El jamón serrano es uno de los platos más típicos de España, ese que todos echan de menos cuando están lejos y que suele presidir las mesas de los hogares españoles en Navidad. Muchas familias apuestan incluso por comprar una pata para tener en casa e ir cortándola a lo largo de las fiestas.

Sin embargo, la verdadera magia de este manjar se encuentra no solo en su consumo inmediato, sino también en la capacidad de conservar su exquisito sabor a lo largo del tiempo. Por ello, es importante saber cómo prolongar el sabor de este tesoro gastronómico para poder disfrutarlo el mayor tiempo posible.

Primero, hay que entender que la calidad del producto dependerá del tipo de jamón y, desde luego, siempre sabrá mejor un jamón de bellota 100% ibérico.

Si no eres un experto en el tema, puedes buscar jamones con denominación de origen protegida como la de Jabugo, que garantizarán un buen sabor. También es conveniente revisar la curación, el mínimo son 12 meses y a partir de ahí, mientras más largo es el periodo mejor es la calidad.

Una vez lo tengas en casa es necesario tener los utensilios básicos para poder cortarlo sin herirte, por lo que una base donde colocarlo es fundamental. A partir de aquí hay ciertos consejos que puedes seguir para que aguante más.

1. Empieza limpiándolo

Cuando tengas el jamón en la base toca comenzarlo, realiza un corte profundo que vaya de la pezuña al hueso de la pata. Ese es el punto para empezar a "limpiar" la piel y el tocino más amarillo, que no es recomendable consumir.

Ve quitando así capa tras capa hasta llegar a la parte de la carne, donde el tocino ya es blanco. Comenzar la pata por esta zona y no otra hará que se conserve mejor, dejando las partes blandas para los trozos finales.

2. ¿Cómo guardarlo?

La clave para que no se ponga duro y permanezca jugoso hasta finalizarlo es en cómo lo conservas mientras no lo estás consumiendo. Es primordial que no se seque, porque de lo contrario se oxidaría y quedaría deshidratado, perdiendo parte de sus propiedades.

Guarda la pata en una zona que esté a temperatura ambiente, ni muy fría, ni muy cálida, donde además no le dé la luz de forma directa y sea una zona seca. Debes tapar la zona que has empezado del jamón y que está en contacto con el aire. Si vas a usarlo pronto con un paño basta, mejor si es de color oscuro y de algodón.

3. La clave para que no se seque

Si de verdad quieres que se mantenga como el primer día, antes de taparlo debes poner una capa de grasa de cobertura sobre la zona que esté empezada. De esta forma, se creará una película de grasa que hará que se conserve mejor.

Puedes conservar una capa de grasa al "limpiar" el jamón e ir usándola a medida que lo cortas. Eso sí, es importante que sea grasa blanca, y no la primera capa de tocino amarillo. Puedes coger esa grasa blanca y untarla sobre la carne como si de una crema se tratara o ponerla a modo de tapa antes de taparlo por completo con el paño.

Siguiendo estos consejos podrás acabar la pata sin ver alterado su sabor y permanecerá jugosa como el primer día durante todas las fiestas.