¿Qué son las acciones de clase A y B?

Acciones

Getty Images

  • Si tienes pensado empezar a invertir en bolsa, es esencial que sepas en qué se diferencian las acciones clase A y clase B. 
  • La principal diferencia entre las acciones Clase B y Clase A es el poder de voto que otorgan al inversor, que puede ser pleno o limitado.

Las acciones de clase A y de clase B comparten el hecho de ser acciones ordinarias emitidas por empresas y negociadas por las bolsas de valores. 

Sin embargo, hay una importante diferencia entre ellas: las acciones de clase A están en manos de inversores externos y suelen tener plenos derechos de voto, mientras que las de clase B se emiten a a personas con información privilegiada de la empresa, como ejecutivos o fundadores, y tienen derechos de voto limitados. 

Dicho de otro modo, y tal y como explican desde Faster Capital, los titulares de acciones Clase B no tienen el mismo poder de voto que los titulares de acciones Clase A. Estas últimas son más valiosas por dotar a los inversores de un mayor poder de voto —y por tanto, de influencia en decisiones de peso como fusiones o adquisiciones empresariales—, así como un mayor pago de dividendos

Desde Crowdcube también señalan que mientras que las participaciones de clase A ofrecen derechos económicos y políticos a los inversores, las participaciones de clase B únicamente ofrecen derechos económicos.

El analista de mercados financieros internacionales Ismael de la Cruz indica en su web que, por ejemplo, las acciones de clase A pueden ofrecer 10 derechos de voto por acción, mientras que las acciones de clase B, solo 1. Los titulares de clase A tienen un papel más activo, más peso decisorio y mayor interés en el control de la compañía.

Otra de las diferencias es que las acciones de clase A no se venden al público general ni pueden ser negociadas: lo habitual es que estén en manos de accionistas con puestos importantes en la compañía, como el equipo directivo. En el caso de quiebra, cobran primero los acreedores, los titulares de bonos y los titulares de acciones preferentes. 

Entre los accionistas, tendrían prioridad de pago los titulares de acciones de clase A, que cobrarían antes que los de clase B si la empresa se liquida.

Además, Ismael de la Cruz señala que las acciones de clase B pueden ser emitidas a un precio más bajo que las acciones de clase A, impulsando que los inversores puedan adquirir títulos por un importe más asequible. Un ejemplo es el de la empresa Berkshire Hathaway de Warren Buffett, que en 1996 creó acciones de clase B. Estas pueden rondar los 279,30 dólares, y las de clase A, 419.153.

Dicho de otro modo, el precio es otra de las diferencias: es preciso tener más capital y recursos para comprar acciones de clase A, mientras que las de clase B son accesibles para un espectro más amplio de inversores. Las acciones de clase A son más líquidas porque sueñen estar en manos de inversores institucionales más grandes y con mayor poder adquisitivo.

Hay compañías que permiten transformar un tipo en otro. Según recoge Expansión, la multinacional de moda, fragancias y cosmética Puig modificó sus estatutos sociales antes de su salida a bolsa, permitiendo transformar una acción de clase A en clase B para que se pueda vender libremente en mercado. Las acciones clase A permanecerán en poder de la familia fundadora y nunca cotizarán.

El diario Expansión apunta a que el capital de la compañía está repartido al 25% entre las cuatro ramas de la familia: la fórmula que incluyó en sus estatutos hace que cualquier accionista del grupo que quiera vender una acción de clase A deba primero ofrecérsela a alguno de los familiares, que ostentan derecho de tanteo sobre estos títulos.

Si no se da acuerdo privado, el accionista que desee vender puede transformar su acción de clase A en clase B a través de una petición al consejo de administración de Puig. La proporción será de una acción de clase A por otra de clase B. Esta última, a su vez, se pondrá vender libremente en el mercado.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.