Por qué votar por internet en unas elecciones con tecnología blockchain no es seguro, según expertos del MIT

Un niño disfrazado de Spider-Man durante las elecciones de mayo de 2019.
Un niño disfrazado de Spider-Man durante las elecciones de mayo de 2019.

REUTERS/Susana Vera

  • Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts concluyen que las elecciones con tecnología blockchain todavía no son viables.
  • Detallan que mediante el uso de esta tecnología sería imposible determinar si ha habido fraude, además de que los fallos podrían ser irreparables.
  • También explican por qué sectores críticos como la banca o el retail ya han podido pasar al mundo digital y un proceso electoral todavía no.
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Participar en las elecciones de manera remota gracias al blockchain es, hoy por hoy, poco más que una idea de bombero.

Al menos eso es lo que ha concluido una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el prestigioso MIT. En un paper titulado "De mal en peor: de votar en internet a votar con blockchain", los expertos abundan en que a día de hoy participar en unas elecciones democráticas mediante esta tecnología abre muchas vulnerabilidades. Demasiadas, si se compara con unas votaciones presenciales al uso.

La propia MIT ha detallado en una información las principales conclusiones de este estudio, que abundan en cómo las elecciones presenciales son "mucho menos susceptibles de ataques informáticos a gran escala". "Explotar una sola vulnerabilidad podría afectar a todos los votos a la vez".

El consenso tecnológico que existía hasta ahora coincidía en que utilizar internet para votar es todavía una quimera. Los avances en la tecnología blockchain, crucial para las criptodivisas, abrieron de nuevo una puerta que lleva años entornada. Y que de momento, en España sigue cerrada a cal y canto.

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El blockchain es un sistema por el cual la información se almacena en nodos encadenados. Cada nodo está vinculado matemáticamente al que le precede y al que le sucede. Además, en cada nodo se registra una copia exacta de la cadena al completo. Es una tecnología mucho más segura que se está utilizando ya en diversos proyectos para preservar la identidad digital o firmar contratos a distancia.

Que la información esté distribuido en estos nodos encadenados abre la puerta a que la información que almacena esté siempre disponible, ya que si un ciberdelincuente quiere derribar todo un sistema electoral que utilice esta tecnología, tendrá que abordar cómo invadir cada nodo. Pero los mismos permanecerán inalterados precisamente gracias a la tecnología de la cadena de bloques.

Aunque no se puede cuestionar directamente la seguridad de la tecnología blockchain aplicada a un proceso electoral, los investigadores advierten de lo que a su juicio es una "vulnerabilidad grave": si por algún casual se consigue comprometer el proceso, el problema podría no ser detectado. O peor aún: irreparable.

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"Aunque los procedimientos electorales actuales están lejos de ser perfectos, el blockchain podría incrementar muchísimo el riesgo de fallos electorales indetectables a nivel nacional". "Que aumente la participación en un proceso podría ser a costa de que se pierdan garantías de que los votos son contabilizados a medida que se emiten", detalla el profesor del MIT Ron Rivest, investigador principal.

Venezuela, donde la tensión política continúa, acaba de entrar en campaña electoral: el opositor Juan Guaidó —autoproclamado presidente interino del país— ha anunciado la convocatoria de una consulta popular —una suerte de referendo— que utilizara una app estadounidense, llamada Voatz, que precisamente emplea la tecnología blockchain para permitir que los ciudadanos puedan votar desde casa.

Sin embargo, otros investigadores del MIT sostienen que los ciberdelincuentes podrían irrumpir en el recuento del proceso para seguirlo en directo e incluso cancelar algunas papeletas emitidas.

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Rivest más allá, y sostiene que ningún proceso electoral, "ni ninguna democracia" debe depender de que un programa informático registre adecuadamente los votos de los ciudadanos. "Si las elecciones se basan en el funcionamiento de un programa informático, un actor malicioso podría engañar a los electores asegurándoles que han votado correctamente", cuando no tiene por qué ser así.

El artículo publicado en la web del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT recuerda que quienes defienden las elecciones en línea mantienen que industrias críticas como el retail o la banca han tenido "altos niveles de tolerancia" cuando han tenido que pasarse al mundo digital.

Rivest, el investigador jefe de este paper, responde: en estos sistemas hay más tolerancia a fallos graves porque pueden solucionarse de una forma mucho más sencilla. Expone el ejemplo de un fraude con una tarjeta de crédito. "En un proceso electoral no hay un seguro o un recurso que pueda salvar el fracaso de la democracia".

Además, importa el grado de anonimato que deben garantizar unas elecciones libres. En una banca puedes detectar y solucionar compras fraudulentas comprobando los emisores. En unas elecciones, es imprescindible que no se pueda reconocer al votante en ningún caso.

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