La IA abre la puerta del sector legal: Allen & Overy introducirá en España una herramienta parecida a ChatGPT que ayudará a sus abogados

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre IA, OpenAI, ChatGPT y las posibilidades de los generadores automáticos de texto de cambiar sectores como el de la educación o la comunicación. Muchos olvidaron el ámbito legal como un sector susceptible de vivir una pronta revolución. Los últimos movimientos, sin embargo, invitan a cambiar algunos pronósticos.

Aunque el gran público aún vive acostumbrado a imaginar a jueces, fiscales y abogados rodeados de toneladas de papeleo, lo cierto es que el sector legal lleva décadas haciendo notables esfuerzos por digitalizarse y agilizar sus procesos.

Fruto de esta idea, son cada vez más los grandes bufetes que se animan no solo a seguir las últimas tendencias tecnológicas, sino a ser pioneros a la hora de probar ciertas herramientas si con ello consideran que pueden competir mejor por ganar clientes.

La última muestra de ello la ha ofrecido este miércoles Allen & Overy, un bufete internacional de abogados que está introduciendo a nivel global un chatbot de inteligencia artificial, tal y como ha adelantado el Finantial Times y como ha explicado la empresa en un comunicado.

Según ha podido confirmar Business Insider España de fuentes de la empresa, esta innovación llegará también en cuestión de meses a España, y la idea es que para finales de este mismo año se pueda ya trabajar con ella con cierta normalidad.

Por ahora, explican desde la firma, algunos abogados españoles han formado parte del grupo de avanzadilla de 3.500 letrados con los que la empresa lleva probando esta IA desde el pasado mes de noviembre. 

Estoy saliendo con un chatbot de inteligencia artificial, y es una de las mejores cosas que me han pasado nunca

Este tiempo ha servido para que, tras formularle más de 40.000 consultas, la firma se haya decidido finalmente por dar el salto. Con presencia en más de 30 países, Allen & Overy cuenta con oficinas en España desde 1991.

Parecida a la archiconocida ChatGPT, la IA recibirá el nombre de Harvey y permitirá a los abogados, entre otras muchas tareas, elaborar borradores de contratos y resumir en apenas unas líneas páginas y páginas de jurisprudencia. La herramienta cuenta con la ventaja de que ha sido entrenada específicamente con textos legales, lo que la convierte en un asesor especializado.

"Llevo 15 años en la vanguardia de la tecnología jurídica, pero nunca había visto nada como Harvey. Puede trabajar en varios idiomas y en diversas áreas, ofreciendo una eficiencia y una inteligencia sin precedentes. En nuestro ensayo, vimos algunos resultados sorprendentes" ha relatado David Wakeling, jefe de innovación y desarrollo de mercados de la firma.

Wim Dejonghe, socio de la empresa, se ha mostrado igualmente entusiasmado: "Este anuncio marca una nueva era para Allen & Overy y el sector legal. Harvey AI no es una plataforma más, sino un cambio de tercio que nos permitirá ofrecer un valor, una eficiencia y una innovación sin precedentes a nuestros clientes. Estamos orgullosos de ser el primer bufete de abogados en asociarse con Harvey AI".

Se trata, recuerda el Financial Times, al menos del primer uso conocido de esta tecnología dentro de lo que se denomina como el magic circle de Londres, un grupo de prestigiosos bufetes de abogados que son quienes se suelen repartir las principales operaciones de la City. Allen & Overy es parte de este selecto círculo mágico.

Los recortes de plantilla y las "alucinaciones", las principales sombras de Harvey

El primer temor de muchos a la hora de hablar de la potencial llegada de este tipo de tecnología es la pérdida de puestos de trabajo. Se trata de algo más que de un miedo infundado: en el sector de la comunicación, por ejemplo, ya hay medios como BuzzFeed probando qué tal funciona la IA como redactor. 

Wakeling ha querido salir al paso de estos recelos aclarando al Financial Times que la llegada de la herramienta "no se trata de recortar gastos ni de prescindir de nadie, sino de adoptar una forma inteligente de trabajar y de ahorrar tiempo a todos los niveles".

Harvey, explica la firma, no vendrá acompañada por tanto de ninguna reducción de plantilla ni de un menor número de horas facturadas. Por otro lado, aunque desde la empresa no han querido especificar cuánto costará implantarla, sí esperan que esta suponga al menos con el tiempo un ahorro de energía y recursos.

El segundo gran inconveniente de la IA no es otro que lo que se conoce en el mundo de la IA como "alucinaciones", momentos en que la máquina tiende a rellenar algún espacio en blanco en la información con datos de su propia invención.

La cuestión, dicen los expertos, no es baladí precisamente en el mundo jurídico, donde la precisión es fundamental hasta el punto de que el empleo de una palabra en vez de otra puede dar validez o no a la cláusula de un contrato bajo determinadas circunstancias, por ejemplo.

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Es por esto que, según ha explicado también Wakeling, se advertirá a los abogados de que deben comprobar tanto los hechos referidos por la IA como cualquier información generada por Harvey. Esto significa, en esencia, que nada de lo que salga del chatbot será dado necesariamente por bueno hasta que cuente con la luz verde de uno de sus expertos. 

El objetivo principal del robot, por tanto, más que sustituir el trabajo de nadie será elaborar borradores básicos de cierto tipo de documentos. Con ellos, los abogados tendrán un punto de partida sobre el que preparar sus casos. "De esta forma, se ahorran tiempo de papeleo y pueden centrarse en prestar servicios de valor añadido orientados en anticiparse a las necesidades del cliente", aclaran desde la empresa.

La IA no se va a poner la toga, y es más que posible que no lo haga nunca. Sin embargo, sí se está preparando para ejercer de eficaz ayudante.