¡Gracias, Apple! Ignora a los 'haters': la innovación es valiente, inspiradora, necesaria y estupenda

Pues bien, las críticas no se han hecho esperar.

Las nuevas gafas de realidad aumentada de Apple han levantado ampollas entre los haters. Parecen ridículas. Cuestan una fortuna. Steve Jobs debe estar revolcándose en su tumba.

Da igual.

Hoy en día no se puede hacer, hacer o decir nada sin que algún imbécil (o muchos) aúllen sobre lo idiota que eres. Siempre ha sido mucho más fácil parecer inteligente criticando las ideas e innovaciones de los demás que creando las tuyas propias. Y nada atrae más a los críticos que el lanzamiento de un nuevo producto.

Pero incluso si somos escépticos sobre el atractivo para las masas de las nuevas "Vision Pro" de Apple —y yo lo soy— deberíamos aplaudir a la empresa por su creatividad, valentía y voluntad de innovar.

Hay quien cree que la forma de resolver los problemas del mundo es hacer retroceder el reloj, volver a la prehistoria, antes de que empezáramos a inventar cosas que esperábamos que mejoraran la vida y, en el proceso, creáramos un montón de problemas nuevos.

Este planteamiento a veces suena atractivo, pero es poco práctico. La innovación humana nos ha creado mucho más valor que problemas. Y es imposible que todos estemos de acuerdo en volver atrás.

Así que la única salida es ir hacia adelante.

La razón por la que soy escéptico sobre el atractivo popular de las Vision Pro, al menos en su forma actual, es que no creo que la gente normal quiera llevar gafas de esquí a menos que sea necesario. Incluso cuando esquío, no me gusta llevar gafas de esquí. Me las pongo en el gorro a la primera oportunidad que tengo. Y no creo que crear "ojos" en el exterior de mis gafas para parecer más simpático vaya a cambiar eso.

Sí creo que hay ciertas categorías y aplicaciones que podrían ver una rápida adopción de las gafas de Apple: los videojuegos, por ejemplo. O la formación profesional. Pero también he pensado lo mismo de las gafas de realidad virtual, y la gente no parece tener prisa por empezar a usarlas.

Pero la demostración de Apple del lunes impresionó e inspiró a mucha gente inteligente, y respeto su optimismo. Los puntos que expusieron y que me parecen persuasivos son los siguientes:

• Esta es la versión 1.0. Las gafas serán, parecerán y funcionarán mucho mejor dentro de cinco o diez años.
• Los ordenadores de sobremesa básicos también solían ser increíblemente caros, unos 10.000 dólares al tipo de cambio actual. Así que, para ser un dispositivo de primera generación, el precio de estas gafas no es inaudito. Y, por cierto, aunque no te guste el precio, aplaude la inteligencia comercial de Apple. A 3.500 dólares cada una, no van a incinerar miles de millones en costes de hardware, como han hecho otros innovadores de la "computación espacial". Aprenderán. Y entonces los componentes y el producto serán más baratos.
• Las nuevas plataformas crean casos de uso totalmente nuevos que son "nativos" de la plataforma, y aún no sabemos cuáles serán las aplicaciones estrella de las gafas de realidad mixta. Las aplicaciones móviles de más éxito no son las que se han "migrado" de los ordenadores de sobremesa. Eran apps que no eran posibles (o resultaban un asco de usar) con los ordenadores de sobremesa. Para su demo, Apple pretendía que pudiéramos utilizar sus gafas para hacer las mismas cosas que hacemos hoy con nuestros iPhones, pero eso parece poco probable. Aún no sabemos cuál será la "killer app" de las computadoras espaciales.

Así que aún no estoy preparado para despreciar las gafas de Apple.

Pero, lo que es más importante, aplaudo a Apple por, una vez más, cautivarnos con el lanzamiento de un producto realmente innovador. Contrariamente a lo que sugieren los haters, a Steve Jobs le habría encantado.

La innovación es emocionante e inspiradora. Es la única manera de abordar nuestros problemas y hacernos avanzar. No siempre (ni siquiera nunca) es una línea recta hacia arriba y a la derecha. Pero es la única manera de crear un futuro mejor.

Así que, ¡bien hecho, Apple!