'La rueda del tiempo' aspira a convertirse en el 'Juego de Tronos' que Amazon lleva persiguiendo desde 2017

'La rueda del tiempo', serie de Amazon Studios

Amazon Studios

Amazon lo ha conseguido. Según declaraciones de Jennifer Salke, presidenta de Amazon Studios, La rueda del tiempo ha sido su mejor debut seriéfilo del año, y uno de los cinco mejores estrenos en toda la historia de Prime Video. 

Muy pocas veces Amazon se ha pronunciado con respecto al funcionamiento de sus originales con tanta rotundidad, si bien con su ambigüedad habitual. Han querido dejar bien claro que la serie va camino de convertirse en un fenómeno popular y global, que es lo que en última instancia querían, sin dar ningún dato que les comprometa.

Según Salke, el estreno ha tenido "decenas de millones de reproducciones en sus primeros tres días" y ha ocupado el ranking de lo más visto en países de tradición tan diversa como Estados Unidos, India, Brazil, Canadá y Francia. 

La serie, renovada por una segunda temporada meses antes de su estreno, ha seguido una estrategia de distribución claramente dirigida a estirar al máximo su vida comercial y a amplificar la conversación en torno a ella. El estreno se ha ceñido a los tres primeros capítulos, a los que seguirá una nueva entrega cada semana. 

La rueda del tiempo es uno de los proyectos que marcaron el cambio de rumbo en la filosofía de producción de la compañía en 2017, cuando Bezos dio instrucciones muy claras al equipo de contenidos de que consiguiesen un Juego de tronos para Amazon. Querer un programa de impacto mundial tenía toda la lógica para una compañía como Amazon, en donde Prime Video es una pieza clave dentro de su plan maestro: darle la mayor cobertura internacional posible a su ecosistema Prime.

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Aunque las producciones locales son muy necesarias, ya que refuerzan territorios clave, los programas con un atractivo global resultan vitales, dada su eficiencia a la hora de impulsar las altas en todo el mundo. "Si tienes uno de ellos en el top 10 de los programas más populares en cada territorio, el programa es más valioso porque impulsa tanto la conversación como las suscripciones", aseguraba Roy Price, ahora expresidente de Amazon Studios, en declaraciones a Variety hace cinco años

Larueda del tiempo no deja de ser la antesala de uno de los proyectos más ambiciosos de la compañía: El señor de los anillos. La adquisición de los derechos hace cuatro años, con una oferta que desbancó a la de Netflix, supuso un desembolso de 250 millones de dólares y el compromiso de extender la narrativa a lo largo de cinco temporadas. 

Se trata de un proyecto a gran escala con el que la compañía espera no solo capitalizar esta valiosa propiedad intelectual con varios spin off, sino también impulsar las ventas de los libros y demás parafernalia en su plataforma de e-commerce. Esta fuente adicional de ingresos es lo que, al parecer, terminó de inclinar la balanza a favor de Amazon ante el Tolkien Estate, la organización legal que controla y gestiona todo el patrimonio de J.R.R. Tolkien, incluyendo sus derechos de autor y el copyright de sus obras. 

La primera serie derivada de este acuerdo, que les permitirá adaptar televisivamente cualquiera de las obras de Tolkien, se estrenará en otoño del año que viene, y estará centrada en la Segunda Edad de la historia de la Tierra Media, miles de años antes de los eventos de El hobbit y El señor de los anillos

Las oportunidades que ofrece la fuente literaria de La rueda del tiempo son innegables. Esta saga, creada por Robert Jordan y publicada en España desde los años 80 por Minotauro, consta de 14 entregas más una precuela. Sus últimas dos entregas corrieron a cargo del popular Brandon Sanderson ya que Jordan falleció antes de poder acabarla. 

Presenta, además, varios paralelismos con Juego de tronos: la abundancia de material a adaptar, los elevados costes de producción (10 millones por episodio), un importante fenómeno fan de partida y alabanzas recibidas por parte de autores de referencia (entre ellos, el propio George R.R. Martin). 

Juego de tronos marcó un antes y un después. Elevó la producción televisiva a cotas jamás vistas con anterioridad, propició una completa redefinición de lo que se entendía por fenómeno televisivo mundial y ayudó a desterrar los prejuicios que arrastraba el género en cuanto a su capacidad para interesar a una audiencia generalista y no solo al nicho de aficionados a la fantasía. 

Pero también elevó las expectativas del espectador, que se ha vuelto extraordinariamente severo a la hora de valorar la calidad de este tipo de adaptaciones. Puede que comparar a La rueda del tiempo con la serie de HBO sea un lastre.  

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Aun así el viento, ese viento tan importante en la obra de Jordan, parece soplar a su favor. Amazon lleva años preparándose para las grandes ligas del storytelling y esta producción está a la altura. Además, no podría esperar un público más receptivo para la serie: la evasión que la fantasía sirve en bandeja se ha convertido en un bálsamo pospandemia. 

Robert Jordan comienza cada uno de los libros de la saga con la misma frase: "El viento no fue el principio, pues no existen comienzos ni finales en el eterno girar de La Rueda del Tiempo. Pero aquel fue un principio". Puede que este también lo sea. 

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