Salvo invasión alienígena, estos son los retos políticos a los que se enfrenta el Gobierno en 2024

Hace unos días una periodista le preguntó al presidente del Gobierno si podría garantizar que culminaría con éxito la legislatura, ante la posibilidad de que antes de que esta termine se celebrara una moción de censura en su contra.

Pedro Sánchez sonrió y respondió afirmativamente.

Lo hizo en el balance de la acción de Gobierno del 2023, que tuvo lugar la semana pasada. En aquel acto el presidente también reivindicó algunas de las medidas que el Ejecutivo ya ha adoptado de cara a 2024 —por ejemplo, las ayudas al transporte público o la prórroga del IVA reducido en alimentos, entre otras cuestiones—.

La paulatina retirada de estas ayudas a lo largo de los próximos meses marcará la acción de Gobierno, ya que es algo que varios organismos internacionales vienen recomendando desde hace tiempo. Sin embargo, ese no será el mayor desafío del Gobierno de España en 2024. 

El frágil equilibrio que sostiene la coalición con Sumar y la mayoría de investidura se harán notar más. Yolanda Díaz todavía tiene que terminar de atar una subida del salario mínimo interprofesional después de que patronal y sindicatos hayan constatado sus desencuentros. La ley de amnistía va a tener que tramitarse con paciencia y audacia. Y mucho más.

Todo ello sin contar que, como sucediera en la legislatura pasada y como el propio Sánchez ha llegado a ironizar en alguna ocasión, no vuelvan a sucederse las catástrofes y calamidades: una pandemia, un volcán en erupción, el estallido de una guerra a las puertas de Europa...

Estos son los —por ahora— principales retos del Gobierno en 2024.

Una posible mediación de Bruselas para desbloquear la renovación del CGPJ

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sigue bloqueado desde finales de 2018. Ahora se ha pedido a Bruselas que medie en el proceso. De aceptar, la Comisión Europea podría imponer una metodología en los encuentros que se diesen entre los socialistas y el principal partido de la oposición, el PP, que son quienes deben ser los artífices del esperado acuerdo.

Un visto bueno por ambas partes desbloquearía el embrollo en el que se ve el máximo órgano de gobierno de los jueces en España. La propuesta de que Bruselas medie partió del PP de Alberto Núñez Feijóo, y el presidente Sánchez lo encajó con aparente satisfacción. Ahora se está a la espera de que Bruselas acepte.

Días atrás Feijóo y el propio Sánchez mantuvieron un encuentro que sirvió para desencallar un poco esta vía. No fue todo lo fructífero que pudo ser: más allá de una reforma menor sobre la Constitución —que ya se había acordado en la pasada legislatura—, los socialistas rechazaron también la propuesta de populares de que los jueces eligiesen a los vocales del CGPJ.

La compleja tramitación de la ley de amnistía

A mediados de diciembre el Congreso de los Diputados tomó en consideración la proposición de ley de amnistía, que fue clave para desbloquear la investidura de Sánchez hace semanas, arrancando el sí de Junts y ERC.

Ahora se está a la espera de que la Mesa del Congreso encargue a una de las comisiones parlamentarias que desarrolle su ponencia y se negocien las enmiendas necesarias. El Grupo Parlamentario Socialista rechazará grandes modificaciones del texto que ya se conoció antes de la investidura.

Cómo te afectan las medidas anunciadas por el Gobierno para 2024: transporte, luz, gas, alimentos, desahucios y más

Una vez el texto reciba el visto bueno de los grupos presentes en la comisión parlamentaria, la norma viajará también al Senado, donde el PP reformó el reglamento con su mayoría absoluta. La reforma permite a la Cámara Alta determinar cuándo tramita o no por vía de urgencia una norma que llega del Congreso.

Indistintamente de lo que suceda en el Senado, el texto recaerá en la Cámara tan pronto como en primavera o verano de 2024, donde la Cámara Baja podrá aprobar definitivamente la ley en los términos que hayan acordado los grupos que participaron en la mayoría de investidura.

La mayoría de investidura: un puzle más difícil de encajar

Mientras la tramitación legislativa da su curso con la ley de amnistía, Sánchez y su equipo tendrá que demostrar talante y capacidad negociadora durante los primeros compases de la legislatura. En los últimos días de 2023 el PSOE anunció un acuerdo con EH Bildu para prohibir los desahucios de personas vulnerables en el nuevo decreto de medidas sociales.

La estrategia de los socialistas es evidente: normalizar a Bildu en la vida política y económica del país. Con EH Bildu y con ERC los socialistas, cuando formaban parte de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos, lograron sacar adelante grandes acuerdos. Está por ver si conseguirán lo propio con Sumar como compañero de bancada azul, pero la intención está ahí.

Más difícil lo tendrá con Junts, que ya deslizó sorpresas en la mismísima jornada de investidura porque las palabras que empleó Sánchez en su discurso inicial incomodaron a los de Míriam Nogueras.

El frágil equilibrio con Sumar y Podemos

Podemos dio la sorpresa tras la investidura y anunció que abandonaba el grupo parlamentario de Sumar para que sus cinco diputados tuviesen autonomía política en el Grupo Mixto.

El movimiento vaticinaba turbulencias: el Gobierno de coalición perdía cinco diputados y la tensión se disparaba en la mayoría de investidura. Sin embargo, en un inesperado giro de guion, Podemos y Sumar han anunciado un acuerdo para concurrir juntos a las próximas elecciones autonómicas de Galicia, que se celebrarán en el mes de febrero.

De cualquier manera, el equilibrio no será imposible, como cantaba Iván Ferreiro, pero sí complejo: en el Gobierno conviven varias formaciones tan distintas como en su día lo fueron el PSOE y Unidas Podemos, y es esperable que esas tensiones y crisis se reediten en esta legislatura. Buen síntoma de ello son la longevidad de las últimas reuniones del Consejo de Ministros.

La "polarización asimétrica" y las inminentes citas electorales

Días atrás, la FundéuRAE anunció que la palabra del año 2023 era la "polarización". Precisamente la polarización fue también protagonista de una de las últimas disertaciones del presidente del Gobierno este mismo año. Sánchez denunció a finales de la semana pasada que en el país se está produciendo una polarización que a su juicio es "asimétrica".

"Me gustaría trasladar a los ciudadanos y a los medios que aquí hay gente que insulta y gente que somos insultados. Partidos que son asediados y líderes que instan al asedio. No vamos a entrar en ninguna de estas descalificaciones ni insultos, vamos a trabajar por el bien de la ciudadanía y por el respeto de la urbanidad", reprochó.

"Entiendo cuál es la lógica de la derecha y de la ultraderecha, desmovilizar y crear desafección. Hacer que cuando vengan las contiendas electorales exista esa desmovilización y descontento". La próxima cita con las urnas será en Galicia en febrero. También se deberán convocar elecciones en el País Vasco este mismo año. Y las europeas serán en verano.

El Gobierno de Sánchez salió indemne del batacazo electoral que sufrió en mayo del año pasado, en las municipales y autonómicas de 2023. Logró el apoyo suficiente como para formar un nuevo Ejecutivo en un contexto nada propicio para ello, con la mayoría de las casas demoscópicas dando por descontada la absoluta del PP y Vox el 23 de julio de 2023.

Pero en política no hay apartes y el propio Sánchez, que anunció el adelanto electoral precisamente por los resultados de las elecciones locales, verá si el apoyo a la acción de su Ejecutivo en los primeros meses de 2024 se refrenda o no en las urnas.