El colapso de los ganaderos españoles por la guerra en Ucrania: "Si la semana que viene no ha acabado el conflicto, entraremos en situación de alarma"

Rebaño de vacas.

Ahora mismo, las granjas españolas tienen pienso para alimentar al ganado durante cinco semanas más. Los ganaderos españoles compraban cereales y aceite de girasol a Ucrania para fabricar pienso, pero la guerra está frenando la producción, con cosechas en peligro, y fábricas y puertos cerrados en distintos puntos del país.

"Odesa es el principal puerto de salida de materias primas en Ucrania. A día de hoy no se está cargando nada ni saliendo nada, y no sabemos cuánto vamos a poder resistir", comenta preocupado Jorge de Saja, director general de Cesfac (Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales).

Ucrania es el granero de Europa, y España es el mayor productor de piensos del Viejo Continente. Esto significa que la guerra en Ucrania podría provocar el colapso de la ganadería en España y, por extensión, de parte de Europa.

El pienso para el ganado se fabrica con cereales y oleaginosas. "Casi el 45% de los cereales que compra España vienen de Ucrania", explica Jaume Bernis, ganadero de porcino en Lleida y responsable de Ganadería de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de España).

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En cuanto al aceite, el 63% del aceite de girasol que llega a España proviene de Ucrania, según cálculos de Cesfac.

La invasión rusa ha encendido todas las alarmas ante la amenaza de desabastecimiento, y el precio de las materias primas ha empezado a subir como la espuma. En los últimos 10 días, los cereales se han encarecido entre un 30% y un 60%. 

"Ha habido un incremento espectacular en precios. Han llegado a niveles que yo no había visto nunca. La gente no está comprandocereal si puede evitarlo. Están tirando de lo que pueden, porque el nivel al que están poniéndose los precios no permiten hacer pienso con un mínimo de margen. Tenemos un problema gordo", alerta De Saja.

Sin embargo, "el efecto del conflicto en el precio de los cereales aún tiene que venir, porque la gente todavía tiene stock", avanza Bernis. 

Precisamente porque los ganaderos españoles no están comprando cereal, el efecto del conflicto todavía no se está notando en el precio de los piensos. Aun así, estos ya están en máximos. En febrero de 2021, un pienso normal costaba 279 euros/tonelada. La misma semana de 2022 cuesta 340 euros/tonelada, una diferencia de 60 euros, sin el efecto de Ucrania.

Cinco semanas es el tiempo que tienen los ganaderos para decidir si compran cereales a precios astronómicos, si esperan a que el horizonte en Ucrania esté más despejado, o si buscan nuevos mercados a los que comprar cereales, también a precios privativos.

Para más inri, añade De Saja, "en estos momentos no hay mucha materia prima ni grandes reservas en ninguna parte del mundo para llenar el hueco de Ucrania si se interrumpe la producción", por lo que España no lo va a tener fácil para llenar el vacío que deja Ucrania.

Lo normal en ganadería es contar con un mínimo de dos meses de suministro. Cinco semanas es el tiempo de descuento, y si por el camino no aparecen soluciones, la situación puede ponerse muy, muy fea para el sector.

"Si para la semana que viene no ha acabado el conflicto, o por lo menos no hay un horizonte de certidumbre, entramos en situación de alerta", advierte De Saja.

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Parece que cuando se habla de piensos no tiene por qué afectar en el día a día, pero nada más lejos de la realidad. Si los ganaderos no tienen cómo alimentar al ganado, o si el alimento es muy caro, las consecuencias terminarán llegándole a los consumidores, en un sector clave como el alimentario.

 "La alimentación es el principio de la cadena. Esto va a afectar a todo lo que puedas imaginar: carne, leche, huevos… Va a tener un impacto al alza en la cesta de la compra", avisa De Saja.

El campo español sufre una tormenta perfecta

En el agroalimentario todos coinciden: lo que le ocurre al campo español es una tormenta perfecta, un cóctel molotov de factores que abocan al sector al precipicio económico. Y el conflicto de Ucrania es la puntilla. 

"Esto es una tragedia en un momento en el que ya coinciden demasiadas cosas", resume De Saja.

1. España, principal productor. En primer lugar, España es la mayor potencia productora de pienso en Europa. Pero la mayoría de ingredientes que necesita para producir se los compra a Ucrania y Rusia.

2. Los más dependientes de los cereales de fuera. Y aquí se juntan el hambre con las ganas de comer, porque España, a pesar de ser el mayor productor, tiene una industria deficitaria.

El sector ganadero español es más dependiente que sus vecinos de los ingredientes necesarios para producir pienso. España necesita importar entre el 40% y el 60% de las materias primas que utiliza en ganadería. En Alemania o Francia les basta con el 30%-40%.

3. La época más importante del año. El conflicto de Ucrania estalla en el peor momento posible para el sector ganadero. "Coincide con que este primer semestre era en el que se importa lo que produce Ucrania. Es cuando nos hace más pupa", añade De Saja.

Traerlo de otras partes, además, no va a ser más barato. "Habría que buscar comprarle a Brasil, o Argentina, zonas mucho más lejos", coincide Bernis.

4. El colofón: la subida de costes de la energía. Por si fuera poco, al incremento de precio de las materias primas y riesgo de desabastecimiento se le suma el encarecimiento del petróleo y el gas. La escalada energética está tensando todavía más la cuerda en el sector ganadero, que afronta más presión de costes en producción, pero también en el transporte y la logística.

Esto quiere decir que al 30% de la subida de materias primas hay que sumarle el incremento de la energía. "Se nos presenta una tormenta perfecta", coincide Bernis.

5. Una tormenta, pero de verdad, es lo que haría falta. La sequía que sufren los campos españoles es la gota que colma el vaso. "Si no llueve pronto, las consecuencias serán todavía peores", avisa Bernis. Si esto ocurre, España no tendrá cereales de fuera, pero tampoco los producirá, y eso podría golpear al sector agrícola y a productos de panadería, que se nutren de la materia prima interna.

El sector pide un plan de choque al Gobierno

Para hacer frente a esta tormenta perfecta, los ganaderos piden ayuda al Gobierno. "Hemos traslado al Ministerio medidas de choque para frenar el crecimiento de los costes y garantizar la supervivencia del sector agrícola", avanza De Saja.

El objetivo es que el Ejecutivo abra una línea de ayudas "cuanto antes, para que el sector del campo y ganadero puedan seguir sobreviviendo y produciendo alimentos".

El sector ya acumula tres meses de pérdidas en los márgenes. "Tenemos pulmón, porque han sido 3 años muy buenos, pero ahora llevamos 3 meses perdiendo mucho dinero, ¿Cuánto más podremos aguantar?", lamenta Bernis.

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