La regla de los 2 minutos con la que dejar de agobiarte por las cosas sin hacer

mujer tareas
  • Acuñada por David Allen en Getting Things Done, la regla de los 2 minutos establece que si una acción toma menos de ese tiempo, "debe realizarse en el momento en que se define”.
  • Ponerla en práctica evita que las tareas simples se acumulen convirtiéndose en una carga mental que agobia y no deja avanzar.

Si fueras un fantasma no podrías pasar al otro lado, tienes siempre un montón de asuntos pendientes. A veces no son grandes obligaciones como la entrega de un proyecto crucial. Más bien se parece a millones de pequeñas cosas que agolpadas en tu cabeza no te dejan avanzar.

Un uróboro en el que no dejas de sumar cosas mientras que te abruma tanto que no actúas. Eso sí, no paras de emplear energía en pensar en ello. Si este es tu mal, hay remedio. Y es tan sencillo que seguramente lo pongas en práctica nada más terminar de leer este artículo.

"Si una acción va a tomar menos de 2 minutos, debe realizarse en el momento en que está definida". Así se expresa  David Allen  en su famoso libro sobre organización y productivida Get Things Done —Que se traduce como "Haz las cosas",  lo que básicamente es el quid de la cuestión—. Es lo que se conoce como regla de los 2 minutos que consiste en llevar a cabo las pequeñas tareas que apenas suponen esfuerzo para que no se vayan acumulando.

La razón de ser de esta técnica, explica Allen en su libro  "es que es más o menos el punto en el que empieza a llevar más tiempo almacenar y seguir un asunto que ocuparse de él la primera vez que está en tus manos; en otras palabras, es el límite de eficiencia".

Cómo funciona la regla de los 2 minutos

"Si tienes que enviar un correo electrónico o realizar una llamada rápida, simplemente hazlo. Si necesitas menos de 2 minutos, hazlo; si no, aplaza o delégalo", explican desde el blog Facile Thing. "En definitiva, si hacer una tarea te llevará menos tiempo que procesarla, organizarla en tu agenda y darle seguimiento oportuno, es mucho más eficiente hacerlo la primera vez que está en tus manos".

Lo bueno es que sirve tanto para lo profesional como para el terreno de lo personal. Cuántas veces te has encontrado en la cama gritando: "al final no llamé al médico/ no escribí a la profesora/ no reservé el restaurante/ no saqué la basura".

La lista de lo que añadir podría continuar eternamente. Desde responder a un mail a regar una planta, ordenar tu escritorio o poner la lavadora son acciones que requieren muy poco tiempo, pero que a veces se van posponiendo en favor de otras más importantes que tampoco se concluyen. 

La sensación final es que todo a tu al rededor está patas arriba y sin hacer. "Seguir esta pauta puede llevarnos a la acción y completar tareas rápidamente en lugar de dejarlas sin hacer para siempre", aseguran desde el blog de la app de gestión de tareas, Todoist.

Beneficios

Reducción del desorden mental, mayor productividad y una menor tendencia a la procrastinación son algunos beneficios de ponerla en práctica que argumenta en LinkedIn Uander Carlos Souza, manager senior en EY.

"Las pequeñas tareas, cuando se acumulan, pueden resultar agotadoras mentalmente. Al abordarlos de inmediato, uno limpia la "RAM mental", lo que lleva a una mayor concentración en tareas más cruciales", apunta.

También puede servir para fragmentar proyectos de mayor envergadura, superando así la inactividad inicial que los retos suelen conllevar.  La sensación de cosas hechas es de esperar que también disparará la motivación.

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