Talisker Challenge: cruzar a remo el océano Atlántico

• Talisker Whisky Atlantic Challenge es una regata a remo que cruza el Atlántico en invierno
• Para llegar al puerto de Antigua & Barbuda, los participantes reman más de 5.000 km
• Solo queda un español, que partía en un equipo de dos personas, pero su compañero sufrió un accidente

La Talisker Whisky Atlantic Challenge no presume en su web de ser de las pruebas deportivas más duras del planeta por cualquier cosa. Al fin y al cabo, han cruzado a remo el océano Atlántico menos personas de las que han salido al espacio exterior. 

Concretamente, desde 1997, cuando tuvo lugar la primera edición de la Atlantic Rowing Race, como se llamaba hasta 2011, se han celebrado 11 ediciones de este certamen bianual. Alrededor de unos 20 equipos toman la salida en cada ocasión y llegan unos 15, de media. Los hay de hasta cinco miembros, pero también algunos lo hacen en solitario. 

¿Cuánto se tarda en cruzar el Atlántico a remo?

De media, tardan unos 50 días en llegar... El motivo es que la única ayuda de la Talisker Challenge da a los participantes es que sitúa su punto de partida a mediados de diciembre en las Islas Canarias (La Gomera) y el de llegada, en el puerto de Antigua & Barbuda, en el mar Caribe. Desde luego, este es uno de los mayores desafíos de resistencia que existen. 

Así, por lo menos los vientos y corrientes alisios ayudan a empujar un poco las embarcaciones y evitan a los participantes de la Talisker Whisky Atlantic Challenge remar los 5.500 kilómetros mínimos que tiene el recorrido. 

Lo malo es que es invierno y a veces hace mal tiempo. Como este año, cuando olas gigantes llevan casi dos semanas azotando estas pequeñas embarcaciones. En su habitáculo estanco, los navegantes del reto remero por el Atlántico tienen que atarse para evitar hacerse daño cuando quieren dormir. 

La organización de la Talisker Challenge obliga además a ir sujeto por un arnés en todo momento en cubierta, si un golpe de mar te saca de la embarcación, sería prácticamente imposible volver a bordo. Solo un pequeño velero y una baliza vigilan la seguridad de los participantes. 

En todo caso, si te pasa algo malo, tienes que poder aguantar porque el compromiso de la organización es tardar un máximo de 72 horas en acudir en tu ayuda. Eso sí, exige por ejemplo que cada barco se abastezca exclusivamente de energía renovable. Por si acaso, cada embarcación lleva un teléfono por satélite. 

Solo un equipo español 

Después de 19 días de regata, de los 16 equipos que partieron todos siguen en liza, pero en “El Remolón” el equipo español de Talisker Challenge, ahora ya solo queda uno de los dos remeros. Jesús de la Torre tuvo un accidente al tercer día y hubo de ser rescatado. 

A bordo, en mitad del Atlántico, queda Jorge Pena. El equipo español de la Talisker Challenge es, en todo caso, un ave rara en una prueba a la que acuden remeros olímpicos, deportistas extremos o profesionales del riesgo. Jorge Pena, 53 años, es arquitecto y su compañero ahora retirado, Jesus de la Torre, tiene 64. Ninguno de los dos es remero. 

Business Insider ha podido contactar con Olalla Pena, la sobrina de Jorge, que coordina al equipo desde tierra: “Hemos hablado con él ayer, se encuentra perfectamente, pero es muy inusual que haya tantos días seguidos de mal tiempo. Bromea diciendo que había venido a remar no a hacer Windsurf”.   

El equipo debe llevar a bordo todo lo necesario para sobrevivir 90 días, comida liofilizada y agua incluidos, aunque esta última se usa como lastre porque las botellas son solo de emergencia, hay que desalinizar a bordo el agua que se consume. 

El “Remolón” tiene además un fin solidario en la Talisker Challenge: recaudar lo máximo posible para la fundación CRIS Contra el Cáncer, que dedica fondos a las líneas de investigación de esta enfermedad. 

Participar en la Talisker Atlantic Challenge tampoco es barato, puedes verlo aquí, la inscripción por participante cuesta a partir de 20.500 euros y tanto el equipamiento, como la comida y la preparación del barco corren a cuenta de cada uno de los equipos. 

Por eso, para financiarse, Jesús y Jorge pusieron en marcha una original iniciativa de ventas de la millas virtuales que van recorriendo a remo en el Atlántico a un precio simbólico de 50 euros.  

Además, están llevando a cabo un proyecto de investigación mediante el cual las constantes vitales de Jorge Pena están siendo controladas de manera remota en todo momento vía satélite.