Expertos de la moda reconocen el 'greenwashing' en el sector, pero apuntan a que el reto por la sostenibilidad debe venir también de la mano del consumidor

Sostenibilidad en la moda

Reuters

  • Expertos de la moda coinciden en que existe picaresca por parte de las empresas por presentarse más sostenibles de lo que en realidad son, pero alertan de que el compromiso tiene que venir también de la mano del consumidor.
  • Desde Inditex con Join Life a Mango con su colecciones para ahorrar agua, el sector textil sabe que la sostenibilidad es la ruta a seguir, pero el camino no está lleno de otros pormenores a tener en cuenta. 
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Desde Join Life por parte de Inditex a la colección denim de Mango con la que consiguieron ahorrar más de 30 millones de litros de agua. Se mire donde se mire, la sostenibilidad parece haber invadido cada marca de moda y con razón: la industria textil ha entendido que por ser uno de los sectores contaminan, es el que más debe hacer para revertir ese daño al medioambiente. 

Todos parecía y ejemplar e idílico, hasta que la Comisión Europa tuvo algo que decir al respecto y lo hizo: el pasado mes de febrero el organismo hacía púbico un informe en el que destapa greenwashing de la moda. Concretamente, este decía que el 24% de los portales de moda no cumplían los criterios medioambientales que decían mantener sus productos. 

Así, la comisión detallaba que estas empresas realizaba afirmaciones exageradas, falsas o engañosas cuando usaba conceptos como eco, conscious o friendly.Asimismo detallaba que de las compañías analizadas, un 57% no aportaban información suficiente con sus compromisos medioambientales y un 37% presentaban declaraciones "poco precisas" al usar términos ecológicos. 

La colección Join Life de Zara no es tan sostenible como parece: el sueldo de los trabajadores que la fabrican es de 2,10 euros por prenda

Ante este panorama, el sector de la moda lo tiene claro: existe postureo en la sostenibilidad de la moda, pero el reto también recae en el cliente. Durante un encuentro de moda en el marco del congreso E-commerce News, expertos de la industria han coincidido en que existe picaresca, pero también en que los consumidores tienen que formar parte de este desafío medioambiental.

"No es fácil ni barato ser sostenible", explicaba Paloma Jáudenes, CEO de Pequeña Moma, marca de moda murciana presente en El Corte Inglés. Así, la empresaria explica que esto supone un gran reto, sobre todo a a la hora de comunicar al cliente de dónde sale el producto y el porqué tiene ese precio y no otro.

"Nosotros en la región estamos utilizado la Última Milla, en los pedidos online metemos un tarjetón con semillas para plantar, pero quedan mucho pasos por dar", explica la empresaria. Asimismo, añade que aún falta clientela que quiera comprar, por ejemplo, unas zapatillas sostenible por 95 euros cuando las tenemos por 45 euros. 

Los precios: la clave está en la transparencia y la honestidad

Respecto a lo precios, Coro Saldaña, experta en gestión digital de retail y moda, apunta que la mejor opción siempre es la transparencia: explicar de dónde vienen sus productos para que el cliente entienda que no se trata de una marca cara, sino justa dentro de sus niveles de fabricación y producción. 

Saldaña añade que el mejor caballo de batalla para estar comprometidos con el medio ambiente es la honestidad. Así, la experta argumenta que si una empresa no es sostenible, lo que al menos debe de hacer es proyectar que está en el camino de serlo.

Por su parte, la CEO de la empresa de kits para tejer We Are Knitters, Pepita Marín, alega que el greenwashing es una realidad y que muchas compañías "se ha apuntado al carro" porque saben que es el camino a seguir. No obstante, detalla que el enfoque por ser sostenible debe ser otro.

"Todo el tema se ha centrado en las materias primas, cuando lo cierto es que ser 100% orgánico es tremendamente complicado", detalla la empresaria. De hecho, reconoce que dentro su propia compañía tienen lanas naturales que no utilizan acrílico, pero los tintes no son naturales. "Hay veces que tienes que adaptarte al mercado", admite. 

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"Ante estas imposibilidades nos hemos dado cuenta que podemos fomentar más la sostenibilidad con el propio hecho de tejer, aunque este se haga por puro placer", argumenta Marín, al tiempo que añade que el reto también está en el consumidor, en que compre productos de mejor calidad y no tenga miedo a reusarlo cuantas veces quiera. 

Por su parte, Clemente Cebrián, cofundador junto a su hermano Álvaro de la marca El Ganso, tiene claro que las marcas de moda tienen que ir más allá. Pero también alerta que explicar la trazabilidad de las prendas también atañe riesgos por el nivel exposición. "El cliente no siempre puede aceptar que tu margen de beneficio haya sido mejor en cierta prenda por cualquier motivo", explica. 

No obstante, Cebrián añade quees bueno que se "haya ido un poco la pinza" y la gente se pregunte de forma constante de dónde sale cada prenda. Pero mantiene que igual de importante es no perder de vista lo que genera la industria de la moda. "No podemos olvidar todos los puestos de trabajo que hay detrás de la fabricación de un pantalón". Por eso mantiene que la palabra sostenible debería ir de la de mano de otra: responsabilidad.

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