Las aerolíneas recuperarán los niveles prepandemia este verano con 212 millones de asientos programados

El sector aéreo prevé un verano con niveles similares a los del último de antes de la pandemia, tanto en oferta de vuelos como en tráfico de pasajeros. 

"Este será el primer verano en el que tengamos ya un tráfico de pasajeros normal, más cercanos a 2019, que hay que recordar que fue un año récord", ha señalado Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aérea (ALA) sen una rueda de prensa en la que se han presentado previsiones y balance del invierno.

Para la temporada estival –que en la industria va de abril a octubre– hay programados casi el mismo número de asientos que se operaron en ese periodo de 2019: 212 millones de asientos en total, apenas un 0,4% menos. 

Según ha apuntado Gándara, esta oferta no es homogénea en toda España, ya que en Canarias hay previstos un 8,1% más de asientos que en 2019 y en Baleares, un 10,6% más, mientras que el porcentaje es negativo en las ciudades que dependen de los viajes de negocios, como Madrid y Barcelona.

Pese a ello, Gándara ha matizado que las cifras en la programación de asientos no significan que el tráfico aéreo se recuperará a niveles de 2019 para este año, ya que depende también del nivel de ocupación.

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"El año 2023 será cuando el tráfico aéreo en España recupere totalmente los niveles de 2019", ha añadido Gándara, tras apuntar que la variante ómicron retrasó ligeramente la buena tendencia de invierno. 

Durante la temporada de invierno (noviembre 2021 a marzo 2022), el sector operó el 82% de los vuelos del mismo periodo de 2019, llegando en marzo al 86% de los vuelos.

Los datos de la asociación, que engloba a más de 80 compañías que operan en España, revelan que el factor de ocupación antes de la pandemia era del 85% y en 2021 cayó al 70%, pero en los que llevamos de 2022 ya ha alcanzando el 75%. 

Por otro lado, y aún con datos provisionales, se estima que en Semana Santa habrán volado entre el 80% y el 85% de los pasajeros que volaron en el periodo equivalente de 2019.

Gándara ha querido destacar también la importancia de la carga aérea, ya que entre noviembre y marzo se ha transportado la misma cantidad (99%) de mercancía que en el mismo periodo de antes de la pandemia. 

“España está bastante bien posicionada para ser de los primeros países en recuperar los niveles prepandemia”, ha sentenciado Gándara.

Retos a los que se enfrenta la industria en los próximos meses

Gándara se ha mostrado cauteloso frente a las buenas cifras reveladas, ya que están condicionadas por la evolución de la pandemia y la guerra de Ucrania, aunque ha aclarado que esta última "no ha tenido un impacto directo significativo" en la recuperación del sector, aunque sí de manera indirecta a través del precio del combustible, que se ha duplicado respecto a hace un año.

Pese a que a corto plazo Gándara prevé que los billetes no suban de precio, a largo plazo dependerá de la evolución del precio del queroseno –que actualmente está a 150 euros por barril–, ya que el combustible supone el 30% del gasto de las compañías aéreas. 

De todas formas, hay algunas aerolíneas que tienen coberturas amplias que les protegen frente a esta subida, por lo que no están tan expuestas y pueden mantener sus tarifas competitivas, según ha asegurado el presidente de la asociación. 

Otra de los principales preocupaciones de la industria es a la alta dependencia del control aéreo francés, que puede llevar a "grandes retrasos" por la congestión del espacio aéreo de cara a este verano. 

Según explican desde ALA, gran parte de esta congestión se produce en Marsella, un espacio aéreo problemático y que afecta sobre todo a las regiones de Cataluña y Baleares.

Por otro lado, y para evitar que otros 3.000 pasajeros pierdan su conexión en Madrid como ocurrió durante Semana Santa, desde ALA piden al Gobierno que se refuerce la dotación policial en los controles de pasaportes y sanitarios de los aeropuertos con mayor tráfico internacional.

Por último, la asociación reclama la homogeneización de los requisitos sanitarios para la entrada de pasajeros procedentes de terceros países y solicitan que se acepten las pruebas de diagnóstico como alternativa a los certificados de vacunación y recuperación como ocurre con los países de dentro de la UE.