El bambú, conocido como Bambusoideae, es un recurso natural y ecológico que ha desempeñado un papel vital en las civilizaciones orientales durante siglos. Este versátil material no solo ha sido parte integral de la vida y la cultura asiáticas, sino que también ha demostrado ser una opción sostenible en el mundo actual. Cultivar y cuidar el bambú puede ser una elección inteligente.

Sus aplicaciones se extienden desde la construcción hasta la producción de energía, y su versatilidad lo convierte en una prometedora apuesta para un futuro más ecológico. La era ecológica ha provocado su crecimiento rápido, resistencia y versatilidad lo convierten en una opción sostenible para abordar una variedad de desafíos ambientales y de diseño. 

Material de construcción

El bambú ha ganado reconocimiento como material de construcción sostenible. Se utiliza en la construcción de casas, cobertizos, vallas, muros, andamios, tuberías, pilares y vigas. Este material renovable crece mucho más rápido que la madera convencional y ofrece ventajas técnicas significativas.

El bambú es resistente a fuerzas mecánicas, proporciona seguridad estructural, aísla y no se oxida. Además, fortalece el hormigón armado, lo que lo convierte en una alternativa ecológica a los materiales tradicionales como el ladrillo y el cemento. Puede parecer frágil si no conoces sus propiedades, pero es fuerte como pocos materiales, además de flexible. 

Para la fabricación de objetos

El bambú puede también ser trabajado como la madera, lo que lo convierte en un recurso clave en la fabricación de productos de diseño y artesanía. Se utiliza en la creación de gadgets, fundas de dispositivos móviles, bicicletas, juguetes, muebles y cortinas, entre otros. También en deporte, para fabricar tablas de surf, pelotas de polo, bates de béisbol o patines en línea. 

Su resistencia y flexibilidad lo hacen ideal para fortalecer casas y productos biodegradables, como manteles y vajillas desechables. Las aplicaciones sobre el hogar y los utensilios se cuentan por centenares: papel higiénico, filtros de café, telas y toallas son solo algunos ejemplos. 

Alimentación natural

El bambú también es una fuente de alimento natural. Los brotes de bambú son comestibles y se utilizan en diversas preparaciones culinarias. Los brotes de Phyllostachys pubescens, en particular, son muy apreciados por su sabor que recuerda a una mezcla de manzana y alcachofa. Además, son ricos en potasio, vitamina A y aminoácidos. 

La tradición también atribuye propiedades terapéuticas al bambú, como ayudar en casos de asma, hemoptisis y hemorroides, gracias a su alto contenido en sílice. Ya hay brotes de bambú comestibles, vino, cerveza y té de bambú, incluso vinagre. 

Decoración según el Feng Shui

El bambú desempeña un papel esencial en la decoración según los principios del Feng Shui, un arte ancestral chino que busca mejorar el bienestar a través de la armonización de la energía. 

El bambú purifica la atmósfera y promueve la energía positiva en el hogar. Su presencia, ya sea en interiores o jardines, aporta un toque zen y fácil mantenimiento. Además, sus raíces ayudan a prevenir la erosión del suelo, lo que lo convierte en una excelente opción para viviendas bioclimáticas.

Textiles de bambú

Las fibras de bambú se utilizan para producir textiles ecológicos, como ropa de cama, ropa interior y prendas de moda. Estos textiles son conocidos por su suavidad, capacidad de absorción y propiedades antibacterianas. 

El bambú ofrece una alternativa sostenible a las fibras tradicionales y contribuye a la reducción de la huella ecológica en la industria de la moda.

Producción de energía

El bambú también se utiliza en la producción de energía, tanto térmica como eléctrica. Su capacidad para aprovechar la fotosíntesis lo convierte en una fuente prometedora de energía verde. 

Investigaciones han demostrado la conversión del bambú en energía eléctrica, lo que podría aplicarse a gran escala en el futuro. Este enfoque no solo contribuye a la producción de energía sostenible, sino que también combate la deforestación.

El bambú para la electrónica y la industria, ¿anti intuitivo?

Pues nada más lejos de la realidad. Una vez más es un material perfecto para la tecnología. Ya hay ratones de bambú, fundas para el teléfono, altavoces, teclados, portátiles, relojes, auriculares...

No digamos para la industria, por ejemplo la de alta tecnología, para bioplásticos y composición. En la industria agrícola, para invernaderos, cercas, colmenas, contenedores, forraje animal, tuberías, corrales... todo tipo de herramientas. 

Para todo, incluso para higiene personal

Lo que lees. Hay tampones y compresas de bambú orgánico, ideal para pieles sensibles. Los mayores defensores del bambú usan mucho un antiguo dicho asiático, expertos como pocos en el uso de este material que da la naturaleza: "Un hombre nace en una cuna de bambú y se va en un ataúd de bambú. ¡Todo lo demás es posible con bambú!". 

Cada año los investigadores descubren nuevos usos y aplicaciones, más allá de los conocidos desde hace décadas y siglos. La ventaja para su uso masivo es que el bambú crece continuamente después de la cosecha sin tener que volver a plantarlo. El bambú también convierte aproximadamente un 35% más de CO2 en oxígeno que un árbol.