, Riven afirma que puede "pasar desapercibido durante mucho tiempo" y que no es infrecuente que alguien padezca una forma más leve de TOC que luego se agrave tras un factor estresante externo, como dar a luz.

Además, "hay personas estigmatizadas y avergonzadas que pueden ocultarlo o enmascararlo de forma activa", afirma. Puede que no compartan la obsesión por sus pensamientos intrusivos o sus dudas sobre las relaciones.

A algunas personas no se les diagnostica el TOC hasta pasados los 30 años, aunque hayan tenido síntomas toda su vida. Si sospechas que padeces TOC, es bueno que busques un diagnóstico oficial para poder encontrar el plan de tratamiento adecuado.

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