El debate sobre la vuelta a la oficina se reabre. Un nuevo estudio sobre la productividad de los trabajadores ha demostrado que los que trabajan desde casa son un 18% menos productivos que si lo hicieran desde la oficina. 

Esto podría motivar a las empresas para seguir presionando a la vuelta a la oficina que ya empezaron hace unos meses y que no ha sentado bien entre los trabajadores. 

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Sin embargo, el estudio también ha descubierto otra estadística sorprendente sobre el tipo de trabajadores que voluntariamente optan por trabajar desde casa. Los que prefieren trabajar desde casa son, en principio, un 12% más rápidos y precisos en su trabajo.

Aun así, el estudio revela que estos trabajadores son aproximadamente un 27% menos productivos en casa que en la oficina. Los que prefieren trabajar desde la oficina, aunque al principio sean más lentos o menos precisos, sólo son un 13% menos productivos cuando trabajan desde casa.

David Atkin, catedrático de Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts y uno de los autores de la investigación, asegura a Business Insider por correo electrónico que "descubrimos que aquellos cuya productividad sufre relativamente más cuando trabajan desde casa son en realidad más propensos, no menos, a elegir la opción de trabajo remoto".

Entonces, ¿por qué los trabajadores optan por trabajar en entornos en los que son menos productivos? 

"Una explicación de por qué los trabajadores prefieren trabajar donde son menos productivos es por la pura necesidad de estar en casa durante la jornada laboral, por eso son también los que más se distraen", explcia Atkin a Business Insider. 

Según un informe que resume las conclusiones del estudio, entre estos trabajadores podrían encontrarse los que tienen que cuidar a sus hijos, los que se ocupan de las responsabilidades domésticas durante el día o los que proceden de hogares más pobres, que en su mayoría son mujeres.  

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Aunque las preferencias y circunstancias de los trabajadores varían de un país a otro y de un sector a otro, las conclusiones del estudio podrían servir de trampolín para que las empresas diseñen políticas que optimicen la productividad, al tiempo que ofrecen flexibilidad a sus empleados.

Atkin sugiere que las modalidades de trabajo híbridas podrían ser una respuesta, aunque no se hayan analizado en este estudio concreto. 

"Me atrevería a especular que la posibilidad de trabajar fuera de casa varios días a la semana y acudir a la oficina el resto de los días puede equilibrar las demandas de los trabajadores de trabajar fuera de casa con los costes de productividad que encontramos, y la capacidad de proporcionar formación cara a cara e interacciones en equipo, que son los principales impulsores de la productividad en entornos laborales más complejos", señala.