Bienvenido a la distopía de la oficina, donde el trabajo cotidiano puede parecer irrelevante mientras los conflictos mundiales hacen estragos

Distopía oficina

Jasmin Merdan/Getty Images

  • Cada vez son más los trabajadores que están volviendo a la oficina este otoño, justo cuando se dispara otro ciclo de noticias horribles.
  • Esto puede crear una sensación de distopía en la oficina, ya que centrarse en hojas de cálculo puede hacer que los problemas del mundo real parezcan imaginarios.
  • Un análisis de la Facultad de Medicina de Harvard afirma que el instinto de lucha, huida o congelación puede activarse durante los ciclos de noticias difíciles.

Estamos en el año 2043. Un trabajador se pasa el día criticando los colores de las diapositivas, participando en un ejercicio para romper el hielo y recordando a su equipo que rellene las hojas de asistencia.

Entre tarea y tarea, se toman descansos para escuchar las noticias, oír noticias sobre la presidenta estadounidense Charli D'Amelio, la IV Guerra Mundial, el trabajo de Elon Musk con extraterrestres y la última revelación de que Walt Disney está vivo y trabajando en un musical.

Esta distopía de oficina no es real —todavía—, es un vídeo de TikTok de Joe Fenti, un humorista de 27 años residente en Boston que trabaja en el sector financiero. Fenti dice que el vídeo demuestra la "ridícula" desconexión entre el impactante ciclo de noticias del mundo exterior y las "tonterías mundanas del trabajo".

"Creo que es algo con lo que la gente realmente se identifica", dice. Incluso para los trabajadores que no odian su trabajo, "están sucediendo tantas cosas que son tan importantes, y sin embargo estamos haciendo algo que parece tan diminuto y tan nimio".

Fenti describe la sensación de insensibilidad que sienten algunos trabajadores a medida que aumenta el número de los que vuelven a la oficina este otoño. Los desplazamientos al trabajo, los montones de mensajes de Slack y Teams y los plazos de entrega pueden hacer que las crecientes crisis mundiales parezcan lejanas o incluso imaginarias. 

Es un duro recordatorio de que la pandemia que suspendió temporalmente la actividad laboral y el cambio a horarios totalmente remotos ha terminado, y muchos de nosotros volvemos a la normalidad, aunque el mundo no lo haga.

Las catástrofes naturales suelen sacar lo mejor de las personas. Pero las investigaciones concluyen que la pandemia nos ha hecho más malos, perezosos e introvertidos.

Cómo es trabajar en una distopía

No es raro sentirse insensible en tiempos difíciles. Según un análisis de la Facultad de Medicina de Harvard, el instinto de lucha, huida o congelación puede activarse durante ciclos de noticias difíciles o acontecimientos personales duros. El instinto de congelación puede parecer indiferencia a primera vista, pero puede manifestarse como ansiedad generalizada o incluso pesadillas.

La investigación sobre los primeros efectos del confinamiento por el covid descubrió que, efectivamente, recordábamos más nuestros sueños, y que esos sueños se centraban cada vez más en el confinamiento, la enfermedad, la guerra y la muerte. Eso podría contribuir a una ansiedad generalizada de bajo grado que te recorre las venas mientras ordenas una hoja de cálculo.

El empuje hacia la normalidad que se está produciendo en una oleada de empresas en estos momentos podría ser un breve y bienvenido respiro en tiempos difíciles para algunos, pero también puede sentirse como una derrota para algunos trabajadores, dice la doctora Lily Brown, directora del Centro para el Tratamiento y Estudio de la Ansiedad de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.

"Para algunos, el trabajo proporciona la única distracción eficaz de las horribles realidades fuera del trabajo. Puede ser útil cuando el trabajo está vinculado a un sentido de propósito, dando algo al mundo, o si ayuda a conectar con la gente", escribe Brown en un correo electrónico a Business Insider.

"Sin embargo, la distracción tiende a ser útil sólo a corto plazo; no permite a las personas procesar sus complicadas emociones", añade.

La dicotomía entre los problemas del mundo real y las obligaciones laborales también ha inspirado el contenido de TikTok de Ben Sweeny. En un entorno laboral imaginario, un jefe en 2020 dice a sus empleados que el trabajo no debe ser la prioridad número uno, sino la familia, y que los trabajadores deben utilizar su condición de trabajadores a distancia para hacer frente a cualquier emergencia que surja. Eso cambia en 2023, cuando el mismo jefe dice que el empleado -y no su familia- es su responsabilidad, y que por eso el trabajador debe volver a la oficina.

En opinión de Sweeny, las empresas de 2020 prácticamente se "pasaron de la raya" a la hora de hacer hincapié en lo mucho que se preocupaban por la salud mental, el bienestar y la flexibilidad de sus trabajadores.

En 2023 "parece todo lo contrario", sentencia Sweeny.

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