Las setas alucinógenas "resetean el cerebro" y podrían convertirse en la próxima generación de antidepresivos

Setas alucinógenas

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  • Un pequeño puñado de especies de hongos mágicos tienen capacidad para tratar la depresión. Se inscriben dentro del género Psilocybe y han sido consumidos por sus propiedades alucinógenas durante al menos 3.500 años de antigüedad.
  • La responsabilidad recae en el compuesto psicodélico psilocibina. 
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¿Pueden las setas alucinógenas ayudar a tratar la depresión? Varios investigadores están descubriendo que los hongos mágicos pueden actuar como antidepresivos con menos efectos secundarios que los convencionales. 

La ciencia vigila con lupa a un pequeño puñado de especies dentro del género Psilocybe, caracterizado por las propiedades alucinógenas del compuesto psilocibina. Dosis cuidadosamente reguladas de esta sustancia psicoactiva en un entorno monitoreado y con la psicoterapia adecuado podrían tratar trastornos depresivos, con menos efectos secundarios que otros fármacos.

Setas mágicas: la primera droga consumida por la humanidad

Los hongos alucinógenos fueron una de las primeras drogas usadas por la humanidad, según evidencian hallazgos arqueológicos que se remontan al año 1600 a. C, cuando la especie Amanita muscaria estaba presente en diversos rituales de la India. 

Son muchas las culturas y civilizaciones empapadas por la psicodelia de las setas, asociadas al Soma y al Haoma, la droga sagrada de la inmortalidad en las culturas indoiranias, a la ambrosía de los mitos griegos, a los misterios de Eleusis y de forma minoritaria, también a los orígenes del cristianismo. 

Su consumo salpica a todo el globo: tribus nómadas siberianas las empleaban en sus ritos comunales, mientras que en regiones como México y Centroamérica existe un largo historial de uso mucho antes de la colonización española. 

Ejemplares de Psilocybe cubensis cultivados en interior.
Ejemplares de Psilocybe cubensis cultivados en interior.

Madi/Wikipedia

Aunque hay varios géneros y más de 200 especies que contienen estas sustancias, Psilocybe abarca la mayoría de las setas mágicas con estos compuestos psicoactivos: la más apreciada es la Psilocybe cubensis, también conocida como gorro dorado y que crece en pastos y suelos ricos en nutrientes en todo el mundo, especialmente en las regiones tropicales de América, el sudeste de Asia y Australia.

Su uso recreativo está bastante extendido en nuestro planeta: sus efectos duran entre 4 y 6 horas y generan respuestas sensoriales y emocionales que incluyen colores más vividos, fuentes de luz que adoptan aspecto de halo o distorsiones visuales y efectos ópticos. 

En dosis más elevadas, se producen alucinaciones y una percepción distinta del tiempo.

Tal y como explican desde Science Alert, los hongos mágicos también propician cambios emocionales, aumentando la euforia y el placer, promoviendo una sensación de paz y desconectando a la persona de la realidad, de forma similar a un sueño

El consumo recreativo también conlleva sus peligros: sensaciones de somnolencia y confusión, náuseas y vómitos por la estimulación del sistema digestivo y altos niveles de paranoia y miedo extremo en personas con ansiedad y trastornos bipolares. También pueden aparecer flashbacks de traumas previos, debilidad, mareos y angustia.

No obstante, la toxicidad de P. cubensis es baja y se considera bastante inofensiva.

Cómo pueden ayudar las setas mágicas a tratar la depresión: ¿qué le hacen al cerebro?

Hongo mágico

Artur Kornakov/Unsplash

Los científicos han estudiado los diversos cambios de las setas mágicas en la química cerebral: el cuerpo descompone la psilocibina en la psilocina química, otro compuesto psicoactivo que se encuentra en P. cubensis. 

Esta afecta al sistema nervioso compitiendo por la activación de varios tipos diferentes de receptores de serotonina conocidos como receptores 5-HT. La competencia interfiere en áreas del cerebro involucradas en el control de la temperatura, el apetito y la excitación de los sentidos, así como el estado de ánimo.

Pero además, la sustancia psicoactiva afecta a los niveles del neurotransmisor glutamato, relacionado con el pensamiento y la autoestima. Estudios como el publicado en Neuropsychopharmacology han puesto de manifiesto la capacidad de la psilocina para cambiar nuestra perspectiva sobre nuestro sentido de identidad y cómo estamos conectados con nuestro entorno.

Una respuesta más general a estos cambios en la química cerebral parece ser una reestructuración de las redes neuronales. Dicho de otra manera, los psicodélicos de las setas mágicas "resetean" cómo está conectado el cerebro. 

Hay varias investigaciones muy interesantes: un estudio realizado en Estados Unidos el año pasado mostró cómo una sola dosis de psilocibina puede aliviar la ansiedad y la depresión que sienten los pacientes con cáncer.

Cerebro estudio setas mágicas

Robin Carhart-Harris/Imperial College London

Recientemente, científicos del Imperial College de Londres han descubierto cómo la psilocibina restablece los circuitos cerebrales en pacientes aquejados de depresión, tal y como explica su artículo publicado en Scientific Reports. 

Dosis reguladas de psilocibina en un entorno controlado y complementadas con psicoterapia podrían convertir a las setas alucinógenas en antidepresivos eficaces con menos efectos secundarios y beneficios a largo plazo para el cerebro. 

Pero aún no hemos llegado a ese punto: se requieren estudios a largo plazo sobre su seguridad y eficacia, así como muestras más grandes de personas. 

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